Vitoria - Cuatro años después de recibir la makila de diputado general alavés, ayer Ramiro González se sometió de nuevo al veredicto de las Juntas Generales para revalidar, con éxito, su gobierno de coalición con el PSE, con la experiencia de una legislatura a sus espaldas y una nueva coyuntura mucho más favorable para ejercer. Tras cuatro ejercicios en los que el gobierno foral ha tenido que buscar apoyos tanto en EH Bildu como en el PP, ahora jeltzales y socialistas suman mayoría absoluta y así lo pusieron sobre la mesa tanto el candidato nacionalista como la jefa de filas del PSE, Cristina González. Eso sí, Ramiro González se comprometía a “gobernar de la misma manera” que en la anterior legislatura, y tendía su mano “al diálogo y al acuerdo con todas las formaciones políticas sin excepción”.
“Acudo a este legislativo con un programa de gobierno que sustentan 27 procuradores y procuradoras; supone por tanto una mayoría absoluta que también se traslada al desarrollo de las políticas incluidas en el acuerdo programático”, constataba González, una libertad de movimientos en el Palacio de la Provincia fruto del “respaldo histórico” recibido en las urnas por “la acción de gobierno de estos últimos cuatro años”. Se trata, dijo, de “un respaldo histórico en una cámara y un territorio caracterizados por la pluralidad y habitualmente por la dispersión del voto”.
Señalaba González que “el PNV es la primera fuerza política del territorio a gran distancia de los demás” y que “el PSE ha duplicado su resultados de hace cuatro años”, y por lo tanto “esta fórmula de gobierno cuenta con el aval de la ciudadanía”.
En todo caso, “mi disposición va a ser la misma”, dijo el candidato, en la búsqueda de “acuerdos amplios en torno a los grandes retos del territorio para los próximos años”.
Con ese nuevo margen de maniobra y la voluntad expresada de buscar consensos con los grupos de la oposición, Ramírez abogaba, tras asumir en 2015 el reto de “poner en marcha Álava”, por ser “más ambiciosos”, pues “podemos serlo, queremos serlo y vamos a serlo”; y afrontar retos como el del desarrollo económico, la mejora de los servicios sociales y el combate al desequilibrio territorial, los tres ejes sobre los que gira el programa de gobierno rubricado ayer mismo entre PNV y PSE.
El candidato a diputado general realizó además un balance de la legislatura precedente, cuatro años “en situación de minoría que han sido positivos para Álava, cuatro años de estabilidad política, de colaboración y acuerdo, de crecimiento económico y creación de empleo, y todo esto por el trabajo del gobierno foral”. Según González “se ha avanzado en muchos campos, se ha cumplido la palabra dada, hemos superado los retos de la Álava del 2015” utilizando “la diversidad del PSE y del PNV como una fortaleza”.
derogación de la reforma fiscal Esa libertad de movimientos que le da la mayoría absoluta a jeltzales y socialistas de la que hablaba González impedirá que se produzcan en esta legislatura situaciones como la del año pasado, cuando el PP, EH Bildu y Orain Araba, la escisión de Podemos, aprobaron una reforma fiscal cuya derogación será “una de las primeras tareas a ejecutar”, anunció González, en una legislatura, dijo, en la que ven “mimbres” para los acuerdos que ofreció a la oposición. “Espero que sea una legislatura positiva, creo sinceramente que todos quieren, desde su posición, lo mejor para Álava, y les animo a que seamos capaces de avanzar entre todos”, concluyó.
cristina gonzález La secretaria general del PSE alavés, Cristina González, se pronunciaba en términos similares a los de su socio, recordando que durante cuatro años jeltzales y socialistas supieron “salir al encuentro de otras fuerzas políticas para dialogar, negociar y acordar, generando mucha estabilidad, importantes acuerdos presupuestarios y muchos otros acuerdos sectoriales”. “Nos gustaría que esta manera de proceder no cambiara demasiado”, deseó la diputada de Fomento del Empleo, Comercio y Turismo en funciones, quien por otro lado advertía de que “es evidente que hoy se da otra realidad de más autonomía y solvencia en el nuevo gobierno de coalición”.
Esta nueva situación, señaló, “exige ajustes a todas las formaciones políticas”, y emplazó en ese sentido a la oposición a “manifestar si están por la colaboración”. Así, Cristina González ofrecía diálogo a los grupos junteros, pero un diálogo “que no se convierta en un fin, en un pasatiempo o en un muro con el que dilatar y evitar el acuerdo”. Proponía, de esta manera, adoptar en el legislativo alavés la actitud aplicada en el gobierno de coalición, “que implica compartir parte de lo defendido por quienes se coaligan y aparcar la parte que no suscita acuerdo”. En ese sentido, destacaba que PSE y PNV han reemprendido tras las elecciones forales una “colaboración voluntaria” en la que “el uno no le ha pedido al otro que renuncie a nada”.
González, por último, destacaba al finalizar el debate que, “aunque todos tengamos distintas fórmulas, todos podemos colaborar”, y se mostraba satisfecha por el hecho de que todos los portavoces junteros hubieran “definido los retos pendientes; queda mucho trabajo por hacer y seremos más fuertes si lo hacemos juntos”, aseveró.