Estaba llamada a ser la pregonera de las fiestas de San Prudencio y la Virgen de Estíbaliz en 2020 y no pudo ser. Su nominación ha sido la más larga de la historia, la que más ha tardado en ejecutarse, pero el jueves 22 de abril será recordado por Maite Ruiz de Austri como el día en el que pudo llevar a cabo su cometido. En la Catedral de Santa María, en un contexto de pandemia en el que no se hizo una llamada a la fiesta como tal, la cineasta y guionista alavesa se acordó del personal sanitario por su papel en esta crisis.
Hace más de un año que le nombraron pregonera. Se ha hecho rogar...
El año pasado, cuando me nombraron pregonera, me sentí orgullosa y muy honrada de haber sido elegida, pero no pudo ser, por la pandemia. Las fiestas se suspendieron y de pronto nos vimos todos confinados, sin poder salir de casa. Entonces recibí la llamada del Diputado General en la que me volvía a proponer como pregonera del año siguiente. Tengo que decir que le agradecí mucho la deferencia. Así, casi sin darme cuenta, me habían convertido en la primera y única pregonera que tenía ese papel en dos años consecutivos en la historia de las fiestas de San Prudencio y de Nuestra Señora de Estíbaliz. Más aún, de primera pregonera (en el año 2020) pasé a ser "maestra de ceremonias" de la fiesta (en el 2021). Seguramente, por lo accidentado que ha resultado podrá recordado en la historia del día de los alaveses.
¿Has dudado en algún momento que pudieses hacerlo o tenías claro que se daría, cuando fuese, pero que se daría?
Precisamente porque la situación era tan cambiante, no he tenido la completa certeza de que fuera a poder hacerlo este año tampoco. No obstante, me puse a escribir mi nuevo pregón con la esperanza de que pudiera darlo.
¿Es un privilegio que le agrada, un reconocimiento, una ocasión única... Cómo lo vive?
Me he sentido orgullosa y muy honrada, sentimientos que estoy segura de compartir con las pregoneras y pregoneros que me han precedido. También ha sido una oportunidad de reflexionar, de comparar, de meditar sobre lo que tenemos, lo que es verdaderamente importante y lo accesorio, sobre el valor que damos a las cosas€ Solo tenía que releer el pregón que había escrito para el año pasado, para comprobar que además de la realidad, mi propia percepción sobre muchas cosas había cambiado.
Este tipo de actos suelen ser una llamada a la fiesta, pero ahora, en pandemia , ¿a qué se llama?
Cierto, un pregón es una llamada a la fiesta y en este caso no podía ser tal. Estamos en un momento muy delicado e ignorarlo podía poner vidas en juego. Tanto es así que no quedaba claro si era una buena idea llamarlo pregón, o no pregón o anti pregón o simplemente mensaje. Lo importante era que el día de las Fiestas de San Prudencio y de Santa María de Estíbaliz es el día en que alavesas y alaveses nos reafirmamos en la idea de estar juntos, también y sobre todo en los momentos difíciles, y que eso merecía unas palabras para recordarlo.
¿Qué ha querido resaltar en su mensaje?
En el 2020 escribí un pregón que acabó guardado en un archivo de mi ordenador y tuve que volver a escribir algo completamente diferente y más acorde con la situación que vivimos en este 2021. La comparación entre ambos discursos me hizo meditar sobre el sentido de las fiestas de San Prudencio y de Nuestra Señora de Estíbaliz.
Me di cuenta que más allá de un día festivo, lleno de actividades lúdicas, hay algo más profundo que hemos necesitado afirmar, que celebrar y que por algo se ha mantenido desde hace siglos. En realidad, creo que en el fondo lo que celebramos es un acto de pertenencia, una afirmación del sentido de comunidad, del hecho de ser alaveses. Y eso te lleva a muchas otras cosas. Creo que ahora que la pandemia nos ha hecho sentir más solos, aislados incluso de nuestros seres más queridos, es importante tener un día en que podamos visualizar que somos una comunidad, que no estamos tan solos como creíamos y que juntos podemos salir adelante. Y este mensaje lo decía desde mi corazón y desde el corazón de todo el sector audiovisual alavés, que nunca lo ha tenido fácil y que en medio de las dificultades añadidas que está suponiendo la pandemia, (hemos visto rodajes parados y a todos los profesionales que participaban en ellos quedarse sin trabajo, y también muchos proyectos a la espera de que la situación vaya mejorando), se ha unido, y sigue luchando por salir adelante con excelentes resultados.
¿Maite Ruiz de Austri ha sido de las que celebran San Prudencio?
Desde luego, siempre que he podido, aunque lo cierto es que en muchas ocasiones me ha pillado viajando o trabajando fuera.
¿Recuerdas algún San Prudencio especial para ti, o alguna cosa que siempre hayas hecho en esta fecha, que no falta?
Los San Prudencios más especiales fueron los de mi niñez. Yo aprendía danza tradicional en la escuela de danza de la Diputación, con Manolo Ortiz. Era de las pequeñas y recuerdo que siempre mirábamos con envidia y respeto a los mayores que tenían su actuación ante el público. Era el momento de soñar cuándo nos tocaría a nosotras.
¿Cómo lleva todo el tema pandémico, para qué está aprovechando y que anhela hacer?
Tengo un trabajo que consiste en pasar mucho tiempo ante un ordenador pensando, escribiendo, planificando y en el caso de la animación estamos muy acostumbrados a trabajar desde nuestras casas. Lo más duro para mí son las restricciones de movilidad y de relación. Ojalá que podamos recuperar cosas tan sencillas como quedar con los amigos, o salir a cenar, o a tomar un vinito con pintxo.