- Al grito de Pensionistas aurrera, Jesús Mari Soubies marcha por la calle Francia, camino de La Paz, con chaleco reflectante y pañuelo al cuello, entre rosa y morado reivindicativo, al tiempo que reparte pegatinas entre sus compañeros de mani. A sus espaldas lleva muchas manifestaciones y protestas como trabajador de la siderurgia. “Muchas, muchísimas, desde el 76, imagina. Ya ves, toda la vida discutiendo del sueldo y, ahora, de las pensiones”, pero como reza el cartel que sostiene su compañero de fila: Gobierne quien gobierne, las pensiones se defienden. Junto a Jesús Mari marchan en ordenada kalejira de protesta obreros ya jubilados, viudas, hijos de amas de casa, costureras, empleados de la máquina-herramienta y albañiles. Todos coinciden en que, con menos de 1.080 euros, no les salen las cuentas. De ahí que su lucha sea ahora por unas pensiones dignas.

A punto de cumplir los 70, Jesús Mari no se amilana por si mucha o poca gente secunda la protesta de las cinco de tarde con salida en el museo Artium. “Sabemos que es mala hora, que con la pandemia, la gente está deseando de salir e irse por ahí, que todo el mundo aún no está vacunado, pero “estamos aquí porque tenemos que estar, por lo que es nuestro, porque el sistema de la Seguridad Social es nuestro, y lo quieren recortar”, reclama.

Sus peticiones son muchas, como queda reflejado en los carteles que cada manifestante sostiene a su paso por Ortiz de Zárate, camino de la Virgen Blanca. Diputación, con más recaudación, una mejor pensión, reza una; Sueldo mínimo para mujeres trabajadoras de 1.200 euros, exige otra. Ordenados en tres filas y escoltados por Policía Local y Ertzaintza, a la cabeza de la manifestación le siguen otras muchas reivindicaciones, una por participante: Juntas más fuertes, organizadas, imparables; Salario digno mejora la pensión; Emakume, adi non bizi, han erabaki! Pensión digna de viudedad, Nagusien pobrezia, emakume aurpegia, La pobreza en mayores tiene rostro de mujer... y así un largo listado de denuncias y reivindicaciones que desembocan en la Plaza de a Virgen Blanca para leer el manifiesto final.

Un comunicado en el que recuerda el colectivo de pensionistas que a principios de mes, el Gobierno mandó a Bruselas los compromisos a asumir, para que desde allí llegue el “maná” de los 70.000 millones de euros. Y, si bien, la transparencia no ha sido lo que más ha brillado -critica-, ya se empiezan a conocer algunos aspectos de interés de esas reformas, que se irán periodificando al menos hasta 2023. Reconoce la plataforma que parece que hay intención de modificar algunos aspectos de la reforma laboral de 2012, de simplificar la contratación laboral, cerrar la forma de revalorizar las pensiones con arreglo al IPC, etc.

Sin embargo, “de pensión mínima de 1.080 euros, nada; de salario mínimo de 1.200 euros mensuales, tampoco; ni de mejorar las pensiones reducidas por aplicación de coeficientes reductores de los expulsados del mercado de trabajo”, censuran los manifestantes. ¿Qué pasa?, se pregunta el colectivo de pensionistas, para que estos asuntos hayan dejado de ser de interés para el gobierno socialista de Pedro Sánchez. De ahí, su llamamiento a salir ayer a la calle.