La Asociación para la promoción del olivo y del aceite de Rioja Alavesa (Aprora) da cuenta en su último boletín que son muchas las consultas que les llegan preguntando por superficie y otras cifras globales del olivar y el aceite de Rioja Alavesa. Se trata de unos datos difíciles de aportar porque no se pueden contrastar, y los datos de la PAC, de los acogidos a Eusko Label y otros similares, tampoco sacan de dudas porque se quedan muy lejos de la realidad. Sin embargo, desde esta asociación se han realizado estimaciones que pueden dar una idea de la radiografía de este cultivo en esta zona del territorio histórico.

Según Aprora, en Rioja Alavesa puede haber unas 350 hectáreas de olivos. De ellas 240-260 están en producción. La mayoría son de cultivo tradicional con olivos centenarios, y puede que incluso milenarios, con grandes marcos de plantación, lo que equivale a entre 70 y 160 olivos por hectárea. También calculan que habrá unas 80 hectáreas en cultivo más moderno, que equivalen a 400 y 285 olivos por hectárea. También hay algunas parcelas con cultivo superintensivo en seto, que permiten unos 1.100 olivos por hectárea, pero son prácticamente testimoniales y de la variedad foránea arbequina.

En su mayoría, alrededor del 95% son olivos de la variedad arróniz, legados con el paso del tiempo por ser la variedad que mejor se ha adaptado a las condiciones de suelo y clima. En su mayoría, los olivos son de plantaciones en secano. Y en los casos de existir riego, realmente no se manejan como un sistema de cultivo de riego sino como un sistema de cultivo con riego de apoyo, con entre tres y cinco riegos cada 12 meses.

Los datos de superficie están calculados por los kilos de aceitunas que se molturan en Rioja Alavesa: 850.000 al año de aceitunas divididos entre 3.000 kilos por hectárea de producción media estimada, lo que equivale a 283 hectárea de olivar. Por ello, Aprora deduce que podrían existir otras 60-80 hectáreas de cultivo tradicional en abandono.

Por el contrario, la asociación nota que en los dos últimos años se están plantando aproximadamente cinco hectáreas nuevas cada 12 meses y que además, se van incorporando a la asociación personas interesadas en recuperar sus olivares tradicionales, lo que les lleva a pensar que poco a poco, se podrá llegar a incrementar la superficie de olivar productivo tanto por las nuevas plantaciones, como por la recuperación de esos olivares centenarios de valor incalculable.

No a la D.O.

Reconocen en Aprora que “somos muy pequeños para pensar en una Denominación de Origen Protegida o en una Indicación Geográfica Protegida. Por esa razón, los esfuerzos van encaminados a dar valor a lo que tenemos, trabajando con un enfoque global: personas/trabajo, territorio, medioambiente/ecología y calidad de la mano de Eusko Label (cuya normativa es más exigente que en muchas DOP), Gobierno Vasco y Diputación Foral de Álava”.