- No hay más oportunidades para Pablo Machín en el Alavés. Josean Querejeta, dueño del club, ha decidido cortar por lo sano tras observar la decadente trayectoria en la Liga que ha acercado peligrosamente al equipo a los puestos de descenso a Segunda División.

Cuando apenas quedan diez días para el centenario del club, el Alavés suma 18 puntos en otros tantos partidos y es ahora mismo decimosexto en la tabla, empatado con el Valladolid y con apenas dos puntos de ventaja sobre el Elche, tres con respecto a Osasuna y seis con el colista Huesca, que también acaba de cambiar de entrenador (Pacheta por Míchel).

Una situación crítica teniendo en cuenta que al conjunto ilicitano aún le quedan por recuperar dos partidos aplazados. O sea, en el peor de los casos, si ganara ambos compromisos aplazados, el Alavés pasaría sin jugar al decimoséptimo puesto de la clasificación empatado con el Valladolid, ya en zona roja.

El descenso no es una opción para Querejeta. Y menos aún con la sensible merma de ingresos y la tremenda incertidumbre que ha provocado la pandemia del coronavirus.

Al dirigente de Saski Baskonia, propietario también del Alavés, le preocupa sobremanera que se confirmara un cataclismo que pondría en peligro la supervivencia del imperio deportivo construido a lo largo de los últimos diez años. El descenso del Alavés también afectaría en gran medida a la viabilidad del Baskonia.

Por eso ha decidido no esperar ni un minuto más para buscar un revulsivo. La Liga se toma ahora un respiro por la disputa de la Supercopa y el club ha entendido que puede ser un momento propicio para que el nuevo entrenador asuma su cargo con algo de tiempo para aplicar los cambios necesarios. Porque el Alavés está inmerso en una espiral perdedora y, de hecho, Pablo Machín ya estuvo a punto de ser cesado en su cargo tras caer de forma consecutiva ante el colista y el Celta.

Sin embargo, el triunfo ante el Eibar aplacó un tanto los ánimos dándole la oportunidad de reconducir la trayectoria del equipo. Pero el desencuentro ya se había producido y cada jornada siguiente era observada desde el club como un test definitivo.

Desde entonces, empate contra Osasuna (1-1) con un hombre más, derrota en Vitoria ante el Atlético de Madrid (1-2) y fracaso estrepitoso contra el Cádiz (3-1). A Machín se le había agotado el crédito porque el Alavés ya no era capaz de competir contra los grandes -lejos quedan el triunfo sobre el Real Madrid y los empates contra el Barcelona y la Real Sociedad- y empezaba a mostrarse claramente inferior ante los equipos equivalentes en potencial y objetivos.

Querejeta ha decidido cambiar antes de que la situación se complique todavía más. La realidad es que el Alavés es ahora mismo uno de los peores equipos de la categoría y a cada jornada que pasa se le ve más inoperante y desanimado.

Cierto es que las lesiones y las expulsiones -con sus correspondientes sanciones- han terminado por dinamitar la solidez que exhibía el equipo durante algunas fases de la temporada. Sin embargo, esas circunstancias negativas forman parte del fútbol y no han sido suficientes para excusar la espiral negativa en la que se ha sumido el equipo en los últimos tiempos.

El Alavés celebrará sus primeros cien años de vida con otro responsable en su banquillo. Un entrenador conocido como Abelardo que ya sacó al equipo del ostracismo en su anterior etapa como técnico. Entonces convenció a Querejeta, que no ha dudado en volver a llamarle para salir del atolladero. Como a Ivanovic, como a Scariolo, como a Pedro Martínez, como a Perasovic...