A lo vivido este domingo en el Txakolin Eguna de Amurrio le viene que ni pintado el "22, 22, 22" que usaba de coletilla el Dúo Sacapuntas, tras aquello de que la plaza -bueno, en este caso, el parque Juan Urrutia, estaba "abarrotá".

Y es que, tras dos años de suspensión por la pandemia, los astros se debieron alinear para que la vigésimo segunda edición de esta ya consagrada fiesta de celebración popular de la nueva añada del txakoli alavés cayera en el 22 de mayo de 2022, y como bromeaban en sus actuaciones Manuel Sarriá y Juan Rosa, cientos de personas abarrotaran de forma literal el recinto gastronómico-festivo que albergó la cita.

Las altas temperaturas también ayudaron a ello, ya que los termómetros del centro urbano marcaban a mediodía 25 grados que, escasa hora después, habían ascendido a los 30. "Nos ha salido un día de climatología ideal, pues esta nublado y el sol no machaca, y la gente anda disfrutando tranquila por el recinto, en grupos de familias o amigos, este parque en sí, con sus zonas arboladas, es maravilloso y nos reiteramos en que fue todo un acierto la decisión tomada en 2017 de moverlo de la plaza del ayuntamiento aquí, porque edición tras edición, y pese a los dos años de ausencia por la pandemia, se ha ido incrementando el número de amigos del txakoli alavés que nos visita. Este año, hasta de Gasteiz", explicó el gerente de Arabako Txakolina, Joxean Merino, en referencia al novedoso servicio de autobús que han organizado "y seguiremos en próximas ediciones", para facilitar la asistencia a la cita de la población de la capital.

De sus palabras dan fe los números, y es que en el stand gigante en horizontal que daba la bienvenida al recinto, se vendieron tickets que el público canjeó por en torno a 32.000 copas y vasos, en los que se consumieron cerca de 9.000 botellas de txakoli alavés, frente a las 7.500 de la edición de 2019.

Nueva bodega

Parte de ellas salieron del nuevo invento del encargado del viñedo de la bodega Astobiza de Okondo, Bittor Villanueva. "He tuneado una barrica al estilo de los cañeros de cerveza, a la que voy metiendo bolsas de hielo, y dispensa el txakoli bien frío", aseguró orgulloso; al tiempo que adelantaba a DNA que "para marzo estrenaremos nueva bodega".

Y es que la exitosa txakolinería okondarra, con unas 20 hectáreas de viñedo y una producción de en torno a 170.000 litros al año, ha decidido dejar las actuales instalaciones para sus caldos genéricos elaborados en depósitos industriales, y reformar el caserío Aretxabala, cercano a la bodega, para centrar en él la elaboración de sus txakolis más selectos y vinos de larga guarda, intentando dar mayor valor a sus ya excelsos productos.

"La idea pasa por habilitar en la nueva bodega sala de cata, pero a nivel profesional, no turístico", matizó, quien reconoció que el año no ha sido tan malo "porque, pese al descenso de producción, las ventas internacionales han ido muy bien y se han despertado los mercados".

Quien siempre ha apostado por los vinos de crianza es la bodega Bat Gara de Lezama (Amurrio) que, con tan solo seis hectáreas de viñedo, elabora al año en torno a 30.000 botellas de seis tipos de caldo, a cada cual más especial, pues los tiene desde crianzas en inoxidable y madera, o envejecidos en roble francés, hasta un espumoso ancestral, un orange wine y un palo cortado o vino Jerez.

De aquí que al Txakoli Eguna no pudiera llevar la nueva añada, sino "lo restante de 2020, ya que nuestros vinos llevan un proceso más largo y no estarán hasta octubre o noviembre", apuntó su responsable, Txema Gotxi, que -merma de producción común a todo el sector a parte- añadió que "2021 fue un año frío, por lo que volveremos a vinos como los de 2014-2015, de marcados aromas frutales y más cítricos, y con muy buenas expectativas comerciales de exportación", aportó.

A por el mercado local

En este punto también coincidió Mikel Merino, de la bodega Artomaña Txakolina, la más grande de toda la Denominación de Origen, con cerca de 40 hectáreas de viñedo y una producción de 200.000 litros al año. "Este año nos ha ayudado mucho la exportación, y estamos con muchas ganas de que el mercado local vuelva a lo de antes de la pandemia", reconoció. Y es que en esta bodega tienen en marcha un importante proyecto de enoturismo que no ha podido comenzar a andar hasta hace pocos meses.

"El Wine Bar esta funcionando realmente bien. La respuesta de la gente, llegada incluso de Estados Unidos, Argentina o Alemania, está siendo tan positiva que nos ha dado pie a meternos en el mundo de las bodas. Ya hemos hecho dos en nuestro comedor, y hay otras dos en cartera", aseguró.

En Artomaña Txakolina abren el winebar, con sus productos y raciones, todos los sábados y domingos, pero para acceder al comedor hace falta reserva. Donde no hubo que pedir cita previa para poder acompañar cada trago de txakoli con un bocado, fue en la docena larga de stands gastronómicos que acompañaron a las bodegas de txakoli alavés en esta fiesta de presentación de la añada.

Hubo parrilla Eusko Label de pollo de caserío, hamburguesas, costilla de cerdo y salchichas; arroz gourmet de De Mil Arrozes; champiñones a la plancha de Txustarra; txistorra y morcilla de carnicería Burutxaga; talos de Ekotaloa; pintxos y bocatas de queso Idizabal de la quesería Izoria; gildas de Albizabal, croquetas variadas de Kroketak, y el ya conocido puesto de rebujito de txakoli o Falzue, tan apreciado en días de calor intenso.

Tampoco faltó la degustación de garrafa del Valle de Ayala, elaborado con los caldos protagonistas del día, ni un mercado paralelo de productos artesanos locales en el paseo del Guk, pasacalles con Haizem@n Albokari Elkartea, y una romería a cargo de la formación Erruki.

Embajadora guipuzcoana

Esta comenzó ocho horas antes en el salón de plenos del Ayuntamiento de Amurrio donde, el sector txakolinero alavés -acompañado del alcalde de Amurrio, Txerra Molinuevo; el diputado general de Álava, Ramiro González; y el consejero de turismo del Gobierno Vasco, Javier Hurtado- nombró embajadora de la nueva añada a la periodista Maite Eskarmendi Ezkerra, que acudió a la cita feliz y rodeada de familiares y amigos.

"Cuando me llamaron para este cargo no entendía el porqué. Hasta mi aita me dijo qué pinta una guipuzcoana amadrinando el txakoli de Álava; pero hoy he oído el motivo y juro que defenderé el txakoli alavés donde vaya, porque desde que presento concursos gastronómicos y similar, me he dado cuenta del muchísimo trabajo que hay detrás. Además, 2022 es un año muy especial para mi porque cumplo 50 años y 25 de periodista en ETB, y es un broche de oro sellarlo con este homenaje, que recibo en nombre de todo mi, muchas veces olvidado, gremio", subrayó, antes de conminar a todos los asistentes a "darle al txakoli durante todo el día" y encender el txupinazo que inauguró el recinto festivo.

Y es que fue el presidente de Arabako Txakolina, Luis Mariano Álava, quien explicó el porqué una periodista guipuzcoana para este cargo. "Muy simple. Históricamente veníamos nombrando embajadores del sector, pero nos dimos cuenta que lo que necesitábamos es comunicadores y caras conocidas. Oímos hablar mucho en la tele de txakolis, pero siempre de bizkainos y gipuzkoanos, y eso queremos de Maite, que les de un tirón de orejas a sus compañeros, siempre que pueda, y que les recuerde que los alaveses también existimos y que nos defienda", reivindicó Álava, arrancando un sonoro aplauso del público presente, que acto seguido enfiló hacia el parque a disfrutar del descorche de una añada de 440.000 botellas (un 40% menos que en 2021), que ha obtenida una nota media de "excelente" en calidad.