Vitoria - El buen arranque de 2020 que venía protagonizando el Deportivo Alavés le había situado en la última jornada, en la visita al Mallorca, ante la posibilidad de dar un golpe de mano prácticamente definitivo en su particular carrera hacia la permanencia. Desgraciadamente, la versión albiazul que se vio sobre el césped de Son Moix estuvo muy lejos de alcanzar el mínimo competitivo que cabe exigírsele a este equipo y esa derrota hizo un daño enorme en el seno de un vestuario desde entonces consciente de que había dejado pasar una oportunidad de oro de dejar casi atado su objetivo único del curso. Por fortuna para los intereses de los pupilos de Asier Garitano, el margen de seguridad con el que contaba el equipo propicia que de nuevo se abra una puerta a la esperanza en el duelo de esta tarde contra el Athletic, otra vez de tintes prácticamente definitivos en caso de saldarse con victoria, por mucho que varios equipos de la zona baja hayan empezado ya a pisar el acelerador. Un derbi para resarcirse de ese pésimo sabor de boca que El Glorioso dejó ante el Mallorca con un triunfo que ponga la salvación al alcance de la mano y se convierta además en un regalo especial para la grada de un estadio de Mendizorroza que será hoy una gran fiesta.
La intención del Alavés es que lo acontecido en su visita a la capital balear se convierta en un simple y feo borrón que no empañe un discurso de enorme solvencia en este arranque de 2020. El cuadro albiazul se estaba mostrando sólido en defensa, lo que unido a un colmillo que ha estado habitualmente bien afilado condujo a sumar bastantes puntos seguidos y situar el objetivo de la permanencia a una distancia asumible. Sobre todo, tras la victoria contra el Eibar, que supuso una enorme liberación clasificatoria al conseguir ensanchar hasta los nueve puntos la renta con la zona roja, distancia que quedó reducida a solo seis tras la visita a Son Moix en un partido de muy malas sensaciones.
El cuadro albiazul sabe de sobra cuál tiene que ser su discurso para tener opciones de triunfo. La portería a cero, o al menos una seguridad defensiva que roce la perfección, es condición ineludible para que este equipo esté en disposición de sacar el máximo rendimiento de esa pareja atacante conformada por Lucas Pérez y Joselu que ha rubricado ya dieciocho goles. En ese crecimiento de las últimas jornadas cortado en Palma, el crecimiento de algunos futbolistas que anteriormente habían estado por debajo de lo esperado y la suma de los fichajes invernales habían sido factores importantes que habrán de recuperarse para tratar de meter mano a un Athletic de dos caras en este arranque de año.
Mientras sueña con una nueva final copera, el equipo de Gaizka Garitano ha ido perdiendo gas en la competición de la regularidad y acumula ya nueve jornadas consecutivas sin conocer la victoria en liga. La desventaja para los intereses albiazules es que esta semana la han tenido de descanso los bilbaínos y tampoco en la siguiente tienen en su horizonte el duelo de vuelta de las semifinales coperas contra el Granada. Durante enero y el inicio de febrero, los rojiblancos han volcado todos sus esfuerzos en ese torneo y lo han pagado los fines de semana, decayendo en la línea regular que habían mostrado con anterioridad y que les había convertido en claros aspirantes a Europa.
Con el Athletic más descansado, el Alavés se encontrará a un oponente que prácticamente podrá disponer de su equipo de gala, con Iñaki Williams como gran amenaza ofensiva y una solvencia defensiva excepcional con tres centrales protegiendo a Unai Simón. Una poderosa muralla que El Glorioso intentará dinamitar para conseguir una victoria definitiva por la salvación.