- La artesanía y la alimentación regresaron ayer a las calles de Dulantzi. La localidad acogió una feria de productos locales en la que participaron una decena de productores de la comarca. El evento se enmarcó dentro del programa de actos organizado por el ayuntamiento de la villa denominado Alegría viva y ¡alternativa! que ha sustituido a las fiestas locales que debían celebrarse entre el 10 y el 19 de septiembre en la localidad. Así, dos años después de la última feria los puestos regresaron al frontón Gure toki, frente a la casa consistorial. En total se instalaron diez puestos regentados por artesanos y artesanas llegados de diferentes localidades de la Lautada. Los artesanos y productores volvieron a tomar las calles después de una larga estancia en sus talleres y obradores para poner en valor su trabajo y acercar la producción artesana al público de la comarca de Llanada Alavesa. Eran poco más de las once de la mañana y los curiosos rondaban ya las calles del pueblo. David, de Albeniz, puso a la venta la rica miel de sus abejas. Miren Iñake, llegada de Araia, hizo las delicias de los amantes de las manualidades con su puesto donde expuso sus cajitas decoradas con la técnica decoupage. “Lo que mejor acogida está teniendo son los marcapáginas y las cajas para pañuelos”, reconocía. Desde Heredia llegó Txus Gruzeta, artesano de la plata y la piedra. La importancia de Brasil en cuanto a las gemas y fósiles ha marcado la trayectoria de Txus, quien gusta de usar estos elementos en sus creaciones, pero el desarrollo de diferentes técnicas hace que realice joyas de otros estilos. También realiza piezas con esmalte y hace joyas donde combina plata y oro.
Los asistentes también pudieron llenar sus cestas con las hortalizas y legumbres producidas por Joseba en Adana. El aperitivo dominical de muchos de los habitantes de la Llanada contó ayer con las ricas croquetas de Juan. Las mujeres del grupo Argia de Elburgo volvieron a mostrar sus productos de higiene personal y del hogar elaborados por ellas mismas a lo largo del año con fines benéficos. Esponjabones, ungüentos o mascarillas fueron algunos de los productos puestos a la venta. El toque dulce lo puso Iratxe, que desde Gazeo, ofreció un amplio surtido de repostería y pan casero.