l estado de alarma y las consecuencias del coronavirus está llevando a muchas empresas a aportar su granito de arena más allá de las tareas o funciones que realizan habitualmente. En situaciones como la actual toda ayuda es poca, y a veces pequeños gestos pueden servir para echar una gran mano a personas que lo necesitan realmente. Con esa intención, una firma de administración de fincas de Vitoria, Arbella, decidió ir un paso más en las tareas que a priori le corresponden como gestores de muchos bloques de viviendas y ofrecer a los vecinos en situación de vulnerabilidad su ayuda para cuestiones tan sencillas, pero tan necesarias, como ir a hacerles la compra al supermercado, acercarse a la farmacia para llevarles una medicación o realizar gestiones en el banco.

"Cuando empezó el estado de alarma llamamos a todos los presidentes de las comunidades que llevamos para preguntarles cuáles veían que eran las necesidades principales de los vecinos, si había alguno en concreto que necesitase ayuda especialmente por su situación de vulnerabilidad", explica Beatriz Arbella, de la administración de fincas del mismo nombre. Una empresa que, además, apenas mes y medio antes de decretarse el confinamiento había ampliado su oficina para ofrecer también servicios inmobiliarios, aunque posteriormente la imposibilidad de realizar esta función les llevó a congelar este servicio hasta poder hacerlo en las condiciones requeridas.

Esa ayuda extra que como gestoría ofrecen a los vecinos de las comunidades, "sin coste para ellos" ha sido, explica, "muy bien recibida" en las comunidades que gestionan. "Hay muchos edificios en los que los propios vecinos se organizan entre ellos para hacer los recados a quienes no pueden salir de casa o tienen problemas para hacerlo, y otros nos llaman muy agradecidos por ofrecernos a hacerlo nosotros si lo necesitan", apunta Arbella.

En las administraciones de fincas de la capital alavesa llevan estas semanas trabajando para mantener a punto y solucionar cualquiera de las muchas incidencias que surgen y que requieren de una rápida solución. "Las obras están paradas, pero las urgencias se atienden igualmente. Para una comunidad quedarse de repente sin portero automático, o un problema con el agua, es un problema que requiere una rápida solución", subraya. El confinamiento, de cualquier forma, está provocando que aflore la imaginación de aquellos que buscan cómo adecuarse, por decirlo de alguna manera, a las nuevas condiciones, lo que genera llamadas para saber si eso que el vecino está haciendo en el edificio es admisible o no.

"Hay casos de vecinos que al no poder hacer deporte se dedican a subir y bajar las escaleras, pero es algo que no está permitido. Con las salidas de los niños también nos han preguntado si pueden usar las zonas comunes para jugar, y no, no pueden. Al principio el Gobierno dejó la decisión en manos de las comunidades de vecinos, pero el colegio de administradores solicitó que la norma general fuera no permitir su uso", recuerda. Al menos, a partir de hoy esos deportistas de interior podrán salir a subir y bajar las escaleras del parque.

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Esta firma de administración de fincas y servicios inmobiliarios tuvo que dejar de atender presencialmente en su oficina desde el 13 de marzo.