Tercera semana de julio. Ese es el plazo que baraja el Ayuntamiento de Artziniega para dar de comienzo la largamente anunciada rehabilitación de la Casa de Cultura. Una obra que, una vez culmine, va a solucionar la escasez de espacios para un sinfín de servicios, hasta el punto de que “nos va a sobrar”, según explica a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA el alcalde, Joseba Vivanco, pero que mientras dure (sobre el papel un mínimo de un año) “también nos va a ocasionar un gran trastorno, del que no se va a poder librar ni el tráfico, pues va a requerir cambios, sobre todo en Goienkale”, reconoce el regidor.
De hecho, la nueva Corporación municipal anda estas semanas ultimando el traslado de los servicios que actualmente alberga este edificio –ubicado en las inmediaciones de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, en pleno casco histórico– y buscando localizaciones temporales dentro de las posibilidades y alternativas de las que disponen. Así, por ejemplo, para la biblioteca municipal “hemos optado por alquilar una lonja donde almacenar los fondos, mientras que el punto de atención ciudadana para préstamos de libros y similar, se habilitará en la planta baja del Ayuntamiento viejo, junto al Kzgune, y tras la obra volverá a su sede en la planta baja de la Casa de Cultura”, aclara Vivanco, que no esconde que esta solución también alterará las clases de euskera que se imparten ahora en este punto.
CRAD al bar Iturralde
El que no retornará al inmueble es el Centro Rural de Atención Diurna (CRAD) que, de forma temporal, ocupará el espacio del antiguo Bar Iturralde “donde dispondrá de mejores accesos y luminosidad, aunque sus seis usuarios y dos trabajadoras van a tener que prescindir de la cocina, que se traerá de catering o similar, durante varios meses”, adelanta el alcalde. Cuánto tiempo exactamente durará esta situación tampoco está muy claro, ya que están a expensas de la resolución del Plan Foral de Obras y Servicios de 2024-25, al que han solicitado ayuda para la creación de un nuevo CRAD, “mediante un sistema de módulos prefabricados, no un edificio de nueva construcción” en Geltoki Plaza. Con todo, “queremos tener listo el proyecto para sacarlo a licitación en cuanto Diputación nos comunique a cuanto asciende la ayuda, y así acelerar el proceso para trasladar el CRAD a una sede definitiva y adecuada, donde nos gustaría que a futuro se reubique también el centro de salud”, matiza.
De hecho, el pasado enero aprobaron una moción por la que instaban a Osakidetza a tomar en consideración, a medio plazo, un cambio de ubicación del ambulatorio de Goikoplaza a un emplazamiento más acorde, con una mejor prestación del servicio, accesibilidad y plazas de aparcamiento, “aunque todavía no nos han respondido”, subraya el alcalde. Ahí no terminan los problemas que ocasionará la reforma de la casa de cultura, pues esta también es sede de diversas asociaciones, y cuenta con locales en los que se imparten cursos de distintas modalidades culturales, lúdicas y deportivas. “Tampoco sabemos donde reubicar los ensayos de la coral, por poner un ejemplo. Eso sí, si logramos sacar el centro de salud de Goikoplaza y en cuanto esté lista la casa de cultura, nos va a sobrar sitio”, opina Vivanco.
Gratis para el pueblo
La obra ha sido adjudicada a la empresa Intxausti por cerca de 1,6 millones de euros, de los que no tendrá que salir ni un euro de las arcas municipales, “pues contamos con ayudas del Plan Foral, del programa Leader, de los fondos europeos y hasta de Berpiztu del Gobierno Vasco, que prácticamente cubren el coste, siempre y cuando cumplamos los plazos que estas subvenciones requieren, con fin de obra máximo en septiembre de 2024”, resume el alcalde. Además, no solo devolverá el pasado esplendor a uno de los edificios históricos del casco medieval de Artziniega, sin duda, más utilizados por su población, sino que lo mejorará y adaptará a los nuevos tiempos con creces. No en vano, con las obras que se realicen se asentará la estructura, se mejorará la accesibilidad, se ampliará su capacidad y se redistribuirán los espacios de la primera planta y se ganará una segunda. “A la baja retornará la biblioteca, sin ampliaciones porque hace falta sitio para el hueco del ascensor, y el espacio liberado por el CRAD quedara diáfano para diversos usos como reuniones o charlas; mientras que la primera se destinará por entero a aulas de cursillos de manualidades, deportivos o danzas con espacios más amplios; y en el camarote de la segunda planta, actualmente inutilizado, se creará un espacio coworking y un local para ensayos de grupos de música, entre otros como aulas de estudio”, describe el regidor. También se realizarán importantes actuaciones encaminadas a la mejora de la eficiencia energética del inmueble, mediante una renovación integral de la cubierta y del sistema de calefacción.
Hotel en remates
Sin duda todo un revulsivo para un municipio que mima su rico pasado con la vista puesta en el futuro y que esta semana también esta asistiendo a los “últimos remates” en la obra de mejora de otro de sus edificios emblemáticos: la torre Ortiz de Molinillo y Velasco de 1592. Y es que, de cara a su reapertura como hotel, tras su cierre en el año 2016, se le ha dotado de un sistema de climatización (con apoyo de aerotermia), se ha impermeabilizado su cubierta, y adecuado las conducciones de saneamiento y fontanería.
La mejora fue adjudicada en julio del año pasado a Construcciones Aplibur, por 325.372,44 euros y un plazo de ejecución de cinco meses, que venció hace ya tiempo. “De aquí que siempre diga lo de si cumplimos los plazos, porque rara vez ocurre”, apostilla Vivanco, que ansía recepcionar la obra, para proceder a licitar la gestión del hotel (posibilidad también de bar y restaurante), una vez mejorado. “Estimamos que los pliegos se lanzarán en septiembre y esperamos que susciten interés. Nos interesa alguien con un proyecto a largo plazo, que deberá dar contenido al continente en materia de mobiliario y similar”, subraya. En este sentido, la fecha para que Artziniega vuelva a contar con hotel se irá, como pronto, a la próxima Navidad. Lo que sí se sabe es que añadirá 16 camas más a la oferta hotelera de la comarca ayalesa que, hoy día, es de 385 plazas, en su mayoría repartidas por casas rurales de Ayala y Amurrio.