Sergio Torres, educador en el kzgune de Hegoalde, pero que ha recorrido también los ubicados en la zona de la Llanada, la Montaña o la Rioja Alavesa, explica cómo la demanda de información en torno a las nuevas tecnologías ha ido cambiando de forma radical desde que nacieron estos espacios de asistencia digital, hace ya más de veinte años. “Antes venía gente mayor, inmigrantes o desempleados de larga duración, gente que igual no podía acceder a ordenadores” y quería formarse, explica.

Hoy día, “lo que más se demanda es la Bakq”, un medio de identificación y firma electrónica imprescindible para efectuar la mayoría de los trámites telemáticos con la Administración. Así, en función de la época del año, por los Kzgunes pasa gente que quiere inscribirse en una oposición, o que va a pedir ayudas al EVE para cambiar las ventanas, familias que quieren inscribir a sus hijos en udalekus o estudiantes, universitarios o no, que necesitan asistencia para solicitar becas. También acuden personas que necesitan sacarse las IT txartela, un certificado de competencia en nuevas tecnologías, o gente en paro que trata de formarse.

Sin embargo, buena parte de los usuarios de los Kzgunes son personas mayores. “Hacemos cursos de smartphone y tablet, también de mensajería instantánea, sobre todo WhatsApp”, señala Sergio, quien añade que además se ofrece un servicio de tutoría individual a estas personas para solventar las dudas que les hayan podido quedar en los cursillos. “Los cursos son de veinte horas, muy básicos, se parte desde cero, y los más demandados son los de móvil”, afirma.

En general, asegura, las personas mayores que acuden a los Kzgunes lo hacen porque “les han regalado un móvil y tienen que crear una cuenta de Gmail y entrar en el Playstore”. Ponerlo en marcha, en definitiva, para poder entrar en un mundo digital ya casi imprescindible para mantener el contacto con nietos y amistades.

Por otro lado, Sergio explica que otra de las circunstancias que han cambiado en estos veinte años de actividad es que la brecha entre el ámbito rural y el urbano es menor, por el esfuerzo que se ha hecho para llevar Internet a todos los pueblos y porque los móviles inteligentes son ya una tecnología universal.