Vitoria - Aunque resulta inevitable que, menos de cuarenta y ocho horas después de lo sucedido, el tropiezo del pasado lunes ante el Rayo Vallecano continúe generando un sabor amargo entre los aficionados albiazules, conviene poner en perspectiva esta primera derrota como local del curso y, sobre todo, disfrutar como se merece del exitoso camino recorrido hasta el momento. Porque la realidad es que, durante los últimos nueve meses, el Deportivo Alavés ha escrito con letras de oro diez inolvidables capítulos de su historia que se han ganado ya para siempre un lugar de privilegio entre los mejores recuerdos de la entidad. Nunca hasta ahora había conseguido la escuadra del Paseo de Cervantes disfrutar de una racha tan positiva como local en Primera División y, sin duda, resultará complicado que la pueda repetir en breve.
Para llegar hasta el punto inicial de esta brillante trayectoria hay que remontarse hasta el curso pasado, en el que El Glorioso consiguió, de la mano de Abelardo, resucitar desde las catacumbas más profundas de la Liga a la comodidad de la zona templada de la clasificación. Con esa tranquilidad instalada ya desde hacía algún tiempo en el club y su entorno, el equipo compareció en la penúltima jornada del curso para despedirse de fiel afición. En su anterior cita había caído derrotado ante el Atlético de Madrid pero, en esta oportunidad, el guión fue bien diferente. Con al picante extra de que el adversario era el Athletic de Bilbao, el combinado albiazul se regaló una cómoda y reconfortante victoria (3-1) en un derbi que tradicionalmente le había deparado más sinsabores que alegrías. Dos goles de Munir y otro de Maripán sentenciaron el duelo disputado el 12 de mayo de 2018. Una fecha que supone el pistoletazo de salida a la construcción de un casi impenetrable muro alrededor del fortín vitoriano.
Tras las vacaciones estivales, la Liga retomó la competición el pasado mes de agosto y, tras debutar en el Camp Nou, al Alavés le llegó el momento de reencontrarse con su público. En apenas una semana (el 25 de agosto y el 2 de septiembre) afrontaba dos comparecencias y en ambas fue capaz de sumar algo. Si ante el Betis no pudo pasar del empate a cero inicial, contra el Espanyol conquistó su primer triunfo del ejercicio gracias a los dos tantos en apenas dos minutos (Borja Bastón y Sobrino) con los que remontó el marcado por Baptistao poco antes del descanso.
En plena racha positiva tras haber sumado nueve puntos consecutivos, el plantel de Abelardo regresó a casa en la sexta jornada para medirse al Getafe de su antiguo técnico José Bordalás. Un adversario que le puso contra las cuerdas pero ante la que la diana de Calleri en el último suspiro sirvió para rescatar al menos un punto (1-1). El siguiente compromiso llegó ya en octubre (el día 6) y merece un capítulo especial. Porque el visitante de turno era nada más y nada menos que el todopoderoso Real Madrid. Después de cuajar una actuación más que notable a nivel colectivo, un cabezazo del capitán Manu García -ayudado por el empuje de todos los alavesistas- en el minuto 89 rubricó una victoria que forma parte ya de la lista de grandes gestas del Glorioso.
Los éxitos continuaron con dos triunfos por idéntico resultado (2-1) en las jornadas 10 y 12. En la primera Calleri y Borja Bastón firmaron los goles del triunfo ante el Villarreal mientras que Jony y Rubén Sobrino fueron los autores de las dianas que derrotaron al colista Huesca. A continuación llegaron sendos empates en el Paseo de Cervantes. A uno ante el Sevilla en la decimocuarta jornada del campeonato con gol de Jony y a cero dos capítulos después en el derbi contra el Athletic.
La última alegría como local, por el momento, llegó ya en el actual 2019. La víspera del día de Reyes, en su estreno competitivo este año, El Glorioso se regaló otra gran victoria (2-1). En esta oportunidad la víctima fue el Valencia de Marcelino y Borja Bastón y Tomás Pina quienes firmaron los goles.
Este éxito sobre el cuadro ché se convirtió en el punto final a la mejor racha albiazul como local en Primera División como consecuencia de la derrota encajada el lunes ante el Rayo pero, por supuesto, el plantel vitoriano debe tratar por todos los medios de que sea únicamente el fin de una etapa intermedia antes de abrir otra igualmente positiva. La fórmula del éxito, en cualquier caso, ya la conoce y el principal artífice del mismo continúa en el banquillo. Y es que, desde que tomó el mando del equipo en diciembre de 2017, Abelardo únicamente ha perdido cuatro partidos en Mendizorroza. Números espectaculares al alcance de muy pocos.