La Ertzaintza lo tiene claro. Define el delito de odio como aquél cuya principal característica es la motivación del autor para rechazar o mostrar su hostilidad hacia el que considera diferente. La Policía autonómica sugiere que las víctimas son seleccionadas más por lo que representan que por lo que son o por quiénes son. Bajo esos parámetros, hay una evidencia: Álava no está exenta de la incidencia de este tipo de ilícitos. De hecho, según ha podido comprobar DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, el territorio histórico registró en 2023 un total de 33 de este tipo de casos. Son el 12% de los registrados en el conjunto de Euskadi.
Etnia y exclusión social
Dentro de la tipología de este elemento delincuencial hay variedad de damnificados. No en vano, según indican fuentes de la Ertzaintza, el autor elige a la víctima por alguna característica que la identifica con un grupo, pueblo o comunidad al que el autor rechaza, mostrando conductas de intolerancia, hostilidad o discriminación porque considera, en base a estereotipos y perjuicios, que tiene menos derechos que el resto, se trata de un delito en el que se niegan derechos a la víctima por su etnia, origen, religión, idioma, sexo o género, identidad de género, edad, ideología, diversidad funcional o discapacidad, enfermedad, pobreza, exclusión social.
Datos concluyentes
Teniendo en cuenta esos paradigmas, los datos que aporta la Policía autonómica son concluyentes. Según sus registros, el 64% de los 281 delitos de odio registrados el año pasado en Euskadi fueron de carácter racista o xenófobo, lo que supone un importante incremento, del 23%, respecto de los datos del año anterior.
Trascendencia de la xenofobia
Si se analizan exclusivamente los delitos de racismo o xenofobia, en el territorio histórico de Álava se registraron 18 casos, un 10% del total vasco, cifra ligeramente inferior a la del año anterior. Supone el 54% del conjunto de este tipo de hechos ilegales.
Registros llamativos
Son registros llamativos y que ponen de relieve la trascendencia de un tipo de discurso que ha ganado relevancia mediática por la facilidad de acceso a las redes sociales que tienen quienes utilizan estas fórmulas de agresión. Lo ocurrido recientemente con el caso de asesinato del niño Mateo en Mocejón (Toledo), con el linchamiento público sufrido por el portavoz de la familia de la víctima, que desmintió la implicación de menores inmigrantes en la muerte del niño, es un claro ejemplo de este tipo de situaciones en las que cobran especial importancia las redes sociales por la rápida y amplia difusión de los mensajes que en ella se vierte.
Declaración de odio
Desde el ámbito policial se definen los discursos de odio como toda declaración, manifestación de ideas o cualquier forma de expresión que suponga una incitación, difusión, promoción o justificación directa o indirecta del odio o violencia contra determinados grupos por su raza, por su procedencia, por su orientación sexual o identidad de género, por su discapacidad o cualquier otra condición similar (alguna de las características enumeradas anteriormente) es lo que se conoce como discurso de odio en el que es importante el contexto en el que se produce tanto por su efectividad como por el número de personas a las que pueda llegar no solo por las características y contenido del mismo.
Incidentes de odio
Sea como fuere, los datos antes reseñados forman parte del Informe de incidentes de odio de Euskadi correspondiente al año pasado y editado por el Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco. En él, se refleja un descenso del 35% en el número de delitos de odio respecto a los del año precedente. Según se argumenta, la bajada se debe en buena medida a un cambio en cuanto al tratamiento de los incidentes de odio por razones de género, que deja fuera los que pudieran estar definidos como violencia machista.
Cifras globales
La cifra de los incidentes de odio en Euskadi (281) es sensiblemente inferior a la del año anterior (435) pero sigue siendo el doble de los que se registraban en los años previos a la pandemia (105 en 2019). Del total de incidentes, 180 tuvieron un carácter racista o xenófobo, 45 estuvieron relacionados con la orientación o identidad sexual; 22 con la orientación política o ideología y 18 con el género.
Incidentes racistas
En todo caso, el número de incidentes racistas también descendió en términos absolutos, un 22% menos. El ámbito de la orientación e identidad sexual registra el 16% de los incidentes (45 casos), menos de la mitad de los del año anterior (96). En tercer lugar se encuentran los delitos de odio basados en la ideología y la orientación política, que aglutinan casi el 8% de todos (22 casos), manteniendo un peso relativo idéntico al de 2022, pero con un descenso en el número absoluto de casos (-35%). En cuarto lugar, los delitos cometidos por razón de género descienden de forma pronunciada hasta el 6% de los incidentes registrados (-61%), perdiendo así el tercer lugar que ocuparon el año anterior en el mapa de odio. Esta reducción anual es aún más pronunciada si se considera el número de incidentes en términos absolutos, que descendió de 88 a 18 casos (-80%).
Amenaza
Además de los citados cambios en la elaboración del informe en este descenso tiene una notable incidencia que el año pasado desaparecieron los casos de pinchazos a mujeres durante el periodo estival en contextos festivos o de aglomeraciones. Por tipología delictiva, del total de casos el 32% (101) fueron lesiones, el 24% (76) amenazas, el 15% fueron discursos de odio (46 casos), el 13% coacciones (41) y el 7% fueron episodios de trato degradante (22 casos).