La localidad de Dulantzi agotó ayer su primer envite festivo con la celebración de la romería de la Virgen de Aiala. La previsión de fuertes tormentas obligó a trasladar las diferentes actividades festivas al recinto cubierto de las piscinas, junto al polideportivo municipal. Como cada año, dentro del programa el lunes se celebra la tradicional convivencia en honor a la patrona de la villa de Dulantzi donde el buen ambiente, las risas y la comida fueron los protagonistas indiscutibles de la fiesta.

Este año los dulantziarras cambiaron la tradicional romería entorno a la ermita o santuario de Nuestra Señora de Ayala, ubicada en el solar abandonado de la que fuera la aldea de Ayala, por el recinto deportivo de las piscinas. El motivo; la previsión de fuertes tormentas.

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Primer domingo de fiestas en Dulantzi

Hinchables

En la nueva ubicación, los más pequeños pudieron disfrutar del castillo hinchable, una buena manera de pasar el tiempo mientras los mayores comenzaban a poner la mesa para la comida. En torno a las 14.00 horas cuadrillas de amigos y familias se arremolinaban en la carpa de las piscinas y se afanaban en preparar la mesa para la comida.

Cobijadas bajo la carpa el grupo de mujeres de la asociación de amas de casa de la localidad comenzaban la laboriosa tarea de preparar los pintxos que, posteriormente, iban a repartir entre los congregados en el entorno. Chorizo y queso fueron algunos de los ágapes que se llevaron a la boca en la cuarta jornada festiva. Todo ello regado con más de 30 litros de un rico zurracapote, un bebida a base de vino tinto al que se le añaden principalmente melocotón y limón a parte de otras frutas diferentes como naranjas, además de azúcar y canela, dejándose macerar. “Está riquísimo”, comentaban los presentes mientras una de las integrantes del grupo de amas de casa repartía entre los asistentes con la jarra en mano.

A cobijo del sol, los miembros de la asociación de jubilados de la localidad que acudieron a la comida dieron buena cuenta de las viandas preparadas con esmero por las mujeres de la asociación, que no perdieron en ningún momento la sonrisa.

Cerca de ellos una familia daba buena cuenta del hamaiketako preparado para la ocasión. Patatas, aceitunas, chorizo y pan. “No nos perdemos la romería ningún año”, comentaban varios vecinos de Dulantzi, villa fundada en 1337 por Alfonso XI.

Buen ambiente

El buen ambiente fue la tónica dominante de la cuarta jornada festiva. No faltaron los juegos de mesa en la sobremesa, los bailables con Galea y la chocolatada. La localidad se tomará tres días de descanso para retomar sus fiestas con más fuerza si cabe el próximo fin de semana donde habrá música, dantzas, la bajada de Tripafina txiki y neska txiki, las dantzas, el toro de fuego, el kick boxing o la tradicional cena del toro, entre otros.