Vitoria - Por cuarto verano consecutivo, Josean Querejeta se ha encargado de dejar claro que en el Deportivo Alavés él es el único encargado de marcar los tiempos. Con los precedentes de las tres temporadas anteriores en la mano, quien esperase una rápida toma de decisiones por parte del factótum de las oficinas del Paseo de Cervantes se equivocaba de cabo a rabo. Si por algo se ha caracterizado el presidente de Saski Baskonia desde su desembarco en Mendizorroza es por su decisión de saltarse los que se entienden como tiempos lógicos para la exposición de decisiones en el mundo del fútbol para pasar a marcar su propio paso. Sin prisas, tomándose el tiempo que estima necesario y sin hacer caso de la paciencia del entorno o de las posibles prisas de los afectados por sus deseos. El Alavés de Querejeta ha ido todos los meses de junio de los años precedentes a su ritmo y esa actitud no variará ni un ápice ahora que tantas cosas hay que estructurar en el club.

“El primer paso que tiene previsto dar el consejo de administración es el de dotar al club de unos cimientos sólidos para afrontar con garantías los retos de futuro, fortaleciendo todas las áreas para dar una respuesta a cualquier eventualidad. Una vez consolidadas todas las necesidades estructurales, dará nuevos pasos que afectarán al área deportiva. Esta nueva fase afecta a todo lo relacionado con la configuración de una plantilla sólida capaz de afrontar con solvencia su andadura por la Liga de las estrellas”, señalaba el martes la entidad en un comunicado que daba por finiquitada la presente campaña y abría de par en par las puertas de las vacaciones.

La idea, pues, es clara. Paso a paso y sin prisa en la reestructuración del club. Dispone el Alavés de todo este mes de junio para ir dando pasos. Y el orden en el apartado deportivo es muy claro: primero, la dirección deportiva; posteriormente, el entrenador; por último, la nueva plantilla. Eso sí, el hecho de que no se haya confirmado aún a Javier Zubillaga en su cargo habla bien a las claras de que El Glorioso está buscando una figura para liderar esa parcela, una cuestión que no descarta al riojano para ese mismo puesto en caso de que no prosperen las opciones manejadas.

Precisamente, Zubillaga ha sido la única que ha contado con estabilidad y certeza de la misma a lo largo de esta etapa. A su llegada en junio de 2012 firmó por dos temporadas y su contrato quedó renovado por otros dos años en 2014. El anuncio de esa continuidad lo hizo el propio Querejeta cuando el equipo celebraba la permanencia en Jaén y se corroboraba pocos días después con el preceptivo comunicado.

El riojano ha sido durante esta etapa la excepción de la regla a las largas esperas de técnicos y jugadores, una situación que ahora le va a tocar vivir en primera persona. Y es que el máximo mandatario alavesista se ha caracterizado por estirar casi hasta el máximo el tiempo de la toma de decisiones. Mientras que en otros clubes el particular confesionario se hace prácticamente al día siguiente del final del curso -o como mucho durante esa misma semana-, en las oficinas del Paseo de Cervantes ese tiempo de espera se ha alargado muchísimo más durante esta etapa de mandato de Querejeta.

hasta 39 días de espera La desastrosa campaña 2011-12, la primera de su jefatura, concluyó sin play off en Torrelavega el 13 de mayo. Dani Barroso y Carlos Granero -el entrenador con contrato en vigor para la siguiente campaña- tuvieron que esperar hasta el 8 de junio (26 días) para conocer que no seguían en el club. Ese día se oficializó la llegada de Javier Zubillaga a la dirección deportiva, mientras que para el anuncio de la contratación de Natxo González como nuevo entrenador hubo que esperar hasta el 14. Eso sí, más largo aún fue el período de incertidumbre para los jugadores que componían aquella plantilla, ya que la lista de bajas y continuidades no se hizo pública hasta el 21 de junio, 39 días después de que hubiese finalizado el curso.

El final de la campaña del ascenso a Segunda, en la 2012-13, fue el que menos espacio dejó a la incertidumbre. Y eso que todavía queda la sensación de que la renovación de Natxo González tardó muchísimo en llegar, pero la verdad es que no fue así. El equipo subió el 1 de junio y para el 6 el técnico vitoriano ya estaba renovado a pesar de que la competición se estiró hasta el 16 de ese mismo mes. La continuidad de director deportivo y entrenador también propició que las decisiones acerca de la plantilla fuesen rápidas y el 18, dos días después del final del curso, se publicaba el listado de renovaciones y bajas de ese curso.

los jugadores, los últimos De nuevo la temporada 2013-14 tuvo un mes de junio pleno de dudas. La continuidad de Zubillaga se anunció por Querejeta el mismo día 7 tras la salvación en Jaén, aunque para la confirmación oficial hubo que esperar hasta el 14. Tras una búsqueda infructuosa en el mercado de entrenadores, la renovación de Alberto llegó el día 24 -17 después del final del curso-, mientras que a los componentes de la plantilla se les comunicaron las intenciones del club el 26 (19 después de disputar el último partido oficial).

Los jugadores son siempre los últimos en la lista y con tiempos de espera importantes. El pasado verano se vivió esa misma situación y fueron los principales afectados por los nervios de quien no conoce su futuro. Precisamente, esa larga espera llevó a algunos a aceptar las ofertas que tenían sobre la mesa ante la tardanza del Alavés en comunicarles su postura. El 7 de junio de 2015 concluyó la temporada de un Glorioso que ya contaba con la figura de Zubillaga en cartera y que solo tardó cuatro días, hasta el 11, en anunciar la contratación de José Bordalás para el banquillo. Pero hasta el 25, 18 días después del último partido, no se oficializó la lista de bajas, aunque antes ya se había producido algún fichaje.

En esta tesitura, todo hace indicar que a los integrantes de la plantilla alavesista, del primero al último en el entramado deportivo, les queda todavía un buen tiempo de espera por delante hasta conocer las intenciones del club con respecto a cada una de sus situaciones.

Temporada 2011-12. El curso concluyó el 13 de mayo y hasta el 8 de junio (26 días) no se confirmaron las salidas de Barroso y Granero y la contratación de Zubillaga. El fichaje de Natxo González llegó el día 14 y hasta el 21 no se comunicó el futuro de los jugadores, 39 días después del final de la temporada.

Temporada 2012-13. Zubillaga tenía contrato, Natxo González renovó el 6 de junio, cinco después del ascenso, y las bajas se anunciaron el 18, dos días después del último partido.

Temporada 2013-14. La renovación de Zubillaga se anunció el mismo día (7 de junio) de la salvación en Jaén, aunque la oficialidad no llegó hasta el 13. La de Alberto, el 24; los jugadores, el 26.

Temporada 2014-15. Zubillaga tenía contrato en vigor y, tras haberse logrado la permanencia con mucho margen, la contratación de Bordalás se anunció el 11 de junio, cuatro después del último partido. Los jugadores tuvieron que esperar hasta el 25.