¿Cuál es el papel que ha tenido en esta jornada de Viticultura Viva?

Llevo muchos años siendo técnico de campo en cultivos frutícolas y en viticultura y me llaman de numerosos sitios para explicar la visión que tengo de la gestión de la tierra en los cultivos. Y como no deja de ser una visión un poco particular me piden que explique mi forma de verlo.

¿Las nuevas tecnologías, como las de la agricultura de precisión y similares, contribuyen a mantener el suelo en las debidas condiciones?

Sí, pero son herramientas y depende del uso que tú hagas de esas herramientas irás hacia un lado u otro. Lo que es importante es saber qué criterios utilizas y cuáles son las técnicas que quieres aplicar. Pero al final, todas estas herramientas que van saliendo nos ayudan a nivel técnico a establecer unos criterios que sean beneficiosos en pro de la gestión que cada uno considere mejor para ese campo. Por tanto, esto nos tiene que ayudar, seguro, sobre todo cuando mantenemos una actividad económica en el campo. Es decir, que los agricultores se puedan ganar la vida ahora y dentro de cien años.

El desarrollismo desmesurado ha dañado al campo. ¿Se puede recuperar la calidad de su naturaleza?

Sí. Yo siempre soy muy optimista, a pesar de que el diagnóstico actual puede ser más o menos negativo. Creo que en esta vida casi todo se puede revertir y se puede mejorar.

Pero hay espacios muy dañados…

Es verdad que ha habido durante muchos años un uso intensivo de insumos y de maquinaria que han hecho que vayamos teniendo que recuperar la tierra, pero está claro que cada vez hay más conciencia, que cada vez se entiende desde un punto de vista más global el cómo funciona la gestión de la viña y en concreto de la tierra, y se van tomando medidas.

¿Hay que buscar responsables?

A mi lo que me interesa no es tanto el ir a buscar responsables de lo que se ha hecho mal. Lo que me interesa es ver qué es lo que podemos hacer a partir de ahora para que nuestros hijos digan ¡mira, lo han dejado un poco mejor!

¿Cree que las nuevas generaciones se van a incorporar a este trabajo con respeto hacia el medio ambiente o aumentarán las tecnologías?

Estoy seguro, seguro, de que se van a integrar en la actividad agraria y en el medio rural, aunque en un porcentaje que aún no sabemos cuál será porque nadie sabe qué pasará en el futuro. Pero es verdad que cada vez hay más gente que necesita el contacto con el entorno rural. De hecho, yo mismo, que la tecnología no me ha convertido en muy tecnoentusiasta, la utilizo. Pero cuando llevo mucho tiempo usándola la verdad es que siento la necesidad del contacto con la viña o con la tierra. Cada vez lo nota más la gente.

¿De qué forma se ve?

Se aprecia especialmente los fines de semana, cuando vemos que los viernes por la tarde la gente sale corriendo para la montaña o para donde sea. Y habrá gente que vea que en el medio rural, que algunos ven como idílico, se puede gestionar y se puede vivir el día a día con mucha más comodidad que la que tenían nuestros padres, nuestros abuelos. Soy optimista en ese sentido. Creo que se podrá vivir en el campo con muchas más comodidades que las que tenían nuestros antepasados.

Como experto conocedor de suelos, ¿qué opinión le merece el estado de salud de las tierras de Rioja Alavesa y, en general, del Rioja?

Creo que la situación es más buena que lo que los propios productores o el sector piensan. En todo caso, es verdad que hay técnicas como muy, muy tradicionales, que están muy arraigadas en el territorio, que se tienen que ir replanteando. Pero una cosa es replantearlo y otra hacer cambios drásticos. Tiene que ser una cosa progresiva.

¿De qué forma?

Sabemos mucho a nivel sanitario, sabemos de muchas cosas, pero hemos olvidado lo que pasa en las raíces, lo que pasa en la tierra. Y ahora todos tenemos claro que tenemos que hacer un cambio y que debemos ir progresando y por eso estamos poniendo el ojo ahí.