- Sin apenas haberse llegado al pico en la evolución del coronavirus en Rioja Alavesa, el sector turístico de la comarca, considerado uno de los motores de la economía vasca, está ya tocado. A lo largo de la próxima semana sus consecuencias se comenzarán a ver en forma de expedientes temporales de regulación de empleo para evitar el cierre de la importante industria que se mueve en el sector. Y hasta los propios actores dudan de que este 2020 termine sin ser un drama para muchas empresas familiares.
Las grandes organizaciones que se mueven alrededor del mundo del vino y el turismo ya están asumiendo ese panorama. Del daño se salvará el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada Rioja, al ser una organización reguladora y no productora. Sin embargo, hasta allí llegaron este pasado viernes las inquietudes de productores y elaboradores, ya que en el transcurso de los dos plenos que celebraron sucesivamente la Interprofesional del Vino de Rioja y el Pleno del Consejo se habló largamente del problema. Y de sus consecuencias, aunque todavía es pronto para que los bodegueros evalúen el daño final. En los plenos intervinieron representantes de todas las organizaciones presentes en el Rioja y aunque no trascendió el contenido de sus intervenciones, "en el aire quedó flotando una sensación de incertidumbre ante lo que se avecina", señala uno de los asistentes.
En cuanto a los productores, los agricultores, tanto viticultores, como olivicultores y los cerealistas de las faldas de Sierra Cantabria, la inquietud que mantienen supera estas fechas, ya que las siembras están realizadas y solo queda esperar al final, a la recogida de los frutos, para saber si la crisis actual se extiende hasta el momento de valorar precios de entrega.
La única incidencia reseñable es la asunción de la responsabilidad colectiva con respecto a las medidas dictadas por las administraciones. Por ello, UAGA ha decidido suspender todas las reuniones que no sean de urgencia o imprescindibles, así como la atención física en las oficinas, durante los próximos 15 días. A nivel laboral, en las oficinas de UAGA de Gasteiz y en Laguardia se fomentará el teletrabajo y la flexibilidad horaria, con el objetivo de minimizar el riesgo de contagio tanto de los trabajadores como de los afiliados de UAGA.
Otra cosa son las bodegas. El mayor grupo elaborador, el Grupo Rioja, que preside Fernando Salamero, y en la que están las grandes firmas del vino de Rioja, pero también muchas de carácter familiar, aún no se han sentado para valorar las consecuencias de la crisis sanitaria y la alarma social que conlleva.
Fuentes fiables de este grupo, ya que de momento no se realizan declaraciones más formales, trasladan la preocupación que existe en torno a la venta de vino, ya tocado por las consecuencias del Brexit y de los aranceles de Estados Unidos. Nadie quiere poner nombre a las que están sufriendo la caída de ventas más habitual: las reposiciones en la hostelería o en los lineales, pero se va hablando de expedientes de regulación de empleo temporales que se están planteando a las administraciones ante la excepcionalidad del momento que se vive.
A la incertidumbre no escapan ni las grandes ni las medianas y pequeñas bodegas y la realidad es que tardará en saberse las consecuencias, ya que los encuentros y las asambleas están suspendidas a través de las recomendaciones sanitarias. De hecho, ni en las cúpulas de las organizaciones se conoce el momento actual del alcance de la situación, como comenta un asesor vitivinícola.
Lo mismo sucede en otras organizaciones, como Abra. Su directora gerente, Inés Baigorri, explica que "éste es el momento de responder con responsabilidad a la situación que se está viviendo" y matiza que se están suspendiendo viajes, presentaciones y otras actividades necesarias para la promoción de los vinos. "Aún no es el momento de valorar los daños, pero serán duros sin ninguna duda" tanto para la venta de vino como para las actividades enoturísticas que desarrollan numerosas bodegas.
Por su parte, la Cámara de Comercio e Industria de Álava está tratando de sondear las consecuencias del momento. Según su área de comunicación, "el pasado jueves se envió una miniencuesta a los asociados con dos sencillas preguntas: qué medidas habían aplicado en sus negocios y qué consecuencias estaban experimentando a causa de la situación". Además, el secretario de la Cámara está manteniendo encuentros con la patronal y el Gobierno Vasco para tratar de conocer mejor la situación y poder coordinar de mejor manera las ayudas que se puedan establecer.
Pero el drama, donde se aprecia con toda intensidad, es entre quienes tienen la responsabilidad de sacar adelante sus negocios o los que les han encomendado. Uno de ellos es la familia Lavín, de Laguardia, que ya han tenido que suspender dos acontecimientos de su programación anual: el Spring wine fest, previsto para el 25 de abril, y la gala de Risas Km 0, del pasado 6 de marzo.
Juanma Lavín explica que ante esta situación, especialmente por las cancelaciones, no les ha quedado más remedio que aplazar esos eventos. Pero además, debido a las cancelaciones que han alcanzado un 95%, se han suspendido casi todos los compromisos que tenían durante los meses de marzo y abril, tanto en Villa Lucía como en la bodega El Fabulista, cerrada a las visitas desde hace días.
A esto se suma el cierre del restaurante y del catering, aunque éste último mantendrá una cierta actividad, ya que varias familias de Rioja Alavesa les han encargado las comidas que les llevarán a sus domicilios durante los próximos días.
Con este panorama, la familia Lavín ha dado vacaciones a buena parte de sus trabajadores y otros mantendrán una cierta actividad en el museo de carácter organizativo.
Tanto en el sector de la restauración, como en el de alojamientos, se habla de negociaciones para poder aplicar expedientes de regulación de empleo temporales. El director del hotel Villa de Laguardia, Juan Félix Fernández de Miguel, valora como "terriblemente mal" la situación que están viviendo los alojamientos turísticos ante este acontecimiento que es "inédito y global". Prácticamente el 80% de las reservas se habían cancelado mediada la pasada semana ante los llamamientos a no salir, a quedarse en casa en cuarentena o esperando acontecimientos. Y la cuestión es que mantener estos hoteles es imposible sin percibir ingresos, ya que hay que pagar salarios, seguros, mantenimientos o hipotecas. "Es una situación muy negra, aunque todos sabemos que es transitoria", matiza.
Otros hoteles, como el Viura, en Villabuena de Álava, han cerrado temporalmente sus puertas. La crisis también está afectado el icónico hotel Marqués de Riscal, donde según fuentes del sector no se descarta el llevar a cabo un expediente de regulación temporal de empleo.
Y si la situación daña a los grandes del sector enoturístico de Rioja Alavesa, a los pequeños les duele más. Héctor Eraso, de la empresa Enoaventura, ha visto cómo todas las reservas que estaban previstas para las próximas semanas, tanto de visitas a la comarca como de catas comentadas de aceite, se han cancelado.
Con este panorama, Rioja Alavesa ofrece una imagen desoladora. Con las bodegas cerradas, contención de compras de vino, visitas turísticas canceladas, la hostelería clausurada y parte del comercio atendiendo en el exterior de las tiendas dejan las calles vacías en puertas de una Semana Santa que se anticipa desastrosa.