VITORIA - En la segunda sesión del juicio que se está celebrando en el Juzgado de lo Penal 1 de Vitoria por la presunta falsificación de unos grafitos en el yacimiento de Iruña-Veleia, ha sido el turno de tres testigos esenciales para la investigación. En concreto, ayer declararon uno de los representantes de la empresa Lurman de la que Eliseo Gil era director, la arqueóloga y excodirectora de las excavaciones en Iruña-Veleia y exmujer de Gil Idoia Filloy y Ainhoa Gil.
La primera testigo en declarar fue Idoia Filloy y en todo momento mantuvo en firme su idea de que nadie del equipo puso en duda la autenticidad del material. De hecho, en varias ocasiones argumentó que sí hubo grafitos excepcionales. De esta manera, la exmujer de Eliseo Gil negó que la comisión científica asesora que creó la Diputación de Álava para estudiar esos grafitos concluyera que eran falsos. En su versión, esta falsedad "lo estableció un dictamen administrativo". Tampoco sus compañeros detectaron ninguna falsedad en los grafitos: "Nadie del equipo puso en duda entonces la autenticidad del material encontrado, incluidos los tres arqueólogos que trabajaron en el yacimiento Miguel Ángel Berjón, José Ángel Apellániz y Carlos Crespo", aseguró. Se trata de los tres arqueólogos que declararán en la vista de hoy, y que en el momento de los hallazgos no vieron anomalías, pero tiempo después denunciaron públicamente que el método de excavación adoptado "presentó anomalías e irregularidades graves de praxis arqueológica". En este sentido, Filloy recalcó que sí hubo grafitos excepcionales que se detectaron en el momento de la extracción y que Berjón le enseñó a ella uno de ellos. "Los grafitos son difíciles de ver en campo sin un proceso de lavado", defendió.
Esta idea también fue reforzada por Ainhoa Gil, hermana del exdirector del yacimiento, quien también se encargaba de las labores de lavado de las piezas. En su declaración, Ainhoa Gil reconoció, tal como lo hiciera el pasado lunes su hermano, que la mayoría de los grafitos se localizaron tras ser limpiados los materiales que sacaban del yacimiento y que en alguna ocasión y debido al volumen de los extraído estos tardaban meses en pasar por el lavado. Describió que los materiales venían "tan sumamente sucios", por tierra y barro, que en "ningún momento" pensó que "hubieran sido manipulados". También añadió que los tres arqueólogos que denunciaron irregularidades "celebraron" asimismo los hallazgos y nunca manifestaron duda sobre la veracidad de lo encontrado, algo que corroboró la tercera y última testigo. - E. F. D.