Vitoria - Sergio Llamas ya es historia en el Deportivo Alavés. Uno de los canteranos formados en Ibaia, posiblemente en el que estaban depositadas las mayores esperanzas de cara al futuro, quedó desvinculado ayer de forma definitiva del club babazorro, con quien todavía tenía contrato en vigor hasta junio de 2019. La proyección del centrocampista gasteiztarra invitaba hace años a pensar en que podría haber sido un futbolista importante para la entidad del Paseo de Cervantes, pero no ha progresado a la velocidad ni al nivel esperado por todos los estamentos. Dado ese estancamiento en su crecimiento, Llamas se marcha ahora por la puerta de atrás del equipo de toda su vida y a sus 25 años buscará un nuevo desafío profesional lejos de casa.
El único entrenador con el que ha gozado de una cierta continuidad fue José Bordalás en la temporada 2015-16, concretamente la del ascenso. Bajo la dirección del alicantino, Llamas disputó un total de 20 partidos, si bien solo fue titular en dos de ellos. Sin embargo, dispuso de una escasa ración de protagonismo con otros inquilinos del banquillo albiazul, especialmente Mauricio Pellegrino. La pasada campaña actuó en calidad de cedido en el modesto Real Unión de Segunda B. En tierras guipuzcoanas, tomó parte en 25 encuentros -16 en el once inicial- marcando un solitario gol en la última jornada ante el Racing.
Su futuro aún no está decidido, si bien hace meses ya se especuló con la posibilidad de que Llamas opte por vivir una aventura exótica en algún país asiático. Dicho este extremo aún no está confirmado. El jugador utilizó ayer las redes sociales para despedirse. “Tras ocho temporadas tengo que decir adiós. Dejo atrás grandísimos momentos y la satisfacción de haber aportado para devolver al Alavés donde se merece. Quiero agradecer al club, a esas personas que confiaron en mí y me dieron la oportunidad de llegar al primer equipo. Y a la afición por el cariño y porque el Alavés sin ellos no sería lo mismo”, escribió Llamas en su carta de cuatro párrafos.