La actual hace la séptima temporada consecutiva de la Real Sociedad en Primera División desde el último ascenso, un período intrascendente en cuanto a resultados si se exceptúa la plaza de Champions obtenida en la campaña 2012-13. Discreto asimismo en el capítulo goleador, donde la falta de rematadores de referencia (Kovacevic o Nihat, los más fáciles de recordar gracias a su eficacia y proximidad en el tiempo) ha derivado en una búsqueda en el mercado tan incesante como infructuosa. Willian José da Silva es el fichaje de este verano, vino para suplir a su compatriota Jonathas, quien relevó al islandés Finnbogason, sustituto del suizo Seferovic, sucesor a su vez del uruguayo Ifrán. Un listado cuyo exotismo no compensó su nulidad en términos de productividad, menos todavía si se repara en que el goteo de supuestos killers del área supuso un freno para el delantero nativo, Imanol Agirretxe, hoy en el dique seco por culpa de una extraña lesión de tobillo que le ha obligado a pasar en dos ocasiones por el quirófano.

Willian José ha entrado con buen pie, tres goles en siete partidos le avalan y revitalizan la expectativa tantas veces defraudada. Aunque parezca increíble, con esta aportación inicial ya ha superado los registros anuales establecidos por Ifrán, Seferovic y Finnbogason, y se sitúa en la estela de Jonathas, que metió siete en su único curso en Anoeta, antes de hacer las maletas con destino al Rubin Kazan. Aún es pronto para emitir una valoración sobre el ariete brasileño contratado hasta 2021. La Real ha realizado una apuesta fuerte, le ofrece una estabilidad que contrasta con su trayectoria previa: no ha cumplido 25 años y la txuriurdin es la octava camiseta que viste, siempre en calidad del cedido por el Maldonado de Uruguay, que ahora se ha desprendido del 70% de su propiedad a cambio de seis millones de euros.

El brasileño no pudo alardear de puntería en su país, es posible que fuera demasiado inexperto entonces porque al recalar en el Zaragoza, tras una breve estancia en el filial del Madrid, empezó su despertar. Una decena de goles fue su salvoconducto para saltar a Primera luciendo el amarillo del Las Palmas, donde los titubeos iniciales desembocaron en una segunda vuelta de liga brillante, al parecer suficientemente llamativa para que su nombre figurase en la agenda de la Real. La necesidad de incorporar un rematador al plantel de Eusebio Sacristán no admitía discusión: Jonathas no convencía, Carlos Vela seguía de capa caída y, lo peor de todo, Agirretxe continuaba con la baja médica. Por motivos distintos, pero no había fecha de regreso para los dos últimos.

los problemas La situación provocó que el club se pusiera serio con el mexicano, un superdotado de mentalidad errática que acumulaba dos años de desidia, casualmente los siguientes a su jugosa renovación. Muy alejado de la versión que precipitó su compra del Arsenal, Vela tuvo que escuchar con atención la exigencia del técnico y de unos dirigentes que no cejaron hasta hacerse con su propiedad. Sencillamente le reclamaron un cambio drástico de actitud que, a decir de los más escépticos, se percibe aunque sea de forma tenue. A todo esto, la baja de Agirretxe se había prolongado hasta la conclusión de una campaña donde iba camino de destrozar sus registros: llevaba 13 goles cuando una disputa con Keylor Navas el 30 de diciembre le retiró de la circulación. Fue intervenido en abril, protagonizó incluso una fugaz reaparición, pero lo cierto es que el de Usurbil, discriminado tan a menudo para promocionar las medianías antes citadas, volvió a la mesa de operaciones este pasado septiembre. Aventuran que estará apto para enero.

Once goles en ocho jornadas de liga sitúan a la Real en los parámetros comunes a la mayoría de los equipos, con el matiz de que cuatro los obtuvo en una única cita al machacar en calidad de anfitrión al Las Palmas. Willian José fue clave ante su exequipo: en la primera jugada del choque abrió el marcador y luego convirtió el penalti que penalizó a los canarios con la expulsión de un efectivo en el minuto 21. En general, al conjunto le cuesta culminar, en varios partidos ha creado situaciones, en número y calidad, para haber elevado sus guarismos, pero por lo que sea la reunión de futbolistas de perfil ofensivo en las alineaciones no ha cundido aún.

De momento, el principal refuerzo para ganar en pegada no está en entredicho. Willian José ha encajado con naturalidad en la pizarra de Eusebio, no así el otro fichaje de carácter ofensivo, Juanmi, autor del primer tanto de la temporada. Jugador rapidito, de buenos movimientos, por el momento ocupa plaza en el banquillo, le cierran el paso Vela, Oyarzabal y Xabi Prieto.