Un nazi en Sobrón
Una lápida de un militar alemán en la localidad ha provocado distintas teorías sobre su verdadera identidad
Para los nazis, el 29 de junio de 1945 fue una jornada especialmente triste. Aquel había sido durante muchos años un día de fiestas y celebraciones, al coincidir con el cumpleaños del que durante doce años fue su único dirigente. Pero, apenas habían pasado dos meses desde que Hitler se suicidó en el bunker de la cancillería de Berlín, y muchos se negaban a admitir la desaparición del Führer y su Reich. En cambio, en Álava, la tristeza de la colonia alemana, y especialmente de un numeroso grupo de soldados, se hallaba en el fallecimiento de uno de sus compatriotas.
Vestidos con sus elegantes uniformes en los que lucían con orgullo las condecoraciones e insignias ganadas durante la guerra, portaban el ataúd de Johann Mungenast desde el balneario de Sobrón hasta la iglesia de esa localidad. Tras un lacónico funeral llevado a cabo en la parroquia de La Inmaculada, el cortejo fúnebre recorrió en silencio los escasos metros que separaban la iglesia del cementerio. Allí se depositó el sarcófago en una tumba ubicada junto a la tapia, en la que se había incrustado una lápida con dos ramas de olivo cruzadas, símbolo de la unidad del ejército de tierra a la que pertenecía el finado, y en la que se realizó la siguiente inscripción: R.I.P. Hier ruht in Gott unser guter kamerad. Mein lieber gatte Johann Mungenast. Geb. 24 nov. 1904. Gest 29 Juni 1945 in balneario de Sobrón (D.E.P. Aquí descansa con Dios nuestro buen camarada. Mi querido esposo Johann Mungenast. Nacido el 24 de noviembre de 1904. Fallecido el 29 de junio de 1945 en el balneario de Sobrón). Sobre la tumba se plantó una brunonia azul, conocida como flor de maíz, y en la pared se colocaron dos coronas de laurel.
En principio, la muerte de Johann Mungenast debería de pasar desapercibida si no fuera por ciertos detalles que sorprenden a quienes hemos investigado el caso. Este austriaco de 41 años había nacido en el pequeño pueblo de Strengen, dedicándose a la albañilería hasta que se alistó en las tropas hitlerianas al comienzo de la contienda. Es difícil encontrar información sobre su etapa en el ejército más allá de que alcanzó el grado de sargento y que estuvo destinado en un puesto fronterizo de Arles sur Tech.
La ausencia de registros llega a tal punto, que su familia, con la que tuve ocasión de ponerme en contacto hace unos años y mostrarles la tumba, desconocía que hubiera fallecido en este hotel. Por el contrario, en el documento que me mostraron constaba como fallecido en un internierunslager o campo de concentración en el sur de España. Oficialmente, su deserción y entrada en España se produjo el 20 de agosto de 1944 a través del paso de Massanet en Girona, trasladándose inmediatamente al balneario de Sobrón, donde permaneció hasta su muerte por una insuficiencia cardiaca.
Es de sobra conocido que muchos alemanes buscaron refugio en España donde contaron con el apoyo del régimen franquista. Sin embargo, pese a reconocer públicamente su deserción, nunca tuvo problemas con las autoridades, ni con los muchos compatriotas que arribaron a ese hotel-balneario, a los que, por cierto, recibía personalmente. Y curiosamente su autoridad no era cuestionada, a pesar de su baja graduación militar, ni siquiera por los que, supuestamente, eran sus superiores jerárquicos.
Un anciano al que entrevisté, y que en aquella época era un niño, recordaba haberle visto en muchas ocasiones a lo largo del año en que permaneció allí, paseando junto a una mujer por los jardines, siempre uniformado y con un porte distinguido que le hacía destacar entre el resto de huéspedes. Pero sobre todo recordaba la generosidad de la que siempre hizo gala, impropia del poder adquisitivo de un simple sargento, y que le permitía incluso organizar fiestas, no solo en el recinto del hotel-balneario, sino también para el disfrute de los vecinos de la pequeña localidad alavesa, durante las fiestas patronales.
Todo esto ha llevado a algunos investigadores, incluido yo mismo, a plantearnos la posibilidad de que la identidad de Johann Mungenast hubiese sido suplantada por alguno de los responsables de la operación Odessa, encargada de facilitar a los dirigentes nazis la huida hacia Sudamérica, siendo el balneario de Sobrón un punto intermedio en el camino hacia los puertos cantábricos. Esta teoría se argumentaría en base a la existencia, en el cementerio extremeño de Cuacos de Yuste, de otra tumba perteneciente a Johann Mungenast, y donde también se pueden localizar las de otros dos soldados alemanes, Walter Gustav Dunker, y Franz Grupe, los cuales constan en los libros de entierros como inhumados en Sobrón, aunque en la actualidad sus sepulturas hayan desaparecido.
Descubrir que parte de esta trama novelesca es cierta, y cual no, es harto complicado. Hasta que surjan nuevos datos o documentación, hemos de limitarnos a especular sobre lo ocurrido, sobre cual es la verdadera identidad del alemán que reposa en el camposanto alavés, y si realmente estuvo relacionado con la fuga de cientos de dirigentes nazis que atravesaron nuestra provincia tras su derrota.
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