- El derbi entre el Athletic y el Deportivo Alavés disputado ayer en San Mamés dejó varias imágenes curiosas, pero el significado previsorio que tuvo una de ellas hizo que esta destacara por encima de las demás. Pocos minutos antes de arrancar el partido, las cámaras captaron a Javi Calleja, que debutaba como técnico albiazul, santiguándose en tres ocasiones con la esperanza de que su andadura al frente de la escuadra gasteiztarra comenzara con buen pie. El Glorioso no ganó, que hubiera sido lo ideal para un estreno fulgurante, pero gracias, en gran parte, a un santo llamado Fernando Pacheco, que aunque no es un ente superior, a veces lo aparenta -y dejó por séptima vez esta temporada su portería a cero-, sí logró un punto importante para no descolgarse de la batalla por la permanencia y preparar con un mejor sabor de boca el duelo directo contra el Huesca de la próxima jornada.
El portero extremeño volvió a reencontrarse con su mejor versión -esa que da puntos al Alavés- e intervino en tres acciones determinantes que bien podrían haber acabado en gol para los rojiblancos. Todas sus paradas fueron espectaculares, pero la más complicada, a priori al menos, fue la que le sacó en la primera mitad al joven Oihan Sancet, que no pudo superar a Pacheco pese a tener todo a su favor en un mano a mano de los que no se suelen desaprovechar. Eso sí, su aparición más decisiva, debido al poco tiempo restante para finalizar el encuentro, fue ante Berenguer. El extremo navarro, en racha de cara a portería desde que fichó por el Athletic en el último mercado estival, se encontró con el pie del guardameta albiazul cuando en el marcador corría el minuto 88.
Más allá del punto, el estreno de Javi Calleja como entrenador del Alavés dejó también otros detalles significativos como, por ejemplo, los cambios en el once inicial. Se esperaban rotaciones en la zaga por la ausencia de Rubén Duarte -Martín entró en su lugar-, pero pocos hubieran apostado por que Víctor Laguardia vería el derbi desde la grada. Tachi, que volvió a la titularidad seis jornadas después, ocupó el puesto del aragonés y, aunque cometió varios errores -como el que terminó con un potente remate de Morcillo al larguero-, acabó cumpliendo como pareja de Lejeune.
No obstante, el protagonismo entre las novedades fue para Lucas Pérez. El delantero gallego no solo volvió a la convocatoria, sino que lo hizo también al once tras cuatro jornadas -dos como descartado- de ausencia. Intercambiando constantemente su posición con las bandas y ocupando originalmente la posición por detrás de Joselu, el coruñés fue partícipe de las mejores combinaciones ofensivas del Alavés y volvió a demostrar que, si está implicado, puede ser una pieza fundamental de aquí a final de temporada.
La nota más negativa del derbi la puso Ximo Navarro. El defensor granadino comenzó como lateral izquierdo y fue sobrepasado por Ibai, Capa o cualquiera que pasara por allí. Calleja actuó, le cambió de lado reincorporándole a su posición natural y, de nuevo, se vio superado -aunque esta vez por Morcillo-. El Athletic encontró en su banda un importante filón para crear peligro y lo explotó hasta el punto de evidenciar uno de los peores encuentros que se le recuerdan al andaluz.