Desde hace ya unos cuantos años, Manu García es sin duda una de las grandes referencias del Deportivo Alavés. Con los galones de capitán ganados a pulso en el vestuario y sobre el césped, el centrocampista gasteiztarra se ha convertido en el alma del equipo de su ciudad y el espejo en el que se miran muchos de los chavales que sueñan con dar el salto desde Ibaia a Mendizorroza.

Sin embargo, el camino del albiazul hasta llegar a este punto no ha sido ni mucho menos sencillo y durante buena parte de su trayectoria se ha movido fuera del radar del Glorioso. Especialmente durante su etapa de formación, cuando siendo apenas un adolescente dio el salto desde el San Viator a la cantera de la Real Sociedad. En Zubieta fue ascendiendo escalones hasta el filial txuri urdin, donde también lució el brazalete de capitán.

Las puertas del primer equipo donostiarra, sin embargo, no se le abrieron y con veintidós años tuvo que enfrentarse a la dura realidad del fútbol profesional alejado de la protección que siempre ofrecen las canteras de los equipos de Primera División. Un periplo que le llevó por Girona, Irun, Eibar y Logroño antes de recalar por fin en el Alavés y dar inicio a una exitosa etapa que le ha permitido asentarse en su casa y disfrutar en primera persona de momentos inolvidables que perdurarán para siempre ya en la centenaria historia albiazul.

Pero gran parte del presente y del futuro de cualquier persona se explica a través de su pasado y precisamente con este se reencontrará Manu García el domingo. El vitoriano regresará a Donostia para disputar un derbi de la máxima importancia ante la Real Sociedad, el equipo que cuidó con mimo la semilla que con tanto éxito germinó años después en Mendizorroza.

Un proceso evidentemente nada sencillo del que puede dar buena cuenta un testigo excepcional del mismo. Y es que nada menos que en tres etapas diferentes han compartido vestuario Manu García y el también exalbiazul Jagoba Beobide. "Llegamos a Zubieta al mismo tiempo, yo con catorce años y él con quince así que nos conocemos desde muy pequeños pero no coincidimos en el mismo equipo hasta el Sanse. Antes teníamos ya relación de la residencia y de vernos en los entrenamientos pero no habíamos jugado juntos", rememora el actual centrocampista del Real Unión.

Unos años de los que el azpeitiarra guarda recuerdos nítidos de un compañero que ya mostraba gran parte de las cualidades que le han acompañado a lo largo de su trayectoria. Aunque en el ámbito estrictamente futbolístico sí destaca una evolución significativa por parte del vitoriano. "Entonces jugaba más en la banda izquierda y tenía mucha llegada. Él estuvo tres temporadas en el Sanse y yo subí después de la primera. Sobre todo la última fue espectacular. Jugó a un nivel excepcional y fue el máximo goleador de un equipo en el que estaban, por ejemplo, Imanol Agirretxe y Borja Viguera. Todo eso sin actuar de delantero", destaca Beobide.

Pero más allá de su rendimiento en números -indiscutiblemente notable-, uno de los grandes puntos fuertes del capitán del Glorioso que es capaz de aportar. "Siempre ha tenido mucho carácter y ha sabido trasladarlo al campo. Desde pequeño ha lucido galones y ha ejercido de capitán aunque no llevara el brazalete. Tiene madera de líder", significa.

Unas condiciones que le han llevado a convertirse en una de las referencias de prácticamente todos los vestuarios en los que ha estado y que ha alcanzado su máximo exponente en el Alavés. "Después de salir del Sanse, donde era uno de los capitanes, volvimos a coincidir en el Real Unión. Llegó en el último momento después de rescindir su contrato con el Girona pero, a pesar de eso, se hizo importante en todos los sentidos muy rápido. Y después ya en El Glorioso todavía más porque se trataba del equipo de su ciudad, del que siempre había sido aficionado y se responsabilizó al máximo desde el principio de que todo fuera bien", relata Jagoba, su inseparable pareja en el centro del campo durante esos primeros años de albiazules.

Manu y Beobide fundidos en un abrazo tras lograr el ascenso a Primera. Foto: Alex Larretxi

"Manu es muy abierto, habla mucho con la gente y es capaz de conectar rápidamente con todo el mundo. Tiene la tranquilidad y la humildad que hacen falta. Siempre se preocupa de lo que puedan necesitar los compañeros y se ofrece para ayudar. En Vitoria además, al ser de allí, cuenta con un plus. Al principio entre él y Sendoa, que era de los pocos veteranos, se encargaron de llevar el grupo y que todos fuéramos en la misma línea", destaca el guipuzcoano. Pero no todo ha sido ni mucho menos un camino de rosas para Manu García, y ahí también ha respondido. "Sigue su camino y saca el carácter para continuar hacia adelante y tirar del grupo", alaba Jagoba.

El exalbiazul, pieza clave este curso en las filas del Real Unión que marcha segundo de su grupo y en el que también militan los exalavesistas Viguera, Sergio Llamas y Aritz Borda, estará muy pendiente este domingo del regreso de Manu García a Donostia y de lo que pueda suceder en el derbi. "Nosotros jugamos el sábado así que espero poder verlo. Pienso que será un partido bastante disputado. Es verdad que en principio la Real es favorita jugando en casa pero el cruce de la Europa League es muy importante y teniendo el partido de vuelta la semana que viene puede hacer que se equilibren las fuerzas. Si el Alavés es capaz de estar sólido atrás creo que tendrá opciones, como en la primera vuelta", vaticina. De lo que está seguro, eso sí, es de que Manu habrá preparado a conciencia al equipo para la cita. "Es muy inteligente y seguro que El Glorioso

"Desde pequeño ha tenido galones y ha ejercido de capitán, tiene madera de líder"

"Es muy abierto, muy inteligente y es capaz de conectar muy rápido con todo el mundo"

"En el Sanse jugaba por la izquierda y fue el pichichi de un equipo con Agirretxe y Viguera"

Excompañero de Manu García