Javier Calleja se ha erigido como el gran héroe de la salvación del Deportivo Alavés esta temporada y sus méritos le permitirán seguir un año más en la entidad del Paseo de Cervantes. Si tras el partido contra el Granada en rueda de prensa el técnico madrileño adelantó su intención de renovar con el Deportivo Alavés y habló de la "sintonía total" que existe con el director deportivo Sergio Fernández, ayer por la mañana dejó aún más claro que seguirá una campaña más en Vitoria-Gasteiz en una entrevista concedida al programa de radio Kiroleros. "Estoy deseando que mis hijas y mi mujer vengan y conozcan Vitoria, hay que empezar a planificar todo y buscar un nuevo colegio", afirmó el madrileño, en toda una declaración de intenciones.

Javier Calleja llegó al Deportivo Alavés el pasado 5 de abril con el equipo en una situación muy delicada. En el momento de su fichaje, el conjunto babazorro ocupaba la última posición de la clasificación empatado con el Eibar a 23 puntos, tres menos que el Elche, que era el equipo que marcaba la permanencia por aquel entonces, con solo nueve partidos por disputar. Lo peor, sin embargo, no era la situación en la tabla, sino las sensaciones que transmitía el equipo.

Tras cambiar inesperadamente de entrenador en enero, cuando se decidió prescindir de Pablo Machín a pesar de que la situación todavía no era crítica, el Alavés se vino abajo y solo logró sumar cinco puntos en los 11 partidos de liga disputados con el Pitu Abelardo en el banquillo. Si la directiva esperaba conseguir un efecto similar al producido por la llegada del asturiano en la temporada 2017-18, el resultado del cambio fue totalmente contrario.

Una victoria contra el Valladolid y dos empates contra el Getafe y el Cádiz fue lo único que lograron rascar los gasteiztarras en casi tres meses, espacio en el que Abelardo no dio con la tecla y desterró a Jota y a Lucas Pérez, dos de los futbolistas más talentosos de la plantilla. El equipo estaba destrozado anímicamente y daba la sensación de saltar al terreno de juego derrotado de antemano, pesimista y falto de confianza. Todo lo que podía salir mal, salió mal y el Glorioso cayó a la cola de la clasificación al verse superado por 1-3 contra el Celta en la jornada 29 de liga.

Solo un milagro parecía poder salvar al Deportivo Alavés en ese momento, y ese milagro ha sido Javi Calleja. Desde la llegada del exentrenador del Villarreal, el conjunto babazorro ha cosechado 15 de los 24 puntos en juego, con cuatro victorias, tres empates y una sola derrota contra el Eibar en las ocho jornadas en las que se ha sentado en el banquillo babazorro. Se trata de números que lo colocan como el quinto mejor equipo de la competición en ese margen de tiempo, todo un logro para un club que hace algo más de un mes parecía condenado al descenso de categoría.

Muchas son las claves del éxito de Calleja en este breve espacio de tiempo como albiazul, pero una de ellas es sin duda el haber conseguido recuperar anímicamente a la plantilla. Desde que aterrizó en Vitoria el madrileño se mostró optimista, siempre con una sonrisa en el rostro, y logró contagiar esa positividad a sus futbolistas. Nadie creyó con más certeza que él en su plantilla y en las posibilidades de salvar la categoría y el tiempo le dio la razón. No solo recuperó a Lucas Pérez y a Jota para la causa, consiguió que todos los futbolistas se sintieran partícipes y saltaran al terreno de juego con ganas, energía y confianza, lo que se tradujo entre otras cosas en la reaparición del mejor Pacheco, un final de temporada pletórico de Pere Pons y Luis Rioja e incluso un gol importante de Guidetti contra el Valencia.

Partiendo de ese trabajo anímico de los primeros días, Calleja intentó implantar algunas de sus ideas futbolísticas, que poco a poco han ido calando en la plantilla. Los pelotazos de Fernando Pacheco en busca de Joselu han dejado de formar parte del estilo de juego del Alavés, que, con más o menos acierto, ha intentado elaborar más sus jugadas y evitar rifar el balón. Además, ha adelantado sus líneas en defensa y no ha tenido miedo de presionar arriba a sus rivales, lo que ha permitido robar balones más cerca de la zona de peligro y aumentar el número de ocasiones de gol.

Con sus últimas declaraciones, Calleja deja entrever que su continuidad en el club está asegurada, ya sea por una cláusula en el contrato en caso de conseguir el objetivo de la permanencia o por tenerla apalabrada anteriormente con la directiva. Solo quedan concretar algunos flecos con Sergio Fernández para que se haga oficial su renovación, y esos flecos, según el técnico, son deportivos. "Quiero escuchar qué es lo que quiere el club. En la plantilla hay una base muy buena y luego hay que intentar reforzar algunos aspectos", aseguró. Con un solo partido contra el Sevilla por disputar, en el que no habrá nada en juego, Calleja puede ya comenzar a organizar no solo cómo será su vida junto a su familia en Vitoria la próxima campaña, también le espera un largo verano por delante preparando la plantilla 2021-22 junto a la dirección deportiva.

"Estoy deseando que mis hijas conozcan Vitoria, hay

que empezar

a buscar un

nuevo colegio"

"Tengo que hablar con el club de lo deportivo, tenemos una base que hay que reforzar"

Entrenador del Alavés