En la noche de este viernes, todo aquel que pudo acercarse a Mendizorroza tuvo la oportunidad de presenciar uno de los mejores partidos del Deportivo Alavés en la presente temporada. En contra de todo pronóstico, los albiazules consiguieron desconectar al Sevilla, uno de los equipos más potentes de la competición, y ofrecieron un despliegue ofensivo digno de alguien que quiere mantenerse en Primera División. Sin embargo, en el fútbol los goles son amores y, aunque tuvieron multitud de ocasiones, los pupilos de José Luis Mendilibar no fueron capaces de estrenar su casillero, lo que les obligó a conformarse con el empate (0-0).
Pese a no poder contar con Tomás Pina, baja por molestias musculares, y Mamadou Loum, ausente por sanción, el entrenador vizcaíno mantuvo el dibujo conservador que había acompañado al equipo a lo largo del último mes. En esta ocasión, el encargado de ocupar la posición del centrocampista manchego fue Toni Moya, que volvió a ser titular tras cinco encuentros como suplente; y la del senegalés fue para Pere Pons, quien había aparecido por última vez en el once en la última visita del FC Barcelona a Mendizorroza.
Por lo demás, no hubo más novedades en la alineación y tampoco en el planteamiento de los babazorros, cuyo inicio del partido fue muy similar al que ya habían podido ver los seguidores albiazules en los enfrentamientos con el Valencia, el Real Madrid o el Getafe. Esto es, contundencia defensiva y mucho juego directo. Tanto que, en la primera acción del encuentro, Edgar sorprendió a la zaga hispalense con un desmarque profundo que le permitió enviar un balón raso al área que remató Joselu y tapó Koundé provocando así el primer "huy" de la noche en el Paseo de Cervantes.
Ahora bien, aunque la idea de juego del Alavés no distó demasiado de la ofrecida en las últimas jornadas, el técnico de Zaldibar ordenó una presión mucho más intensa. En consecuencia, los pupilos de Lopetegui, sin su triángulo de creación habitual por las bajas de Diego Carlos y Fernando, sufrieron sobremanera para sacar el balón jugado e, incluso, tuvieron varias pérdidas que aprovecharon los locales para generar peligro sobre la meta de Bono.
En concreto, además de la ocasión ya mencionada de Joselu, el Glorioso tuvo hasta tres oportunidades más para adelantarse en el marcador. La primera, por medio de otro centro de Edgar que, esta vez, empeinó Rioja tras un rechace y acabó despejando el portero marroquí; la segunda, a raíz de un disparo raso de Moya desde la media luna que se marchó desviado; y, finalmente, la mejor de todas ellas la tuvo Escalante, que cabeceó muy mal una asistencia medida al segundo palo, donde se encontró solo, del propio extremo tinerfeño.
Ya en la segunda mitad, porque el Sevilla apenas generó peligro sobre la portería de Pacheco en la primera más allá de un gol bien anulado a En-Nesyri y dos remates -uno de Gudelj y otro de Ocampos- que no vieron puerta, el choque siguió una narrativa muy similar. El Alavés no se achantó en ningún momento y, después de un intento con peligro del Tecatito, Edgar pudo abrir la lata antes del minuto 50, cuando, en un despiste de los hispalenses, se plantó en un mano a mano ante Bono que terminó ganando este último.
Sin embargo, el diecisiete babazorro no fue el único que pudo dar ventaja al Alavés tras el intermedio. También pudo hacerlo Pere Pons, que recibió un balón dentro del área y lo envío rozando el palo; y, a partir de ese momento, el Sevilla se valió del cansancio de los futbolistas albiazules para calmar el partido y meterlo en un impás de no agresión que volvió a abrirse en los minutos finales.
Entonces, cerca de cumplirse el tiempo reglamentario, el Alavés pudo llevarse los tres puntos por medio de otra acción en el área pequeña de Joselu, pero también tuvieron su ocasión los hispalenses, quienes, en una acción individual espectacular de Koundé, pudieron asaltar Mendizorroza a través de un exbabazorro como Munir, cuyo disparo endeble pudo despejar Pacheco con muchos apuros.