POBES - Un cuarto de siglo de exaltación de la alubia pinta alavesa se convirtió en una magnífica jornada, con buen tiempo y una amplia representación tanto de las alubias como de otros productos agroalimentarios alaveses para el disfrute de quienes se desplazaron hasta Pobes atraídos por la feria de la alubia pinta de Álava.

Desde primera hora se auguraba el éxito de la jornada de exaltación de la legumbre reina del territorio, que hace años estuvo a punto de extinguirse, ya que prácticamente se cultivaba para casa y ahora es parte fundamental de la renta de muchos agricultores.

En la plaza, delante del Ayuntamiento se instalaron varias hileras de stands, cerradas las dos del centro con los puestos de la empresa cooperativa Garlan; los ganados en un solar cercano a la vía del tren, al otro lado de la carretera y en una esquina se dejó situarse a la escritora María Santorum, al colectivo contrario al tren de alta velocidad y a otras asociaciones.

Entre los stands los había de quesos, repostería vasca, artesanías varias, embutidos, frutas y legumbres secas o embotadas de Garlan: las alubias pintas de Álava, de grano pequeño y color granate. Y es que, la climatología alavesa, donde se produce, favorece su cultivo, obteniendo un producto de piel fina, fácil cocción y delicado paladar. No es imprescindible echarla a remojo. También estaba la alubia arrocina de Álava, de grano pequeño, con forma ovoidea y color blanco crema. Es una alubia fina de escasa piel, fácil de cocinar y muy digestiva por su menor contenido en fécula; el garbanzo de Álava de la variedad eulalia, de grano pequeño y color crema, con piel fina que no se despelleja.

Las labores con esta legumbre comienzan con la siembra en mayo, y el cultivo y crecimiento se extiende unos 120 días dependiendo de la variedad hasta finales de agosto o principios de septiembre, según la meteorología, explica uno de los agricultores.

Responsable también del éxito y proyección de la alubia alavesa es la empresa cooperativa Garlan. En sus orígenes, 1986, el objetivo de la empresa fueron los cereales. Después siguieron con la patata para la industria, la patata frita, y se amplió hace casi 20 años con la alubia. Garlan asumió el reto y de recoger 15 toneladas se pasó a las actuales 300, que es la cifra que se suele comercializar por término medio.

Llegado el mediodía y antes de que los aizkolaris iniciaran su trabajo en el interior del frontón municipal, se produjo el pregón, este año a cargo de la escritora Toti Martínez de Lecea, quien destacó el feliz cumpleaños de la fiesta y glosó la alubia como una de las riquezas de Álava.

Tras ella, alrededor de la una de la tarde, se ofreció la tradicional degustación popular de alubia pinta alavesa: 2.000 raciones. - Pablo José Pérez / Foto: P.J.P.