Es una historia dura. Historia de lucha y superación, de esperanza y perseverancia. Es la historia de un vitoriano de 45 años (Kiko Jiménez) que hace seis años recibió una de las peores noticias: su riñón se apagaba y, en consecuencia, su vida. Tras su trasplante, ha ganado recientemente el Campeonato Nacional de Trasplantados celebrado en Gijón con dos medallas de oro. Ha ganado este premio en la especialidad de ciclismo. "Mi objetivo después de ganar el premio nacional es participar en Europa y a nivel mundial, por lo que sería fundamental una ayuda. También tengo otros objetivos: visibilizar el tema de la donación y que la gente siga donando, y demostrar que el deporte nos puede ayudar mucho a los que estamos trasplantados. También tengo otra gran ilusión: poder hacer algún día en Vitoria Juegos de Trasplantados ", cuenta.
Se llama Francisco Javier Jímenez, pero es más conocido como Kiko. Nació en Vitoria hace 45 años. Con sólo 12 años le diagnosticaron una enfermedad genética; el síndrome de Alport. Es una enfermedad que afecta a los riñones, al oído y, a veces, a la vista. En 2005, se cumplió lo anunciado: perdió el oído, pero lo solucionó con audífonos. En 2015 le dieron su peor noticia. Tenía que empezar con la diálisis porque le empezaron a fallar los riñones. Kiko Jiménez recuerda aquel año y medio que duró la diálisis como la época más dura de su vida. El cansancio y la incertidumbre eran ingredientes cotidianos en su vida. "Ha sido una época dura de mi vida. Tenía que ir muchas veces al hospital. Además, muchas veces tenía que quedarme ingresado, pero nunca me di por vencido ", relata en DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA.
Después de esa época llegó agosto de 2016. "Me tocó la lotería", dice. Ese mes le llamaron del hospital de Cruces de Bilbao y le comunicaron que había un riñón compatible con él. Y así fue. Fue una operación exitosa y la recuperación también. Para el vitoriano empezó entonces una nueva vida. "Volví a nacer. Ahora valoro mucho más la vida; las cosas más pequeñas de la vida. No necesito muchas cosas para ser feliz, salud y salud para mi familia ", dice.
Con esa nueva oportunidad también se agarró a su vida y conoció lo que para él hoy es algo más que deporte, el ciclismo. "Es mi filosofía de vida, mi pasión", dice. No fue fácil empezar a hacer deporte. Al principio se cansaba demasiado, pero buscó deportivamente salir de la angustia. Su familia primero, el ciclismo después, pero todos los días con dosis deportivas. Kiko Jiménez siempre ha contado con el apoyo de su mujer y su hija para seguir en su lucha diaria. Así, con su familia aficionada a la bicicleta, empezó con su pasión y en 2018 participó en su primer reto: Madrid -Segovia. Al mismo tiempo, también comenzó a entrenar de forma más profesional y a dedicar tiempo al ciclismo. Y es que cada vez andaba más en bicicleta, cada vez se contentaba más con lo que el deporte traía en su vida. "Cada vez empecé a sentirme mejor físicamente. No ha sido fácil entrenar siendo una persona trasplantada, pero no quería tirar la toalla. Quería hacer una vida sana, darme ese mimo para mí. Alimentarse bien, hacer deporte, cuidarse. Y al final me he dado cuenta de que es un estilo de vida que me encanta y que me gustaría ayudar a personas que están en una situación similar con mi historia para que luchen ", explica.
Entrena unas 12 horas semanales con la bicicleta, ya sea por carretera o por montaña. Pone mucho empeño, mimo y perseverancia para seguir cuidando su salud en este deporte. "Vivir así ha sido una gran oportunidad para mi, operarme me ha devuelto la vida. Y no pienso desaprovechar esta oportunidad ", dice.
Este año sus proyectos han crecido considerablemente. Se inscribió en la Asociación Deporte y Trasplante España. En esta asociación se organizan juegos nacionales de trasplantes y Kike Jiménez decidió inscribirse. "Recientemente he terminado los Juegos Nacionales de Trasplantados, que se celebraron en Gijón desde el 28 de abril hasta el 2 de abril. Ganando sendas medallas de oro en las dos especialidades del ciclismo, algo que en principio me parecía inalcanzable, ¡con entrenamiento y sin concesiones he conseguido ganar!", dice. Recuerda con mucha ilusión la jornada del campeonato. A pesar del esfuerzo y del trabajo realizado anteriormente, ha admitido que no pensaba ganar y recibió la noticia con mucha ilusión.Próximos retos
A partir de aquí la lucha continúa. El amor que siente por el deporte, especialmente por el ciclismo, también está aumentando. "Tengo muchas ilusiones en la cabeza, mucho trabajo por hacer. Me gustaría participar en los campeonatos de Europa de Oxford que se celebran a finales de agosto ", dice. Además, también habrá campeonatos mundiales que se celebrarán en Australia en abril del año que viene y en los que Kiko Jiménez estaría encantado de participar. En efecto, él hará todo lo posible por asistir y no rendirse. No obstante, reconoce que le gustaría contar con una ayuda para recibir la subvención y que las instituciones pongan en valor ese esfuerzo para que en próximas ediciones estos campeonatos puedan celebrarse también en Vitoria.
En este sentido, quiere enviar mensajes de esperanza y ánimo a todas las familias que se encuentran en una situación delicada y ayudarles a motivarse a buscar apoyo también en el deporte.