uando rezaba el rosario todas las tardes que iba a visitar a su abuelo y a cenar con él, por la cabeza de José Ramón Marín ni rozaba la idea de que en algún momento acabara siendo presidente de la Cofradía de Amigos de San Prudencio. Por aquel entonces, el escultor José Marín Bosque había sufrido un ictus y estaba postrado en una silla con ruedas. Atrás habían quedado aquellas épocas en las que a golpe de cincel había elaborado numerosas piezas en su taller, la más conocida la figura de San Prudencio que preside el Paseo del Santo y que fue inaugurada el 28 de abril de 1940.
A José Ramón le contaban que su abuelo había nacido en Valencia en 1888 y que con 20 años se trasladó a la localidad vizcaína de Durango para realizar trabajos escultóricos en la basílica de Santa María. Era un maestro de la piedra y la madera, especializado en el arte sacro, y después de Durango se instaló Vitoria para trabajar en esculturas artísticas de la Catedral Nueva, donde realizó numerosas obras, muchas visibles desde el exterior, como las gárgolas del templo. "El paso del Descendimiento de la Cruz que está en la parroquia de San Vicente Mártir, la fuente del parque de La Florida, el crucero en la cuesta de San Francisco o la restauración en 1954 de la imagen de la Virgen Blanca que se encuentra en San Miguel también son hechas por mi abuelo. Y muchas cosas más que ni hemos encontrado", enumera el cofrade mayor de San Prudencio. Con estos mimbres, cuando el anterior presidente Manuel Camacho, le dijo que tenía que ponerse al frente de la Cofradía "porque daba prestigio ser nieto de quien era" no pudo negarse y tomó el relevo a Eduardo López de Sosoaga que durante 2 años había ejercido de manera interina.
Durante muchos años, José Ramón Ramón Marín ha tenido cargos en estamentos vinculados a la montaña y reconoce que cuando llegaba San Prudencio él escapaba al monte. Hace unos 14 años comenzó a frecuentar los actos en honor al patrón, pero pocas veces ha podido acceder a la misa pontifical "porque hay tal cantidad de gente que eso es imposible", asegura. Este año no sólo estará sino que le tocará ocupar un lugar destacado y tomar parte en la procesión que se realiza con el santo portado a hombros, seguido por las reliquias de San Prudencio, al son de la retreta mientras se rodea la iglesia. Posiblemente en ese acto se escuche el nuevo himno de la Cofradía, "que lo ha hecho Manuel Camacho y ha contado con la colaboración de Xabin Salaberri", destaca Marín, que ha disfrutado oyendo la pieza en el Triduo de San Prudencio que este año sí se ha podido realizar "el 26 de marzo, 2 y 9 de abril con la colaboración de la Federación Alavesa de Coros y ha contado con 6 coros".
Cuando la festividad pase, el cofrade mayor seguirá trabajando para "estar presente en la sociedad ofreciendo cultura, historia y devoción a San Prudencio y haciendo que se le conozca más, que sabemos poco de él".
Un himno a San Prudencio al ángel de la paz
la Cofradía anima a todos a cantar
Unidos sus amigos no quieren olvidar
su vivo mensaje de fraternidad
Aúpa los alaveses que hacen camino para llenar
sus vidas recorriendo la "Vía de la paz"
Aúpa los alaveses que siendo fieles a su patrón
hacen fiesta en Armentia guardan la tradición
Cantando a San Prudencio porque es nuestro patrón
iremos hasta Soria con mucha devoción
Veremos una cueva Saturio la habitó
con él vivió Prudencio el Duero le arrulló
Aúpa los alaveses...
Pasados siete años Saturio falleció
Prudencio hizo camino Calahorra le acogió
Estando en Tarazona a obispo ascendió
llamado a Burgo de Osma en paz allí murió
Aúpa los alaveses...