Desde hace ya varios días es notorio el trasiego de furgonetas, camiones y contenedores que entran y salen de un edificio gris de tres alturas y colindante a El Mineral que el pasado mes de octubre adquirió el Deportivo Alavés para levantar allí mismo su nueva residencia de jóvenes jugadores para el propio cuadro albiazul como para Baskonia. Diferentes gremios se afanan estos días en poner a punto la nueva Masía que acogerá a las futuras promesas en próximas fechas. Un trabajo a contrarreloj que cuenta con la omnipresente sombra diaria de Josean Querejeta, que ha instado a todos los gremios a concluir los trabajos de reforma a lo largo de esta semana o, a más tardar, a inicios de la que viene, ya en el mes de abril, que es cuando el mandatario pretende realmente inaugurar, oficialmente hablando, la residencia de jugadores.

En ese sentido, los trabajos de mayor complejidad están relacionados con la seguridad y las salidas de emergencia pero las previsiones que manejan quienes están en el día a día del acondicionamiento son que durante las próximas semanas se podrá estrenar el complejo con total garantía. Por lo demás, la distribución de las habitaciones y resto de obra mayor apenas ha sufrido variaciones.

Fue hace cinco meses cuando el Grupo Baskonia-Alavés se hizo con este inmueble que se construyó en 1997 y que en su planteamiento inicial estaba concebido como geriátrico. Después, por diferentes problemas, no tuvo el uso deseado así que posteriormente se pensó en utilizarlo como apartamentos tutelados, aunque sin éxito. De modo que al final quedó vacío y en tierra de nadie durante los últimos once años hasta que Querejeta concibió el lugar como un emplazamiento ideal para acoger a deportistas. Según la información ofrecida por el propio mandatario, la residencia constará de unas 45 habitaciones y en su fase inicial serán unos 25 ó 30 jóvenes quienes lo estrenen. Con el paso de los meses, especialmente de cara a la temporada que viene, podría llegar a acoger a 80 jugadores, fundamentalmente de chicos nacidos en otras provincias españolas e incluso extranjeros que son reclutados para las categorías inferiores y que ahora viven en diferentes pisos de Vitoria. “Si estoy en el Alavés no es para subir a Primera; tengo la ilusión de que pueda ser un equipo sólido y consolidado, uno de los diez primeros, y para eso hay que dotarlo alrededor de una serie de infraestructuras”, aseguró entonces Querejeta al respecto en una entrevista en Onda Cero.