a concurrida estampa de la Virgen Blanca ayer era bien diferente a la de hace doce meses y no admitía comparación alguna con el Jueves Santo de 2020, cuando el primer envite de la pandemia obligó a un confinamiento masivo de la población.
En una Semana Santa libre de restricciones y con alguna mascarilla que otra todavía tapando la sonrisa de los visitantes que recorren la capital alavesa, hasta tres grupos diferentes se desparramaban sobre los adoquines grises de la plaza minutos después de que el reloj de la torre de San Miguel señalara el mediodía con sus campanadas. Los turistas están de vuelta también a la capital alavesa y una numerosa legión de ellos conquistó los lugares más característicos de Gasteiz en la primera jornada de este ciclo festivo. Madrileños, catalanes, navarros, castellano leoneses y andaluces se dejaron ver por todos los puntos cardinales de Gasteiz, desde el paseo del Santo hasta Armentia, los humedales de Salburua, las calles del Casco Medieval y en las terrazas de la Plaza Nueva o la Cuesta de San Francisco, antes de sentarse a degustar las más variadas viandas y a saborear después un buen café o algún tipo de combinado.
El embrujo de ciudad verde que distingue a Vitoria es el reclamo que ha llevado a dos matrimonios de amigos de Jaén a decantarse por la capital alavesa para conocer sus espacios más singulares. "La conocíamos desde la distancia por referencias de amigos como Ciudad Verde y, sin duda, es una etiqueta que tiene bien ganada y merecida". Así de contundente se mostraba Juan Ibáñez Paulano esperando su turno para poder inmortalizar su estancia en la capital alavesa ante el musgo verde, que se ha convertido en el documento acreditativo que exhiben todos aquellos que se acercan a la ciudad. En compañía de su mujer, Mónica Pulido, y junto a sus amigos Paco Salazar y Ana Jiménez, estos cuatro jienenses completaron a bordo de su vehículo el miércoles los 680 kilómetros que separan la ciudad andaluza de la alavesa. Lo primero que hicieron esa jornada fue saborear los manjares de uno de los restaurantes más conocidos de la ciudad y en la tarde del miércoles se adentraron por las calles del Casco Medieval, en compañía de un amigo gasteiztarra, que ejerce durante estas jornadas de perfecto cicerone.
Ayer al mediodía y con casi 24 horas de estancia en Vitoria, Paco Salazar, ensalzaba como principales cualidades una ciudad "muy limpia y accesible, con facilidades para quien no puede caminar correctamente" o tiene algún tipo de contratiempo para desplazarse con ligereza. Horas antes de sentarse a la mesa de nuevo y antes de emprender un segundo recorrido por los lugares más significativos de la ciudad, Salazar tampoco se olvidaba de apuntar a la gastronomía como otro de los "puntos fuertes" de Gasteiz. Las nubes que se acomodaron en el cielo anularon cualquier posibilidad de permitir que el sol brillara en la jornada de Jueves Santo. Esta climatología es radicalmente opuesta a la que los cuatro acostumbran a disfrutar. "Veníamos preparados para días de lluvia y más frío. No esperábamos este tiempo", se sinceraba Ana Jiménez, oteando el cielo y cruzando los dedos para que las grises nubes no terminaran descargando en forma de lluvia.
Otro de los aspectos que este grupo de andaluces destacaba de la capital alavesa era la "ausencia de cuestas y una ciudad muy llana, a diferencia de Jaén, que tiene más cuestas", desgranaba Mónica Pulido. Este detalle la convierte en lugar ideal para "utilizar la bicicleta para los desplazamiento y también la presencia del tranvía la convierten en muy sostenible", significaba. Jaén no dispone de un medio de transporte como el tranvía y un enredo jurídico truncó, hace diez años, las obras de finalización e implantación del tranvía cuando ya estaban en la fase final de las pruebas. Aprovechó también Mónica Pulido para resaltar el "estilo y la arquitectura del edificio del Memorial de víctimas del terrorismo. Me ha gustado mucho", reconoció. La coincidencia con una jornada festiva, impidió que pudieran realizar una visita a su interior.
Hasta el domingo van a permanecer los cuatro alojados en Vitoria y también van a tener tiempo para desplazarse a otros lugares cercanos. En la jornada de hoy enfilarán su coche con rumbo a San Sebastián y el sábado, la localidad de Haro y la visita a una de sus múltiples bodegas van a monopolizar su agenda.
Mientras las calles y lugares más reconocibles de Vitoria están tomados por visitantes esta Semana Santa, otros miles de gasteiztarras aprovecharon la jornada de ayer para abandonar la ciudad. El entorno de Armiñón vivió unas primeras horas complicadas con la presencia de miles de vehículos en el nudo con la AP-1 rumbo a la meseta. Los principales problemas se vivieron antes del mediodía con hileras que llegaron a los cinco kilómetros. Por su parte, el aeropuerto de Foronda vio despegar también a la mañana un rosario de vuelos programados con rumbo a lugares como Budapest, Praga, Edimburgo, Estambul y Liubliana, entre otros. El lunes 18 por la tarde regresarán todos los turistas alaveses.