Vitoria - A pesar de que el mercado invernal se cerró a la conclusión del mes de enero, las puertas de Mendizorroza se abrieron ayer de nuevo para despedir a otro de los que eran componentes de la plantilla de Asier Garitano. El período de contratación excepcional del que dispone el Zaragoza para cubrir el hueco que ha dejado la lesión de larga duración de Javi Ros ha concluido con la cesión al club aragonés de Burgui, que peleará con su nuevo equipo por ascender a Primera División. Y, precisamente, la evolución de los blanquillos a lo largo de los próximos meses será seguida con especial atención desde las oficinas de Mendizorroza, pues en el préstamo del extremeño se recoge una cláusula que obliga a su club de destino a afrontar la contratación del mediapunta en caso de subir de categoría. La misma fórmula que se utilizó en la cesión de Antonio Sivera al Almería y que abre una nueva vía alternativa para hacer caja con un posible traspaso que ya se encuentra pautado.

El presente ejercicio ha sido especialmente prolífico para las arcas alavesistas por los traspasos de Guillermo Maripán al Mónaco el pasado mes de agosto y el que recientemente desembocó con la marcha de Mubarak Wakaso al Jiangsu Suning. La suma de ambos se acerca a los veinte millones de euros y propiciará que a la hora de hacer las cuentas el balance entre ingresos y gastos resulte muy positivo. También, además, concederá un margen de movimientos mayor de cara al futuro, ya que en el sistema de control económico impuesto por LaLiga los traspasos tienen un peso muy importante para incrementar el límite de la masa salarial.

Estas dos operaciones computan en el actual ejercicio, mientras que las de Burgui y Sivera, de materializarse, irían a engrosar el siguiente, a partir del 1 de julio. Ambos casos son idénticos al acuerdo que la pasada temporada se cerró con el Albacete en la cesión de Dani Torres, aunque en aquel caso el cuadro manchego no fue capaz de rubricar el ascenso y el colombiano regresó a Vitoria. La puerta a la esperanza se vuelve a abrir para el Alavés con la buena situación clasificatoria de los dos clubes con los que ha cerrado estos préstamos. No en vano, el mediapunta se marcha a un Zaragoza que marcha tercero con un partido menos disputado, mientras que el portero pasó a engrosar las filas de un Almería que es segundo. Solo los dos primeros consiguen el ascenso directo -el Cádiz marcha líder con una ventaja reseñable-, pero los cuatro siguientes disputan un play off que pone en juego la tercera plaza en la élite.

Aunque las cifras globales no son tan importantes como la suma de los traspasos de Maripán y Wakaso del presente ejercicio, lo cierto es que el Alavés ingresaría una cantidad muy destacada si se cumplen todos los parámetros marcados, pues en los contratos hay variables que cambian el precio final de los futbolistas por su participación en los partidos de sus nuevos equipos. Además, el club se liberaría sin ningún problema de futbolistas que no van a tener peso en el siguiente proyecto -el destino de Sivera con Fernando Pacheco en Vitoria no es otro que permanecer a su sombra, mientras que Burgui ya lleva tiempo en el equipo sin incidencia alguna en el mismo- y recuperaría con beneficios la inversión que en su momento realizó en sus contrataciones.

La fórmula de la cesión con obligación de compra la ha utilizado también el Alavés con la operación de ha llevado a John Guidetti al Hannover, pero en este caso desde las oficinas de Mendizorroza se asume que va a ser prácticamente imposible que el delantero sueco cumpla en el club alemán con todos los parámetros que se requieren para que se tenga que ejecutar esa cláusula de adquisición de sus derechos.