Para Salva Sevilla, el primer fichaje del Deportivo Alavés en su renovado proyecto de Segunda División, la edad “solo es un número”. Pese a sus 38 primaveras, sobre las cuales ha admitido que ya se ha generado cierto debate en anteriores ocasiones, este centrocampista almeriense ha llegado a Vitoria-Gasteiz muy ilusionado y, sobre todo, dispuesto a trabajar de manera incansable para convertirse en un futbolista importante dentro del conjunto babazorro, donde se ha reencontrado, tras despedirse en el Mallorca, con Luis García.

“Estoy muy tranquilo, porque sé lo que me gusta el fútbol y también lo mucho que disfruto cuando estoy sobre el césped. Me considero un privilegiado y mi intención es seguir alargando mi carrera, pero teniendo muy claro que nunca voy a arrastrarme. Vengo a un club histórico, con una afición que he sufrido muchas veces y que ahora quiero disfrutar, y mi labor no es otra que ser uno más, centrarme en el día a día y morir por este escudo para tratar de devolver al Alavés a donde se merece”, ha explicado al inicio de su presentación.

Además, como era de esperar, Salva Sevilla también ha hablado sobre su relación con el técnico madrileño, quien ha sido el principal valedor de su fichaje: “Pese a que tenía siete u ocho equipos de Segunda División interesados en mí, las conversaciones que he tenido tanto con él como con Sergio Fernández son las que han provocado que yo esté aquí hoy. Tengo una conexión brutal con Luis y ambos queríamos volver a juntarnos después de haber coincidido en Son Moix”.

Posteriormente, se le ha preguntado sobre las claves que debe tener en cuenta el Alavés en su regreso a la categoría de plata y el almeriense, en la línea de lo que también comentó Luis García durante su presentación, ha hecho referencia a la idea de “partido a partido” que tanto se repite en el fútbol actual. “No nos podemos creer más que nadie. Debemos ser humildes, afrontar cada encuentro como si fuera el último y poner mucha pasión en todo lo que hacemos”, ha apuntado.

Para finalizar, Salva Sevilla ha hecho hincapié en la importancia de convertir Mendizorroza en un auténtico fortín, esencia que se ha perdido en los últimos años: “Siempre ha sido un campo muy difícil y eso no debe cambiar. Tenemos que aprovechar la fuerza de nuestra gente, que no lo estará pasando bien tras el descenso, para hacernos muy fuertes en casa y sacar el mayor número de puntos posible. Todos sabemos cuál es el objetivo y ahora cada uno tiene que ser exigente”