- Más de 30 empresas alavesas socialmente responsables han dado un paso adelante a través de Incorpora, el programa de inserción socio laboral de la fundación la Caixa. No solo han seguido contratando tras la llegada de la pandemia de la covid-19, sino que han seguido dando trabajo a personas en riesgo de exclusión social, que, a su vez, son las más vulnerables ante la crisis derivada del coronavirus. A través de Incorpora y de su red de dos entidades sociales en Álava, han sido posible 60 contrataciones, la mayor parte de ellas para empleos de primera necesidad en el contexto del estado de alarma decretado de marzo a junio de este año.
Ante la crisis del coronavirus, Incorpora redobló sus esfuerzos para dar una respuesta inmediata a las necesidades de acción social. El programa ofrece a las empresas un servicio gratuito de asesoramiento y acompañamiento en acciones de responsabilidad social para facilitar la integración laboral de personas con discapacidad o en situación de vulnerabilidad, como jóvenes en riesgo de exclusión, víctimas de violencia de género, parados de larga duración y exreclusos, entre otros. "Las empresas son agentes de cambio claves para el progreso social. Desde Incorpora, cada vez son más las compañías socialmente responsables que dan un paso adelante para brindar oportunidades a los que más las necesitan», ha explicado el director general de la fundación, Antonio Vila.
La fundación la Caixa cumple ya catorce años trabajando por la inserción socio laboral desde Incorpora. Desde sus inicios, 176.976 empresas han contratado a más de 193.752 personas en riesgo de exclusión. Las empresas que forman parte del programa tienen acceso a una bolsa de trabajo de candidatos que han recibido una preparación específica para los empleos ofrecidos. En la red, formada por 406 entidades sociales, trabajan 1.054 técnicos de inserción socio laboral. Este proceso, que el coronavirus ha obligado a adaptar al teletrabajo, va desde la prospección de empresas hasta el seguimiento del proceso de formación, el acompañamiento laboral, la solución de los posibles conflictos que puedan surgir en el marco de la relación laboral, y el fomento de la adhesión de nuevas empresas al programa. El objetivo es que las personas sean agentes de su propio cambio para salir de situaciones difíciles, centrándose en el empleo como forma de inserción social.
La paralización de sectores como la hostelería y la restauración, así como el consiguiente aumento de las cifras del paro, se contraponen al aumento de la demanda de personal en servicios esenciales como el sector socio sanitario; los servicios auxiliares, entre los que destacan la limpieza y los servicios integrales a edificios; el sector agrario, para las campañas de recogida de fruta y verdura, y el comercio, especialmente el alimentario, al por menor y al por mayor.
Así, personas en situaciones de alto riesgo de exclusión se han convertido en trabajadores esenciales desarrollando tareas en primera línea de la respuesta a la pandemia: en hospitales y residencias de personas mayores, personal de limpieza o auxiliares de enfermería y geriatría, y técnicos auxiliares de farmacia y de emergencias sanitarias; en tiendas de productos de primera necesidad, vendedores, mozos de almacén y reponedores, así como peones agrícolas.