Cristina Merino es abogada y responsable del Servicio de Mediación Familiar en Euskadi. Lleva 24 años centrada en un rol donde aplica técnicas para que las partes implicadas en un conflicto, puedan dialogar, restablecer la comunicación, la confianza y sepan identificar una solución a sus problemas. Por ello, ha explicado a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA cómo funciona este servicio.
Una vez las personas se acercan a las instalaciones del servicio ¿cómo inicia ese proceso de mediación?
-Se entra en ese sistema informativo donde se va diseñando el proceso de intermediación, tanto a medida del conflicto, como el número de personas que están implicadas y el momento personal que estén viviendo en cuanto a esa situación. A partir de ahí se convocan a las personas, siempre que tengan voluntad e interés en participar y se diseña el proceso donde se firma un compromiso de mediación en el que se establecen dos principios fundamentales, que son la confidencialidad del proceso y la imparcialidad de los profesionales de mediación que van a intervenir y una serie de principios básicos para que el proceso pueda ir adelante.
¿En algún momento se puede interrumpir el proceso?
-La participación al ser voluntaria implica la posibilidad de poder interrumpir el proceso por si alguna de las personas no quiere continuar. Es un proceso flexible, dinámico y donde nuestros protagonistas principales son aquellos que quieren abordar esa situación, entonces, podríamos decir que el diálogo que mantienen está enfocado a la toma de decisiones y de responsabilidad de las cuestiones que en ese momento se están hablando.
En 2021 se atendieron 169 personas más comparadas con el 2020 ¿La pandemia ha agudizado los conflictos familiares?
-Realmente la pandemia nos ha ayudado a ser más conscientes en las relaciones familiares, porque al ampliar el tiempo de convivencia en el hogar durante el confinamiento inicial, nos ha dado más posibilidad de darnos cuenta de cuál es la relación que tenemos con las personas que convivimos. No es que haya más conflictos, sino que hay más interés en utilizar el diálogo y la mediación para tomar decisiones y asumir las responsabilidades.
¿Cuál es el papel del mediador?
-Facilitar la comunicación para que las personas protagonistas puedan tomar decisiones en un contexto dialogante, reflexivo, no bajo la presión de que tienen que comprometerse a algo, sino que tienen que reflexionar sobre a qué se quieren comprometer.