4 de noviembre de 1983
l domingo 9 de octubre de 1983 la Directiva que preside Javier Martínez Balza, recibe un torpedo en plena línea de flotación. Ángel Gordovil -junto a su esposa y tres hijas- fallece en accidente de circulación -en una carretera de la provincia de Teruel-, viajando para ver jugar al Deportivo Alavés en la población turolense de Andorra, frente al Endesa. Ángel era más que un simple vocal o directivo. Era la mano amiga, el hombro en el que reposar en los momentos complicados -que por desgracia se iban sucediendo y acumulando-, la sonrisa perenne y afectuosa y, hay que decirlo y reconocerlo, el que en más de una ocasión tuvo que adelantar cantidades económicas de su propio bolsillo.
El martes 11 de octubre, a la mañana, se celebra el entierro de los cinco cadáveres en el panteón familiar del vitoriano cementerio de Santa Isabel. Numeroso público acude al acto, en el que está presente la plantilla de jugadores y técnicos albiazules. Por la tarde, en la Iglesia de los Desamparados, se desarrollan los funerales, que son una clara demostración de dolor y cariño hacia los trágicamente desparecidos albiazules.
El club -su Directiva- en estos momentos está muy ‘tocado’. Son los peores instantes para Javier Martínez Balza y sus ‘Amigos del Deportivo Alavés’, desde que a finales del mes de agosto de 1981 desembarcaran en las oficinas del Paseo de Cervantes. La situación deportiva es dramática y la económica está al mismo nivel. ¡Es el principio del fin!
Los dirigentes del club no ocultan ya sus cartas y la palabra dimisión está presente en la mente de todos ellos. Estudian y piensan cual puede ser el momento más adecuado, porque no quieren dejar el club en manos de cualquiera. En el horizonte aparece la figura de Julián Ortiz Gil, que se postula como alternativa a la presidencia del Deportivo Alavés. En lo deportivo el equipo vence al Anaitasuna (0-1) en el Campeonato de España y en partido liguero de Segunda ‘B’ al Compostela (2-0) en Mendizorroza. Pese a estos dos resultados positivos, el ‘tsunami’
La Directiva, tras semanas y días de una intensidad desorbitada, decide convocar una Asamblea Extraordinaria para el viernes 4 de noviembre de 1983. Quiere que sean los socios, los que indiquen los pasos que debe tomar la Junta. Balza y sus directivos pretenden salir del club de una manera airosa, pero por encima de todo está su cariño al Deportivo Alavés y no quieren dejar a la entidad albiazul abandonada a su suerte. Antes de la Asamblea el conjunto albiazul, de la mano de Sánchez Martín, encadena dos victorias consecutivas en Liga -Racing de Ferrol (0-3) y Figueres (2-0)- y elimina del Torneo del KO al Anaitasuna (8-1) en Mendizorroza. La Sala Luis de Ajuria acoge, el primer viernes del mes de noviembre de 1983, a algo más de ciento cincuenta compromisarios y socios alavesistas. La Asamblea Extraordinaria es larga -dura cerca de dos horas y media-, a veces tensa, espesa y sujeta a demasiados legalismos federativos.
A la misma acuden dos presuntos pretendientes al sillón presidencial: Carlos Uriarte y Julián Ortiz Gil. Hay a lo largo de esos ciento cincuenta minutos de reunión, discusiones entre los presentes y críticas a la gestión directiva. Finalmente, en un giro inesperado de los acontecimientos, los socios y compromisarios deciden dar su voto de confianza a Javier Martínez Balza y sus compañeros de Junta. ¡Será tan sólo un impasse! ¡La situación económica es complicada! ¡A mediados del mes de diciembre llegará Julián Ortiz Gil!
“La decisión de los compromisarios y socios es el triunfo del deporte. Cuando no podamos abonar los sueldos a los jugadores nos iremos, convocaremos una nueva Asamblea y dejaremos nuestros puestos irrevocablemente”.
El 2 de diciembre la plantilla emitió una nota de seis puntos: “No hemos recibido la parte que nos corresponde cobrar de la temporada anterior. No es culpa específica de nadie, pero queremos una solución. Pedimos el apoyo de la afición”.
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