- Un total de 2.560 personas forman parte del estudio de la Asociación europea de economistas del vino (European association of wine economists, Euawe) y la Cátedra de vinos y espirituosos de la Inseecu y que en el Estado ha sido desarrollado por las universidades de Zaragoza, Politècnica de València y Pública de Navarra para conocer la frecuencia de consumo, las pautas de compra, los determinantes del consumo y las consecuencias a largo plazo. Similares encuestas se han realizado en otros países. De acuerdo con las conclusiones, en todos los países, la frecuencia del consumo de vino ha aumentado considerablemente con el confinamiento. En concreto en España, un 45% de las personas no ha variado su frecuencia, un 36% consume más frecuentemente y un 19% consume menos frecuentemente.
El estudio también revela que se ha producido una reducción del gasto unitario en la compra de vino en todos los segmentos de precio, excepto en el nivel de precios más bajo (menos de 5 euros). Este resultado es negativo para la industria del vino, ya que el confinamiento no solo ha supuesto el cierre del canal de hostelería, con una pérdida de ventas relativamente más intensa en las gamas medias y altas, sino que también ha reducido sustancialmente el precio medio de compra de vino en casa. La encuesta plantea también preguntas sobre las futuras tendencias de consumo y compra de vino y ofrece algunas posibles respuestas ya que alrededor del 70% de los encuestados creen que es necesario favorecer la compra de vino local en este período de crisis.
En cuanto a la vía de compra, dos canales de suministro han ganado terreno durante el confinamiento. Uno es el ligero incremento de la compra online, aunque su cuantía es pequeña (menos de tres puntos). Este débil incremento es coherente con el resultado de que poco menos del 20% de la muestra ha comprado vino online durante el confinamiento y tan solo un 7% de los españoles ha comprado vino por primera vez en Internet. Esto significa que la crisis ha llegado en un momento en el que este canal está muy poco desarrollado en nuestro país, y que su utilización futura exige un esfuerzo más intenso y continuado por parte de las bodegas para generar incrementos sostenibles.
Finalmente, y entre otros parámetros estudiados, entre los factores determinantes del aumento de la frecuencia de consumo de vino prevalecen la ansiedad, la precariedad, aunque también el gusto y lo digital, según el informe.
Ansiedad por el covid-19 Una característica fundamental del confinamiento es que la ansiedad generada por la pandemia es un factor asociado al aumento del consumo de todas las bebidas alcohólicas en todos los países. Más que el miedo al virus en sí, los encuestados expresan un temor muy fuerte por las consecuencias económicas de la crisis sanitaria. Esta preocupación económica tiene un impacto particular en el aumento de la frecuencia del consumo de bebidas alcohólicas.
15%
El porcentaje de la compra 'online' de vino ha crecido tres puntos porcentuales hasta llegar al 15%.
36%
Un 36% de los encuestados confirma que durante el confinamiento ha consumido más vino.