La década aproximada de trabajos que llevará desmantelar la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos), ubicada unos 40 kilómetros de Vitoria, acaba de concretar de qué manera gestionará las 4.000 toneladas de chatarra y desechos radiactivos que habrá que tratar y clasificar.

Ello, se hará, mediante la construcción de un almacén de grandes piezas desclasificables y de un edificio de declasificación de la central para los que serán necesarios 2,5 millones de euros.

La constructora burgalesa Copsa será la que se encargue de levantar estos dos inmuebles, que estarán separados, con estructura y cerramientos independientes, así como de la redacción del proyecto, según publica BurgosConecta.

Tras hacerlos realidad, también estará al frente de las pruebas de la puesta en marcha de ambos edificios en las inmediaciones de la central.

Fase 1

Toda esta operación forma parte del contrato de la fase 1 del desmantelamiento de Garoña, uno de los más abultados en lo económico. Copsa invertirá 2.490.301,73 euros (impuestos incluidos).Enresa lo había licitado por 2.966.148 euros.

Situada en el Valle de Tobalina, Garoña tenía una potencia instalada de 466 MW, se inauguró en 1971 y se desconectó de la red eléctrica en diciembre de 2012, cuando Nuclenor comunicó al Ministerio de Industria y Energía su decisión de no seguir explotándola.

En julio de 2013 se declaró el cese definitivo de explotación, pero éste no se debía a razones de seguridad nuclear o protección radiológica, de modo que Nuclenor presentó una solicitud de renovación de la autorización en mayo de 2014.

Finalmente, en agosto de 2017, fue denegada por el Ministerio. En ese momento, Enresa comenzó los trabajos preparatorios del desmantelamiento y a diseñar un proyecto que consta de dos fases a lo largo de una década.

En la fase 1 (2023-2026) se desmontarán los sistemas, estructuras y componentes del edificio de turbina, y se acometerán las modificaciones de sistemas e instalaciones necesarias para la gestión de los residuos. A la vez, se evacuará el combustible gastado desde la piscina hasta el Almacén Temporal Individualizado (ATI) de la central nuclear.

Mientras, en la fase 2 (2027-2033) se abordará el desmantelamiento final de los edificios de carácter radiológico.