s tan impresionante que a nadie deja indiferente. En el enorme salón de la Casa de Cultura ha encajado a la perfección la reproducción de una gran parte de los edificios, huertas, campos de viñedos, paisajes, ríos y hasta esa enorme cantidad de personas que ponen cara a las tradiciones, la cultura o la historia de Elciego. Víctor Entrena es una de las personas que han estado trabajando desde hace años en la construcción de este impresionante belén al que cada año se le va dotando de novedades por parte de un grupo de voluntarios. Cuenta que en esta ocasión, las calles de la villa han acogido "a los pintores que participan en el Concurso de Pintura que se ha convertido en una referencia nacional. Algunos de estos artistas, un total de seis, armados con sus caballetes, pintan la parroquia u otros paisajes o edificios que tiene enfrente".
Otra de las novedades es el empedrado que han instalado en el casco viejo completando el lateral este de la plaza y han abierto la calle Gallarza. Asimismo, han pintado un gigantesco mural de la Sierra Cantabria como se ve desde Elciego.
Además, entre el año pasado y este han elaborado numerosos detalles, como el mercadillo semanal, o el mercado de la huerta y el jardín, con sus puestos de todo tipo, o la presentación de los vinos que también se lleva a cabo en la plaza. Para este último han elaborado el mostrador con las botellas de todas y cada una de las bodegas de Elciego y a espaldas de quien sirve el vino, las cajas de botellas de cada firma.
También, desde la torre de la parroquia se puede disfrutar de la presencia de las palomas y de un grupo de ellas iniciando el vuelo sobre el vacío.
Evidentemente, en el conjunto sobresale por su tamaño la iglesia parroquial de San Andrés, así como numerosas casas y huertas que permiten ofrecer el interior de bodegas, viñedos labrándose, olivos, huertas tradicionales y hasta un punto de venta y degustación de vino, del que mana, por un caño, vino real. Las viñas es uno de los trabajos más impresionantes, porque cada planta tiene alrededor de 200 hojas realizadas una a una, por lo que son "diez mil o veinte mil hojas que adornan las parcelas de tempranillo y viura".
Impresiona por su tamaño la bodega Valdelana. Y por el resto de la trama urbana el rincón de la gallega, la balconada de la señora Socorro, las ermitas de San Roque y de San Vicente, el antiguo cuartel de la Guardia Civil o la Casa de los Hierros, el paseo del Peine y sus chalets adosados, el antiguo Matadero, el viejo Depósito, la Casa del Médico, las Escuelas, el parque de Gallarza, el frontón, alguna casita tradicional del grupo Gallarza, la plaza de Buesa, la plaza del Crucero, el parque de la Encina y la Picota. Es decir, son los edificios más representativos y son como están.
La lista se completa con la fonda antigua que ponía Nazario como bar y fonda, la bodega de Pichillas o de Pablo Urarte, la bodega de Pepe Murúa, que ahora es el restaurante La Cueva, la fuente antigua con el abrevadero y el lavadero, el antiguo Hospital o la barriada de Chisco.
Y entre otros muchos personajes y edificios, una ranura en un lateral anima a depositar 50 céntimos para poder disfrutar de la bajada del Barrihuelo, con lo que se da comienzo a la fiesta de verano, y con otros 50 se da movimiento al popular grupo de danzas de la villa y a los gaiteros. La recaudación no es para el belén. Es para las parroquias de Rioja Alavesa y sus proyectos solidarios.
Su origen se remonta al año 2002, cuando un pequeño grupo de vecinos, picados por los belenes con movimiento que organizaba el entonces párroco, don Marcelino, ideó el realizar una composición con elementos patrimoniales de Elciego. Para ello se recreaban rincones como la Picota o la fuente con el pilón y se instalada para mostrarlo en los bajos del ayuntamiento. El problema es que muchas de esas piezas se regalaban y por esa razón no han vuelto y aún hoy se pueden ver en Anguciana, en el geriátrico de Samaniego, Agoncillo, o en Navaridas.
Con el paso del tiempo fue creciendo en nuevos edificios y por lo tanto de ubicación, pasando por el local del antiguo hogar del jubilado, la Casa de los Maestros y en las últimas ediciones, en la que se ha llegado a los 58 metros cuadrados, en la Casa de Cultura. Allí fue expuesto hasta 2015 y tras cinco años sin mostrarse y hasta que se creó un grupo que se vuelca en su construcción, custodia e instalación -integrado por Víctor Entrena, Guillermo, Antonino Pardo, Txisco, Esteban, Luis y José Luis Aldazabal- se pudo visitar el año pasado y este con idea de continuidad y con la colaboración de Electricidad Selen Norte.
Realizado con poliespán, cartones y mil materiales más, el belén es Elciego en chiquito, aunque generoso en dimensiones. Durante la visita, que se puede realizar hasta Reyes, el paisaje cambia de colores y se pasa del día a la noche.