¿Es posible comer sin acompañar los manjares con un currusco de pan? En el imaginario popular, la respuesta a la interrogante acostumbra a ser negativa. Por eso, precisamente, el gremio de panaderías de Álava va a llevar a cabo hoy y de forma simbólica un cierre de sus hornos de un cuarto de hora para trasladar a la sociedad y a sus administraciones el momento complicado que viven debido a la crisis energética, que está poniendo en riesgo la existencia misma de unos negocios que requieren de un gran consumo energético para poder desarrollar su modus vivendi.

Según explicaba ayer SEA Empresas Alavesas, el incremento energético y de las materias primas lastra la viabilidad de los obradores alaveses, que reclaman a la administración políticas de apoyo. El pan es un alimento esencial. Lo ha sido también durante la pandemia y este sector ha hecho y sigue haciendo un enorme esfuerzo por suministrarlo a diario, incluso en el entorno rural. Pero ahora los incrementos de costes, especialmente los de la energía, aunque no los únicos, están lastrando la viabilidad de los obradores alaveses.

Situación dramática

Como resultado de esta situación dramática, muchas pequeñas panaderías están cerrando y muchos pueblos pequeños del territorio histórico corren el peligro de quedarse sin pan. “Debemos recordar que este sector es intensivo en consumo energético, en electricidad y gas, y necesita que se le tenga en cuenta a la hora de planificar políticas de apoyo energético”, indicaban ayer portavoces de la organización patronal.

Por todo ello, las panaderías de Álava han decidido celebrar hoy un apagón de sus hornos que se desarrollará desde las 12.00 hasta las 12.15 horas. El objetivo de esta acción es que las administraciones y la sociedad recuerden que este sector es esencial y es intensivo en consumo energético, por lo que reclaman para las micro, pequeñas y medianas panaderías –establecimientos que emplean a más de 5.600 profesionales en Euskadi y 190.000 en el Estado– el mismo respeto y apoyo que se les da a las grandes empresas.

“Debemos también recordar que el precio de la luz, imprescindible para el trabajo diario, se ha incrementado un 260% en el último año; el mismo camino que ha seguido el gas, con una subida del 282%. Además, la harina a granel cuesta, hoy en día, un 57% más que el año pasado y el azúcar, un 97% más”.