os musulmanes que viven en el medio rural alavés han tenido que asumir como el resto de ciudadanos las medidas dictadas en el real decreto que trata de atajar la alerta sanitaria que vive el país. Sin embargo, este colectivo se ha encontrado en la mayoría de los pueblos con un problema como es la falta de carnicerías donde poder abastecerse de carne ajustada a su alimentación halal, que tiene su propio rito para sacrificar a los animales. En el caso de Oion, la comunidad se desplazaba a Logroño, donde hay una extensa red de este tipo de establecimientos, pero con las restricciones de movilidad la mayor parte ha tenido que renunciar a su consumo y cambiar la dieta durante el confinamiento.
El otro problema que han tenido que solucionar ha sido el de sus rezos, ya que la mezquita tiene cerradas sus puertas, como cualquier otra religión, pero también se han adaptado a las circunstancias. Según el reciente Estudio demográfico de la población musulmana, elaborado por la Unión de Comunidades Islámicas de España, con datos cerrados a 31 de diciembre del año pasado, en Euskadi residen 62.466 personas que profesan ese credo, de los que 17.995 viven en Álava. La mayor parte de ellos proceden de Marruecos, Pakistán, Argelia y Senegal y en porcentajes muy inferiores de otros países.
En líneas generales viven integrados en los lugares de residencia y, como explica el encargado de la asociación oionesa, Abdelamiz, “estamos listos para afrontar el confinamiento de la alarma sanitaria, y también lo estamos para prestar los servicios que se nos requieran a favor de la sociedad oionesa”. Según su responsable, de momento no tienen ningún afectado entre los residentes. La única incidencia entre este colectivo, como comenta, es que hay algunas personas y familias que están viviendo en Oion, “que están sin trabajo y no tienen ningún tipo de recurso económico o ayudas”. Para ellos, la propia comunidad al completo “ha donado un dinero para ayudarles, con el fin de que puedan realizar algunas compras con las que mantenerse mientras pasa esta etapa”.
Como sucede con el resto de cultos, la mezquita de Oion permanece cerrada, “porque tenemos el mayor de los respetos hacia las medidas del Gobierno”. La gente no sale a la calle, excepto para realizar las compras necesarias y nada más. Insiste en que “respetamos mucho las normas y en cuanto a los rezos, cuando nos llegó el aviso del cierre lo acatamos inmediatamente y así estaremos hasta que se levante esta situación”. Como es conocido, los musulmanes realizan cinco rezos diarios, que ahora se circunscriben exclusivamente a sus domicilios.
La asociación oionesa-musulmana para la convivencia, según explican, tiene como objetivo la convivencia y el desarrollo de la comunidad musulmana en el medio de vida que le rodea para su integración definitiva dentro de la sociedad vasca para el desarrollo de la persona humana con todos sus valores culturales.
Se trata de un colectivo que suele participar en la vida social y cultural de la localidad y que realiza actividades entre sus integrantes como la enseñanza del euskera y del castellano, celebración de conferencias sobre temas de actualidad, mesas redondas en las jornadas interculturales y actos varios de carácter socio-cultural que faciliten la convivencia entre inmigrantes y nacionales.