- Los dos meses de paralización que sufrió la obra pública, a consecuencia de la pandemia del coronavirus se han dejado notar en grado sumo en el municipio de Artziniega que, a estas alturas de julio, continúa sin inaugurar su temporada de baño estival. Y es que las piscinas municipales están siendo sometidas a una intensa reforma que comenzó allá por enero y que, sin el citado parálisis de marzo y abril, debería haber culminado a mediados de junio. De hecho, la obra fue adjudicada en el precio de 364.196,12 euros y un plazo de ejecución de cinco meses a la empresa Galitec Desarrollos Tecnológicos, cuyos responsables han comunicado esta misma semana al alcalde, Joseba Vivanco, que "culminarán para mediados de agosto".
El regidor, que confía en que sea el plazo definitivo que hace público, ha explicado a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA que, tras el fin de la obra de las piscinas "será necesaria otra semana para poner en marcha el sistema de depuración y ya será demasiado tarde para anunciar como tal la apertura de la temporada de baño estival, pero sí vamos a inaugurarlas para ponerlas a prueba y detectar fallos, de cara a corregirlos para el año que viene", explicó. En esta especie de jornadas de puertas abiertas, que durarán entre una y dos semanas, la población de Artziniega tendrá la oportunidad de disfrutar de las nuevas instalaciones de manera gratuita, pero con las correspondientes limitaciones de aforo y demás medidas higiénico-sanitarias que ha traído consigo todo el protocolo de prevención ante el covid-19.
Las obras de mejora en las piscinas municipales de Artziniega eran una necesidad urgente ya que, desde su construcción en 1992, no se habían realizado intervenciones importantes en las mismas. De ahí que la obra a abordar, que cuenta con una ayuda prorrogada del Plan foral de obras y servicios 2018-2019, esté siendo de gran calado, ya que engloba desde la renovación completa de la instalación de depuración y filtración de las piscinas, adoptando un sistema de cloración salina, hasta la de los pavimentos y acabados de las playas que rodean los vasos de las piscinas.
Asimismo, se han reducido las alturas de los fondos de la piscina de adultos, oscilando entre los 1,10 y 1,70 metros; se han impermeabilizado los vasos de ambas piscinas; se ha demolido la isleta de la piscina infantil; y el seto de separación de las zonas de playa con las zonas ajardinadas va a ser sustituido por una valla. Además, se ha construido una caseta en superficie para las nuevas instalaciones de depuración y filtración, eliminando las obsoletas instalaciones subterráneas.
Por lo que respecta al resto de municipios de la comarca ayalesa, Llodio y Ayala inauguraron sus temporadas de baño estival el pasado 3 de julio, aunque con claras diferencias marcadas por el protocolo de prevención contra el covid-19 que ha tomado cada Ayuntamiento. En concreto, al complejo acuático ayalés sito en Ibagüen, en las cercanías de la Ikastola Etxaurren, sólo pueden acceder las personas que se hayan hecho con el carné de abonados, de lunes a viernes, fines de semana y festivos, de 11.00 a 21.30 horas; mientras que para entrar al de Ellakuri en Llodio -que ha reducido su aforo a la mitad (mil personas)- se han eliminado los abonos de temporada y creado entradas de día, al precio simbólico de un euro. Las personas menores de 14 años, así como las abonadas al polideportivo acceden gratis.
Por su parte, Amurrio inauguró su temporada de baño estival el pasado día 23 y la mantendrá hasta el 13 de septiembre, también solo para abonados como Ayala; mientras que Okondo, tal y como anunció, ha renunciado a la apertura de las suyas como medida de precaución ante el covid-19.
CRAD de Amurrio. El centro rural de atención diurna de Amurrio (CRAD) ha reabierto sus puertas a la atención de mayores, cumpliendo con todas las medidas de seguridad tanto para usuarios como para el personal que les atiende, después de permanecer cerrado durante tres meses debido al estado de alarma. Este centro está ubicado en la primera planta del edificio Villa Fe y abrió sus puestas por primera vez en noviembre de 1999, contando para ello con la colaboración del Instituto Foral de Bienestar Social.