vitoria - Hace ya una década que colgó las botas, pero continúa teniendo tirón. Será porque la sombra de su figura es extraordinariamente alargada o será porque el alavesismo le considera poco menos que un santo merecedor de un lugar destacado en su Olimpo albiazul. O quizá incluso sea por su reconocida alergia en su tiempo de entrenador a las cámaras y los micrófonos, lo cual siempre confiere un aire atractivo, pero el caso es que la reaparición de ayer del técnico de Balmaseda no dejó indiferente a nadie. Salvo colaboraciones puntuales y en momentos muy concretos, las apariciones de Mané desde que se retiró del fútbol podrían decirse que se han contado con los dedos de una mano. Quizá por eso ayer la expectación era tanta en el auditorio de la sala Luis de Ajuria, donde se concitó una notable representación del alavesismo, además de amigos y curiosos que quisieron ver en acción a ese entrenador “que nos llevó a la gloria”, como reconocía un pensionista poco antes de entrar en la sala.
A la llamada de ayer acudieron incondicionales como Asun Gorospe, el que fuera delegado durante muchas temporadas de la época dorada del club, Agustín Abascal, el directivo Paco Liberal, el galeno Jesús Gaisán o el Celedón Iñaki Landa, mientras que de la parte deportiva se dejaron ver jugadores de la actual plantilla como su capitán, Manu García, que estuvo acompañado de su padre, y exalbiazules como Pablo Gómez, Roberto Ortiz de Urbina, Sabino Alava, Tella o Baroja. Casi una hora de recuerdos en blanco y negro y color para glosar la figura de un preparador que comenzó en la base (Barakaldo y Sestao) antes de iniciar en Vitoria en la 84/85 una peregrinación que le llevó por Figueras, Lleida entre las temporadas 88 y 95 y en las que consiguió el ascenso a Segunda y Primera, Mallorca, Levante, Deportivo Alavés (1997/2003), Levante de nuevo, Athletic en la 06/07, al que salvó del descenso, y Espanyol en la 08/09, donde apenas permaneció un mes en el cargo. Ahí decidió cortarse la coleta 34 años y 1.500 partidos después. - A. Goñi