n grupo interdisciplinar de investigación de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) ha creado un nuevo método para corregir una de las mayores limitaciones de una nueva terapia para luchar contra el cáncer, denominada hipertermia magnética, logrando evitar las aglomeraciones de nanopartículas magnéticas que surgen al emplear la hipertermia magnética -la elevación localizada de temperatura- para eliminar las células tumorales. Un innovador protocolo que supone un avance importante en el campo de las terapias antitumorales de hipertermia magnética, una prometedora técnica aún en fase de ensayo clínico.
La hipertermia es una terapia que se emplea en tratamientos contra el cáncer pues las células tumorales son más sensibles al calor que las células sanas. Por su parte, los nanomateriales magnéticos presentan la capacidad de producir calor cuando son sometidos a campos magnéticos alternos, de forma que la ubicación estratégica de nanopartículas magnéticas puede provocar la muerte selectiva de células tumorales sin dañar los tejidos sanos adyacentes.
Una de las mayores limitaciones de esta terapia, denominada hipertermia magnética, es la tendencia de las nanopartículas magnéticas a la aglomeración, problema que se agrava cuando las nanopartículas se encuentran en un cuerpo vivo. La aglomeración conlleva una pérdida casi total de su capacidad para producir calor, convirtiéndolas en prácticamente inservibles para efectuar este tratamiento anticancerígeno tan prometedor y de mínimo efecto adverso.
Mediante esta investigación, publicada en la revista ACS Applied Materials&Interfaces, se ha demostrado que un adecuado recubrimiento de las nanopartículas de magnetita (Fe3O4) con largas cadenas del copolímero PMAO-PEG impide que la capacidad de calentamiento de las nanopartículas decrezca en el medio celular. También queda probada la eficacia terapéutica de estos sistemas en cultivos de células de cáncer colorrectal, que induce la muerte celular en 24 horas del tratamiento y una muerte celular total en 48 horas.
Idoia Castellanos-Rubio, primera autora de este trabajo, es doctora en Química por la UPV/EHU. Tras una estancia posdoctoral en la Universidad de Buffalo (Estados Unidos), se reincorporó a la Facultad de Ciencia y Tecnología de la UPV/EHU y en septiembre de 2019 recibió una de las prestigiosas becas Marie Curie de la Comisión Europea. Además del grupo GQESM del Departamento de Química Inorgánica, del que forma parte Castellanos, en el trabajo han colaborado grupos del Departamento de Electricidad y Electrónica y del Dpto. de Genética, Antropología Física y Fisiología Animal.