Vitoria. Apenas unos minutos antes de comparecer en la sala de prensa de Mendizorroza junto al nuevo director deportivo del club, el presidente del Alavés, Avelino Fernández de Quincoces, mantuvo la que podría ser su última reunión con el hombre que había asumido hasta el momento esas funciones. Dani Barroso zanjó su situación, su salida, y dejó el "campo libre", en palabras del propio dirigente albiazul, para que ahora sea Javier Zubillaga quien se ponga manos a la obra en la confección de un proyecto que vuelve a tener como principal objetivo el ascenso. Fernández de Quincoces, consciente de que las formas del club a la hora de comunicar su decisión de prescindir tanto de Barroso como de José Carlos Granero quizá no hayan sido las más adecuadas, no tuvo reparos en reconocerlo ante los medios de comunicación.

"No es una situación cómoda, ni agradable, pero no es menos cierto que en este mundo del deporte, del fútbol, esas situaciones contractuales están para cumplirlas y uno tenía contrato hasta junio, y estamos donde estamos, y el otro, un contrato con posibilidades de salida ¿Las formas? Nosotros tenemos que empezar a acuñar también un club de formas, de maneras de ser, de estar, de actuar", reconoció el presidente de la entidad del Paseo de Cervantes, que no transmitió hasta unas horas antes de que lo supieran los medios de comunicación la decisión del consejo de administración de no renovar el contrato de Barroso y de romper su relación con Granero, al que aún le restaba un año.

Tanto uno como el otro, por indicación de los rectores del club, han estado trabajando en la próxima temporada, a pesar de que Josean Querejeta y su equipo ya parecían haber tomado de antemano la decisión de despedir a ambos. De hecho, según ha podido constatar este periódico, han sido varios los posibles directores deportivos que se han barajado y han mantenido contactos con la cúpula directiva alavesista antes de que firmara Zubillaga. Fernández de Quincoces asume que las formas no fueron las mejores. Pero el fondo lo tenían muy claro en el seno del club: "Queríamos dejar el campo libre para que Javier Zubillaga pudiera hacer", zanjó el presidente.