La VII Marcha contra el Cáncer de Vitoria, organizada por la Asociación contra el cáncer (AECC) en Álava y Fundación Vital, recupera la participación presencial tras la edición virtual celebrada el pasado 2020 debido a la pandemia. Las inscripciones, que tienen un coste de ocho euros, seguirán abiertas esta próxima semana tanto en la tienda de deportes de El Corte Inglés como en www.fundacionvital.eus y la sede de la AECC en la plaza Porticada de Mariturri. Todo lo que se ingrese servirá para dar un impulso más al proyecto sobre cáncer de hígado que lideran las investigadoras Carmen Berasain y María Arechederra, de la Universidad de Navarra, con el que la delegación alavesa de la AECC colabora desde hace tres años. Patxi Ormazabal, presidente de la entidad, charla con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA -que colabora en la marcha- a escasos días de su celebración.

La marcha recupera la participación presencial tras la atípica edición de 2020. Un nuevo síntoma de que esa ansiada normalidad se acerca un poco más después de unos meses tan difíciles.

-Sí. El año pasado tuvimos que hacer la marcha de forma virtual, que resultó bastante bien dentro de lo que cabe, mejor de lo que esperábamos, y ya este año hemos decidido retomar el formato presencial. Las cosas van para delante, las inscripciones van muy bien aunque todavía nos quedan varios días para apuntarse y la verdad que la gente está animada, con ganas de hacer este tipo de cosas. En principio vamos para las 2.000 inscripciones, pero si vemos que las cosas van muy bien vamos a ver si podemos ampliar un poco más. Vamos a salir con camisetas nuevas, con un diseño renovado, y la salida y la marcha serán lógicamente con todas las medidas de seguridad.

Quien no conozca este evento o todavía esté pensando en apuntarse, ¿qué va a encontrarse el domingo en las calles de Vitoria?

-Saldremos a las 11.30 horas en una marcha, de paseo, desde Dato -en el Caminante- hasta Armentia, en un ambiente sobre todo festivo. Cada uno a su ritmo, aunque siempre hay algún grupito que sale corriendo. Este año no vamos a hacer pintxo pote porque las medidas todavía no están muy abiertas y hemos tenido un poco de precaución. Eso sí, esperemos que el año próximo podamos hacerlo porque no es solo una parte importante de la recaudación de la jornada, sino que también es una forma de recuperar ese contacto humano entre las cuadrillas y las familias que participan en la marcha. Esperemos que poco a poco se vaya normalizando todo.

La recaudación irá destinada al proyecto sobre cáncer de hígado que lideran Carmen Berasain y María Arechederra. ¿Cómo marcha esta investigación con la que la AECC viene colaborando desde hace ya bastante tiempo?

-Tenemos alguna noticia buena, porque este proyecto que estamos financiando está teniendo bastante éxito y acaban de publicarse tres artículos sobre él en revistas de reconocido prestigio. Han salido además otras líneas de investigación a partir de la línea madre y estamos muy contentos. Ya se está haciendo un estudio por varios hospitales, las cosas van bien, ellas están muy optimistas y nosotros también, porque vemos que lo que están investigando va teniendo una aplicación práctica, que es lo más importante.

¿En qué cifras globales se está moviendo la AECC de Álava en el ámbito de la investigación?

-El pasado 2020 dedicamos más de 200.000 euros a este campo, a los que se sumaron los 40.000 que todos los años destinamos al proyecto de Carmen Berasain y María Arechederra. Llevamos tres años apoyándolo, con lo que ya sumamos 120.000 euros. La AECC es a nivel general la organización civil que más invierte en la investigación del cáncer, en todo los tipos de cáncer. Incluso en los muy raros.

Pese a todo, ¿la investigación en torno al cáncer se ha visto muy tocada durante la pandemia?

-En lo que se refiere a nuestra aportación no, aunque sí es cierto que muchos fondos que iban destinados a la investigación del cáncer han ido finalmente al covid. Pero también hay que señalar que muchas de las investigaciones que ya estaban funcionando en relación con el cáncer han servido para el covid y que muchas de las investigaciones que se han hecho en torno al covid van a servir para el cáncer. Estamos optimistas en torno a la aplicación de algunas técnicas que se han utilizado para tratar el covid y que en adelante se van a poder utilizar también contra el cáncer.

Al margen del necesario impulso a la investigación, ¿cuál es ahora su máxima preocupación?

-Mi máxima preocupación es que la gente a la que le diagnostican cáncer sepa que estamos a su disposición. Que dedicamos todo nuestro esfuerzo en atender a estas personas y a sus familiares, que tenemos distintos servicios y que cuanto antes se atiende a un paciente o a un familiar, por ejemplo desde el plano psicológico, la eficiencia es mucho mayor. Queremos llegar al mayor número posible de personas.

La pandemia ha provocado bastantes retrasos en los cribados y en los nuevos diagnósticos de cáncer a nivel local. ¿Están viéndose ya las consecuencias de esto?

-Sí. De hecho, ha habido un reconocimiento estos días por parte de la consejera de Salud, que ha dicho que se ha dado una cantidad importante de diagnósticos tardíos, de cánceres en fases bastante avanzadas, debido a la pandemia. Esto es muy importante y tiene una gran repercusión. Seguramente el año que viene vamos a notar esta rémora. Porque cuanto antes se diagnostica un cáncer, mayores son las posibilidades de supervivencia y de curación. Estamos preocupados por el tema, pero también es cierto que a todos los que ya estaban diagnosticados sí se les han dado los tratamientos con normalidad.

¿Las aguas han vuelto poco a poco a su cauce?

-Sí. En el cribado del cáncer de colon por ejemplo se está haciendo un esfuerzo grande por poner todo al día.

¿Cómo se está comportando este 2021 para la AECC?

-Tenemos cada día más actividad. Hemos recuperado la mayoría de las actividades que desarrollábamos antes de la pandemia y hemos descubierto también que el instrumento de la videoconferencia lo vamos a poder utilizar para muchas cosas. En estos momentos estamos con proyectos nuevos, que ya están en funcionamiento, como por ejemplo la atención en los pueblos. Estamos ya atendiendo en Llodio y Amurrio con una trabajadora social y una psicóloga un día a la semana y tenemos la intención de ampliar el campo. Queremos seguir llegando cada vez a más personas. Este año ya hemos dado las mismas atenciones que en todo 2020 y todavía nos quedan tres meses.

La tardanza con que se vacunó contra el covid a los pacientes con cáncer fue uno de sus principales caballos de batalla a comienzos de año. Ahora, en perspectiva, ¿cómo valora la gestión de todo este proceso?

-En este momento está todo el mundo vacunado y a algunos pacientes incluso se les va a administrar la tercera dosis. La verdad es que no ha habido grandes incidencias, aunque sí es cierto que en principio nos preocupó esa tardanza porque nuestro colectivo es muy sensible y prácticamente nos pusieron a vacunar a la vez que el resto de la gente.

¿Cree que se debería dar esa tercera dosis de refuerzo a todos los pacientes con cáncer, estén en tratamiento activo o no?

-Creo que no, porque según dicen los científicos no sería necesario. Aunque yo tampoco soy un experto. Ahí no nos metemos.

“La pandemia ha provocado una cantidad importante de diagnósticos tardíos y seguramente notaremos esta rémora el año que viene”

“Las inscripciones van muy bien, aunque todavía quedan días para apuntarse. La gente está animada y con ganas de hacer cosas”