VITORIA - Ni todos los accidentes son iguales, ni la responsabilidad es siempre del mismo colectivo. El responsable del RACVN en Álava, Venancio Ogueta, dice que hay que continuar trabajando hasta reducir por completo los accidentes.
En el año 2015 murieron en Álava tres motoristas, en 2016 y 2017 uno, en 2018 tres y en lo que va de año, otros tres. ¿Qué valoración hace al respecto?
-En el País Vasco el repunte de motoristas fallecidos en los dos últimos años ha sido considerable. No se trata de un problema exclusivo de Álava en el País Vasco, sino que se extiende al resto de territorios de la comunidad autónoma. De hecho, tres de los seis fallecidos durante los meses de julio y agosto fueron motoristas. En el RACVN consideramos que no podemos achacar todos los casos a errores o imprudencias de los propios motoristas, como tampoco podemos hacerlo al resto de usuarios debido a que cada accidente mortal ha tenido una serie de circunstancias distintas.
Pero los motoristas siguen siendo los más vulnerables.
-Exacto. En el RACVN consideramos que se debe trabajar para reducir todos los accidentes de tráfico mortales, y dentro de todos ellos, por supuesto los de los motoristas. En este caso concreto debemos tener en cuenta dos cuestiones. Por una parte, los motoristas pertenecen al grupo de los colectivos vulnerables. Es decir, en caso de sufrir un accidente estos usuarios están más expuestos y corren más riesgos que otros colectivos como los automovilistas. Por otra parte, las motocicletas de gran cilindrada tienen una gran potencia en relación a su peso y por lo tanto tienen una capacidad de aceleración y de desarrollo de velocidad máxima muy altas, que las hacen ser especialmente peligrosas, para sus propios usuarios y para el resto, si se utilizan de manera indebida.
Desde el año 2018 está habiendo un pequeño repunte en cuanto al aumento de accidentes. ¿A qué cree que se debe?
-Cuando analizamos datos de siniestralidad y accidentes mortales hemos observado años en los que se producen repuntes que no marcan una tendencia, sino que han sido puntuales, que dependen de la propia casualidad o estadística. En este caso, creemos que estos dos últimos años todavía no marcan una tendencia pero sí podemos tomarlos en consideración como un aviso de que es necesario seguir trabajando para evitar que vuelvan a sucederse. En ese caso, la disminución del número de fallecidos en accidentes de tráfico en general, por ejemplo en las dos últimas décadas, es muy destacado, teniendo en cuenta además que ha sido en un contexto en el que hay más vehículos en carretera.
¿Cómo podrían evitarse o crear una tendencia a la baja respecto a los accidentes de moto?
-En el RACVN apelamos a la responsabilidad compartida. El propio usuario debe ser consciente de los riesgos que implica la conducción de su vehículo para sí mismo y para el resto de colectivos. Asimismo, se debe insistir al resto de usuarios sobre la vulnerabilidad de los colectivos vulnerables en caso de accidentes o de maniobras indebidas que les puedan poner en riesgo, como puede ser un adelantamiento indebido. En la mayoría de los casos, detrás de la mayoría de los accidentes se encuentra el factor humano: Una distracción, una imprudencia. Sin embargo, creemos que también las instituciones públicas tienen una gran responsabilidad, como es la de procurar que las carreteras sean lo más seguras posibles con buenas señalizaciones, asfalto o trazado, por ejemplo, y para ello el correcto mantenimiento es imprescindible. También hay que seguir formando a los usuarios.
En los últimos años el parque de motocicletas de Álava ha crecido considerablemente. ¿Podría achacarse también a esto el aumento de los accidentes?
-No se puede achacar exclusivamente al aumento del parque de motocicletas, pero por supuesto, todo cuenta. Si hay más motocicletas en la carretera hay más posibilidades de que puedan suceder accidentes de tráficos en los que estén implicados motoristas. Es pura estadística. La tendencia en periodos de tiempo amplios nos indica que cada vez hay más vehículos en carretera y que se realizan más desplazamientos largos y que el número de fallecidos mantiene una trayectoria opuesta, decreciente. La lógica y la estadística nos dicen que cuantos más vehículos más posibilidades de que haya accidentes. Si a pesar de haber más vehículos hay cada vez menos accidentes entendemos que la evolución es favorable y que seguramente si la cifra de vehículos en carretera fuera la de hace dos décadas, pero con los vehículos, infraestructuras y el contexto general actual, la cifra quizás podría haber sido todavía inferior.
Ahora, además, da la sensación de que la mayoría de motocicletas son de gran cilindrada.
-En la medida que el parque de ciclomotores de matrícula amarilla ha decrecido, ha ido creciendo el de las motocicletas de media y gran cilindrada. El primer tipo prácticamente sólo podía circular en núcleos urbanos con velocidades limitadas, pero en muchos casos sus conductores eran menores de edad, lo cual en sí mismo ya era un riesgo añadido. Sin embargo, las motocicletas desarrollan más velocidad. Y a más velocidad el golpe es más lesivo.