Probaron en 2017, repitieron en 2018 y ayer, tras los años de impás que ha ocasionado la pandemia, arrancaron de nuevo el motor, metieron primera y pisaron el acelerador hacia la que, sin duda, volverá a ser toda una aventura. Pepe Pinedo y Fernando Egurbide, dos locos del volante de Amurrio –por residencia uno, por vínculos familiares, el otro– han vuelto a inscribirse al rally clásico amateur y solidario de Marruecos Panda Raid, en el que esta edición toman parte un total de 303 equipos llegados desde todos los puntos de España y de otros países de Europa.

Lo harán, como en anteriores ocasiones, llevando de copilotos Pepe a su hijo Aitor, y Fernando, a su mujer Elena Ruiz, y a bordo de dos coches de 25 y 30 años, cumpliendo con el reglamento de esta exigente prueba. De hecho, solo admite viejos Fiat o Seat Panda/Marbella, para afrontar a lo old school un recorrido en siete etapas, que les llevará a cruzar el país de norte a sur, y de este a oeste, desde el puerto de Nador, hasta llegar a la ciudad imperial de Marrakech el próximo 29 de octubre, desafiando la suprema ley del sentido común y poniendo a prueba sus capacidades físicas y mentales. Valores supremos de un esfuerzo mecánico y de camaradas que pretende dejar atrás, al menos por unos días, el bullicio de la civilización y la dependencia de la tecnología. “Lo importante no es el tiempo ni la velocidad; superar Panda Raid implica ante todo llegar a la meta y vivir la aventura”, reconocen los Pinedo, quienes en 2018 llegaron en la posición 120 de 350, “pero llegamos”, subrayan.

Sus compañeros Fernando y Elena lograron un meritorio decimoctavo puesto en 4x2, en la misma edición que un equipo de Vitoria-Gasteiz, con quienes estaban en contacto, quedó en primera posición en 4x4. “Fernando lleva toda la vida chapuceando conmigo en motores de motos y coches, y ya en su juventud hizo unos cuantos rallyes”, apunta Pepe, para explicar que el tema de posibles averías en ruta no les preocupa demasiado. “Estamos hablando de motores muy sencillos a los que se les puede meter mano con cuatro pijadillas básicas que controles de mecánica. ¡No como los de ahora! Además, la asistencia técnica allí es bastante buena”, explica Pinedo desde la experiencia, pues en su último Panda Raid “una piedra nos fastidió la palanca de cambios en pleno desierto, en la primera etapa, y en una de las últimas, el tubo de escape. Lo atamos como pudimos con unas bridas y volvimos a Amurrio metiendo un ruido que no veas”, recuerda.