Temperaturas más altas y menos precipitaciones; olas de calor y sequías; lluvias más intensas y torrenciales, concentradas en otoño, estación en la que los cultivos menos aprovechan el agua; riesgo de plagas y enfermedades y más años de peores cosechas. No se trata de una narración de sucesos apocalípticos sino de lo que le espera al campo este siglo. Son los negativos efectos que el calentamiento global va a dejar los próximos años en la vid y los cereales que se cultivan en las tierras de Álava.
La publicación Empieza la cuenta atrás desgrana el impacto del cambio climático en la agricultura atendiendo a cuatro factores principalmente: aumento de las temperaturas, disminución de las precipitaciones, incremento de lluvias intensas y tormentas y más concentración de CO2. "La cuenta atrás ya ha empezado, se inicia desde el momento en el que se comienza a hablar de cambio climático, pero la información que tenemos, cada vez es más precisa, mejor y, por desgracia, cada vez más pesimista, ya que el calentamiento se está produciendo de forma más rápida de lo que se pensaba", advierte su autor, Pablo Resco.
El responsable de Riesgos Agrarios de la confederación de organizaciones agrarias COAG, lo tiene claro: "aunque existen medidas de adaptación que pueden amortiguar parte del impacto, tienen una capacidad limitada, que puede verse sobrepasada si no se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global y en todos los sectores", alerta. Estima un escenario de calentamiento de 1,5-2 grados, dependiendo de las zonas, que puede derivar en una merma de la tierra cultivable, conflictos por el agua y seguros agrarios con dificultades para ofrecer una cobertura asequible ante tanto riesgo.
Y en el campo alavés, ¿en qué se traduce lo que está por venir? Explica Pablo Resco que la agricultura no sufrirá tanto como en otras regiones menos húmedas, pero tampoco se librará de este calentamiento global.
En el caso del viñedo de Rioja Alavesa, "la denominación Rioja tiene sus pros y contras; la afección no será tanta como en la Mancha, por ejemplo, pero tampoco está exenta de riesgos. "Rioja va a seguir contando con condiciones climáticas adecuadas para elaborar vino de calidad, sobre todo en las zonas más frías, pero en las más cálidas, los años buenos serán menos", señala.
Una de las principales amenazas del viñedo es el mayor riesgo de heladas y pedrisco. "La fecha de la última helada se va a adelantar, pero también la brotación de la vid, con lo cual se va a producir una especie de carrera entre cuál de las dos sucede antes", señala. En este sentido, sostiene que "las variedades más vulnerables al cambio climático son las más tempranas en espaldera y las más tardías en vaso; tempranillo no es de las más tempranas, lo es más cabernet, por ejemplo".
En cuanto a los cultivos herbáceos, en Álava, asegura que mantendrán más o menos su rendimiento actual el trigo y el maíz al estar en una zona más húmeda y la cebada, incluso puede aumentar ligeramente su rendimiento con un calentamiento de 1,5-2 grados. En cambio, el girasol se hundiría, con posibles descensos de hasta el 20%. "El girasol en secano y el maíz en regadío porque si habláramos del maíz en secano, te diría lo mismo, que el rendimiento se hunde", apostilla. En cuanto a la remolacha, podría aumentar ligeramente su rendimiento, en todo a un 10%, al ser un cultivo de regadío. En este panorama de cambio climático, el agua es una herramienta de adaptación muy buena, pero quizá no sea suficiente, ya que "como los veranos van a ser tan cálidos, probablemente habrá escasez de recursos hídricos", apostilla Pablo Resco.
Así las cosas, todo apunta a que los cultivos herbáceos no se encuentran en el peor de los escenarios posibles, salvo en situaciones de restricciones de agua, que se darán. "Está claro que la demanda de agua va a aumentar en la agricultura, ése va a ser el problema, así que todo dependerá de la planificación de las reservas hídricas que se lleve a cabo". A ello hay que sumar otro obstáculo: "las lluvias se van a concentrar cada vez más en otoño y cuando más agua se necesita es en primavera; si se focalizan en otoño, mal vamos", vaticina Pablo Resco. Y añade un factor más, que "los inviernos van a ser más suaves, lo que favorece la amenaza de que se multipliquen las plagas... y su crecimiento es exponencial, ocurre como con el covid; todo ello unido a catástrofes tipo danas o inundaciones dificultará la entrada de los agricultores a las fincas para tratar de forma inmediata las enfermedades de los cultivos", dice.
Sin duda, la agricultura es uno de los sectores más afectados por el calentamiento global que trae el cambio climático porque es el más expuesto, pero no el único -puntualiza Pablo Resco- también el energético, por ejemplo. Asegura en su estudio que es el mayor reto al que la sociedad se ha enfrentado a nivel mundial, ya que "ningún país o territorio es inmune al calentamiento global, y el agroalimentario sería uno de los sectores más perjudicados por su elevada dependencia del clima". Para su informe ha contado con "estudios académicos constatados y basados en escenarios que se dan por asentados".
Aclara que, según los acuerdos de París, el calentamiento tope contemplado para este siglo es de 1,5-2 grados más o menos, pero ¿que es lo que sucede?, "que esa máxima se va a alcanzar mucho antes, para 2030", lamenta. "Hay informes que hablan ya de que si no se empiezan a reducir de forma efectiva los gases de efecto invernadero y se llega a una neutralidad climática, es decir, a que lo que emitamos sea absorbido, a lo largo de este siglo nos encontraremos con toda probabilidad en torno a los dos grados de calentamiento en el año 2050 y cerca de los tres a finales de siglo, esto es, en 2100.
"Visto lo visto, con toda probabilidad llegaremos a ese segundo escenario del año 2050", pronostica. Empieza la cuenta atrás. l
l Viña. Riesgo de aumento de heladas y pedriscos; las olas de calor y sequías afectarían sobre todo a los viñedos de las zonas más secas y a las variedades más tempranas. Amenaza de incremento de plagas.
l Cereal. No resultaría tan perjudicial en rendimiento como en otras zonas, pero sí en calidad, en cuanto al contenido proteínico.
l Olivar. En el sur de España, algunas variedades pueden acabar sentenciadas, ya que no van a alcanzar las condiciones de frío idóneas; no es el caso del olivar de Rioja Alavesa.
Indica en referencia al cambio climático el responsable de Riesgos Agrarios de COAG, ya que "ningún país o territorio es inmune al calentamiento global" y advierte de que el agroalimentario sería uno de los sectores más perjudicados por su elevada dependencia del clima.
Para el autor de la publicación Empieza la cuenta atrás, la conclusión del informe es que la mejor herramienta para luchar contra el cambio climático es mitigar los gases de efecto invernadero para evitar luego tener que estar pensando cómo nos vamos a adaptar.
Sostiene el autor en referencia, por ejemplo, a los 40 grados que ya se están alcanzando este mes de mayo; también a los últimos episodios de lluvias torrenciales e inundaciones vividos.
lll Agroecología. La Diputación Foral de Álava impulsa una experiencia en innovación social cooperativa a través de la agroecología. Liderada por dos entidades del territorio junto a una asociación de Medellín en Colombia, van a abordar las situaciones de desigualdad y de injusticia conectando problemáticas globales que afectan localmente, basadas en una relación de cocreación y aprendizaje mutuo. La finalidad que persigue esta intervención es el fomento de un modelo económico y de consumo sostenible vinculado a la economía social y solidaria para superar la brecha norte-sur. En definitiva, "contribuir a transformar el territorio en Medellín y Álava a través de la agroecología mediante la reflexión y el análisis colectivo de necesidades, el intercambio de conocimiento y de aprendizajes conjuntos" ha destacado la directora foral de Igualdad y Derechos Humanos, Ainhoa Campo. Los agentes involucrados son la cooperativa Sustraiak Habitat Design, una entidad que trabaja en iniciativas sostenibles en espacios urbanos y rurales; la organización Setem Hego Haizea, referente en los ámbitos de la producción, el consumo responsable y el empoderamiento de las mujeres y la ONG colombiana Penca de Sábila dedicada a la educación y la promoción de una gestión ambiental alternativa. El proyecto tiene como objetivo canalizar la colaboración económica, política y técnica para la puesta en marcha de este pilotaje que se llevará a cabo de forma participativa, desde la diversidad de los agentes.