Condado de Trebiño - Se cumplen hoy cuarenta años de la primera petición formal, por parte de los dos ayuntamientos del enclave, para que el Estado aceptara la integración de Trebiño en Álava, En realidad es el 40º aniversario para Condado de Trebiño, porque a La Puebla le costó un montón de meses más y una importante crisis política y social desde que el 25 de enero de 1980 se presentase por parte de cuatro concejales una moción en ese sentido y ésta se aprobase el 17 de octubre.
El origen de aquella petición hay que buscarlo dos años antes, en el transcurso del primer Aberri Eguna celebrado en marzo de 1978, cuando quince grupos políticos: PSOE, PTE, LKI, OIC, EMK, PCE, ORT, PNV, EKA, EIA, ESB, ANV, HASI, LAIA y ESEI firmaron un manifiesto en el que, entre otras cosas, reclamaban "la reincorporación de Trebiño a Álava", como recuerda el testigo de aquella época, Roberto González de Viñaspre, que recopiló la larga historia de intentos en el libro Trebiño, claves para un contencioso inacabado.
Poco después, el 30 de junio de ese mismo año, un centenar largo de vecinos de Condado de Trebiño elaboraron y presentaron en el ayuntamiento un escrito en el que manifestaban haber "tomado la decisión de pedir que de forma oficial y por este ayuntamiento se efectúe un referéndum o consulta popular mediante votación, dentro de los límites de este Condado y en los que solamente tomen parte los vecinos del mismo, donde, de forma clara y contundente, sus habitantes se definan sobre este tema. Consideramos que esta petición ha de llevarse a efecto a la mayor brevedad posible, con pregunta clara y sencilla, y de sus resultados podremos ver cuál es el sentir del pueblo trebiñés y poder en lo sucesivo actuar sobre bases que indique la mayoría".
El alcalde remitió esta carta al gobernador civil de Burgos, quien contestó el 5 de agosto señalando que ese tema se salía de las competencias que tenía asignadas y, por ello, enviaba la petición al Ministerio del Interior, entonces en manos del vitoriano y teniente general Antonio Ibáñez Freire. El tema se quedó en un cajón. Poco después comenzaron a aprobarse los Estatutos de Autonomía, entre ellos el del País Vasco -el de Castilla y León llegó más tarde- que contemplaba el procedimiento para integrar Trebiño en Euskadi mediante la tramitación de una ley orgánica, y se celebraron elecciones municipales. Fue el momento en el que Condado de Trebiño, en una sesión plenaria celebrada el 26 de enero de 1980 tramitase una moción firmada por José Antonio Portilla, en la que se pedía la integración en Álava, vía ley orgánica, y en base a las dos consultas realizadas anteriormente, en las que los trebiñeses ya habían mostrado ese parecer.
La Puebla de Arganzón, a través de cuatro de los siete concejales, presentó la misma petición el 25 de enero, pero la respuesta de la UCD de Burgos, a la que pertenecían aquellos concejales como independientes, saltó de manera fulminante. El 27 de enero les comunicó la apertura de un expediente y les reclamó la devolución de las actas de concejales, con el fin de impedir que pudieran participar en el Pleno que se había convocado para el 31 de enero.
Los concejales se negaron y la víspera del pleno, el alcalde, Eliseo Somalo, convocó otro pleno urgente y extraordinario para tratar el cese de los cuatro concejales, mientras que la UCD de Álava se enfrentaba a sus compañeros burgaleses "por su actitud caciquil y caduca" para tratar de impedir la libre expresión de los concejales trebiñeses al día siguiente.
Lo que ocurrió después fue un desatino. El pleno del día 31 comenzó sin la presencia de los cuatro concejales represaliados y el primer paso de la sesión fue la dimisión de los otros dos concejales y a continuación la del propio alcalde. Por eso se convocó otro pleno extraordinario para elegir nuevo alcalde al día siguiente.
Por orden de la autoridad Justo cuando iba a comenzar la reunión en el ayuntamiento llegó un capitán de la Guardia Civil, acompañado por un teniente y les comunicó que la sesión no se podía celebrar por orden del gobernador civil. Por ello se procedió al desalojo de concejales y público e incluso se requisaron los carretes de fotos de un gráfico de un medio de comunicación.
El tema no quedó ahí. Al enterarse el párroco de lo que había pasado, salió a la calle y recriminó a los guardias civiles lo que habían ejecutado, y anunció que abría la iglesia para que pudiera celebrarse la reunión. Los guardias dijeron que iban a consultar con sus superiores, momento que aprovecharon para quitar una cinta de cassette a otro periodista, pero no recibieron instrucciones claras de sus mandos, por lo que se interpretó que se podía celebrar la reunión en el templo. Pero los concejales no quisieron comprometer al párroco y finalmente se fueron a un bar de la plaza donde informaron a los vecinos de lo ocurrido mientras que en el exterior eran vigilados por fuerzas de la Guardia Civil.
Dispuestos a seguir presionando, la Diputación de Burgos celebró una reunión para reprochar el intento de debatir la moción de la integración por parte de los concejales y el gobierno civil aprovechó para reclamar el pago de una multa de 5.000 pesetas a cinco jóvenes del Enclave que en 1978 habían promovido una fiesta vasca en Trebiño. En apoyo a La Puebla de Arganzón, 42 de los 47 alcaldes pedáneos y de juntas administrativas de Trebiño firmaron un manifestó respaldando a sus compañeros concejales y reprochando las maniobras "antidemocráticas" de la UCD.
Pero de nada sirvió. El 22 de febrero se celebró un pleno en La Puebla, en un local del pueblo, ya que el consistorio estaba clausurado por la Guardia Civil, y aprobaron la moción de integración en Álava, aunque la medida no se ajustaba a la ley. Al mismo tiempo, como la Diputación no lograba voluntarios para constituir una gestora municipal, el gobernador civil, Antolín de Santiago, se presentó en La Puebla, abrió el ayuntamiento, al que acudieron los vecinos para mostrar el apoyo a los concejales represaliados y, en medio de la sorpresa general, anunció que se acaba de aprobar que Trebiño se había calificado como área de próxima expansión industrial. En medio de las protestas y burlas de los vecinos el gobernador abandonó la localidad.
Mientras, los concejales represaliados recurrieron a los tribunales, que les dieron la razón y les mantuvieron sus actas de concejales, por lo que, por fin, el 17 de octubre, se pudo celebrar el pleno extraordinario y allí se aprobó la moción en la que se pedía la integración en Álava.
Kike Barbadillo, el actual alcalde de Trebiño, no estaba entonces en Condado de Trebiño, aunque sí que recuerda que se presentó una moción en el ayuntamiento solicitando la incorporación de Trebiño en la provincia de Álava. "Fue una moción que la presentó uno de los concejales y que fue aprobada por unanimidad por el resto del concejo. Se pidió, pero no tuvo recorrido a pesar de que aquella propuesta lo fue por unanimidad, porque ni se avanzó hacia la integración en el territorio histórico ni en la desanexión de Burgos", rememora.
No fue el primer intento y, de hecho, desde antiguo se han venido realizado diversas iniciativas para lograrlo. A pesar de ello parece que no se ha avanzado mucho -"la situación ahora es la misma que entonces", comenta el alcalde- y recuerda que ya se había intentado en otras ocasiones, "Creo que hacia 1940 y propuesto por el propio gobierno civil de Burgos, hubo una mayoría aplastante a favor de la integración en Araba, pero como a Madrid no le convenía lo dejaron pasar", apunta.
Llegaron nuevos intentos, incluido el de 1980, y en 1998 "se celebró un referéndum, el 8 de marzo, en el que también salió por amplia mayoría la integración en Araba. Pero no lo dieron por válido. Parece ser que, según las leyes que manejaban, el referéndum no era legal y ahí se quedó". Posteriormente, ya en el nuevo siglo y estando Kike Barbadillo en Condado de Trebiño aunque no todavía en el ayuntamiento representando al PNV, se intentó presentar una proposición de ley orgánica de modificación de límites geográficos, "que se llevó a las cortes generales, siendo ponentes el Psoe, el PNV y EH Bildu, pero los propios parlamentarios socialistas le dieron el no a sus compañeros, a quien presentó la moción y también se quedó en nada".
La última intervención que hubo fue en el Senado, donde acudieron los dos alcaldes en la anterior Legislatura, Roberto Ortiz, de La Puebla de Arganzón, y Elena Ramírez, de Condado de Trebiño, "para explicar las vinculaciones que había más próximas a Álava, al País Vasco, en todos los sentidos, frente a la provincia de Burgos o a Castilla y León. Pero pasó lo mismo, se votó y se quedó en aguas de borrajas".
Barbadillo lo tiene claro, "lo seguiremos intentando y dependerá un poco del color que vaya tomando el nuevo gobierno y alguna determinación tomaremos, en un sentido u otro: bien volviendo a presentar una propuesta de ley orgánica o que la comisión que debe avanzar en el proyecto de ley de enclaves, texto que permanece guardado en el cajón de alguna mesa y que habrá que desempolvarlo para ver si a través de esa vía podemos hacer algo". La realidad es que "es complicado, pero seguiremos intentándolo contra viento y marea".
Sentir alavés Para el alcalde de La Puebla de Arganzón, Pablo Ortiz, aquella iniciativa de hace 40 años "fue una más de las que hemos intentado y una más que ha tenido la misma respuesta de siempre". Y es que la cerrazón para tratar de resolver este contencioso se ha ido argumentando con afirmaciones tan peregrinas como que los trebiñeses se sienten más burgaleses que alaveses. "Cualquier persona puede venir al Enclave, a cualquiera de los pueblos, y preguntar a la gente cómo se siente y ya verá lo que responden. Este mismo verano estuvieron realizando un sondeo y de las 21 personas que se las preguntó por ese sentimiento de pertenencia aquí, en Argantzon, 20 dijeron que se sentían alavesas y tan solo una se identificó como burgalesa. Casi el 100% de la población desea estar en Álava. Casi la inmensa mayoría", zanja.
Por eso, la única política que se puede mantener es la de seguir insistiendo. "La reivindicación sigue tan viva como siempre y la planteamos siempre que tenemos ocasión para ello". Recuerda que en septiembre del año pasado tanto el alcalde de Condado de Trebiño "como yo mismo estuvimos en el día de la provincia de Burgos, en Briviesca, y le entregamos una carta al presidente de la Diputación Provincial, en la que expresábamos el sentimiento de la mayoría de la población de integrarnos en Álava y le pedíamos que se diera ya el paso definitivo". En aquella ocasión, en el paseo de Briviesca, Enrique Barbadillo Ayala y Pablo Ortiz de Latierro Fernández entregaron una carta al presidente de la Diputación, César Rico, en la que recordaban que a lo largo de los últimos siglos, y especialmente desde la división del Estado en provincias en 1833, han sido numerosas las ocasiones en las que la ciudadanía y las instituciones del Enclave de Trebiño han puesto de manifiesto, de manera prácticamente unánime, su voluntad de modificar su actual situación administrativa y han solicitado su incorporación a la organización administrativa de Álava.
Explicaban que, en el fondo de esta reivindicación, no solamente existe un innegable sentimiento de pertenencia labrado en el tiempo a través de las evidentes vinculaciones, históricas, afectivas y cotidianas, del territorio y sus habitantes con el territorio alavés y sus gentes, también "subyace la aspiración de superar una irracional división administrativa que repercute diariamente en la calidad de vida de nuestros vecinos y vecinas y en la calidad de los servicios que reciben". Por todo ello transmitieron a César Rico que "es nuestra voluntad" como alcaldes de La Puebla de Arganzón y Condado de Trebiño "lograr dar cauce a las legítimas aspiraciones de la ciudadanía y velar por el óptimo desarrollo de nuestra comarca y que, para ello, consideramos prioritario en nuestra acción de gobierno lograr dar solución al secular contencioso del Enclave". Finalizaban la carta pidiendo al máximo responsable provincial "que reconozca, acepte y defienda la posición mayoritaria de los y las habitantes de nuestros municipios y acompañe en la consecución de la única solución justa, democrática y duradera para el futuro de los municipios, que no es otra que su incorporación administrativa en Álava".
En estos 40 años que hoy se cumplen desde la primera petición formal de los dos ayuntamientos tan solo se ha avanzado en la ampliación y mejora de varios servicios gracias a los convenios firmados entre la Diputación Foral de Álava y la Diputación Provincial de Burgos. Unos convenios que también se pusieron en tela de juicio desde el propio Enclave, porque algunas formaciones consideraban que eran "parches" y que no solucionaban el problema de fondo. La realidad es que al menos se han mejorado determinadas prestaciones y servicios.
garcía de salazar La diputada de Desarrollo Económico, Innovación y Reto Demográfico, Pilar García de Salazar, considera que respecto a la integración de Trebiño en Araba estos 40 años han sido, sin duda, un tiempo perdido. Un tiempo en el que se han puesto en marcha diversas iniciativas que no han salido adelante. Fundamentalmente porque hay formaciones políticas que con respecto a la integración defienden una cosa aquí y otra en Madrid. Y con cada iniciativa que no ha salido adelante, los trebiñeses y trebiñesas han sentido frustración y cierta desilusión. Pero siguen manteniendo viva su reivindicación. Para la responsable foral, en esta última etapa la Diputación ha trabajado una iniciativa paralela, sin renunciar a la integración, que es el acuerdo marco con la Diputación de Burgos que tiene un objetivo claro: la prestación a los habitantes del Enclave de los servicios públicos que desde esta institución se prestan a los alaveses y hacerlo además con seguridad jurídica. Pero en ningún caso esta vía sustituye a la integración. Es algo transitorio, como se recoge en el acuerdo.
Sin embargo, García de Salazar considera que ahora estamos en un nuevo tiempo, con diferentes mayorías tanto en el Congreso como en el Senado. Un tiempo de oportunidad para que las formaciones políticas puedan tomar alguna iniciativa que, por fín, pueda dar frutos.
Para Pablo Ortiz los convenios "son parches transitorios" y recordaba que, cuando se firmaron, él era concejal, y su partido, EH Bildu, los criticó "porque nos parecía que no era la solución, que era un parche, un lavado de cara para Burgos, para que el tema se quedase parado". El alcalde de La Puebla insistía en que "tenemos déficit de servicios, pero con estos convenios se suplieron esos déficits". Lo que ocurre es que esa solución definitiva aún está por llegar, aunque no se descarta que con el cambio de gobierno a nivel nacional pudiera avanzarse. "Nosotros voluntad tenemos. Los ayuntamientos hablamos, pero aún debemos reunirnos para ver qué hoja de ruta seguir. Ya hemos dicho que estamos dispuestos a hablar con quien sea, con la institución que sea, para conseguir una solución definitiva a este problema que tenemos".