Agurain / Laguardia - Las localidades de Álava se volcaron ayer con la llegada de la Korrika, carrera en favor del euskera, que entró al territorio por la Llanada. En concreto, por Egino, procedente de Altsasu y atravesó toda la comarca pasando por Asparrena, Zalduondo, San Millán, Agurain y Dulantzi para adentrase en la Montaña Alavesa.
A Egino llegó todavía de noche. Los corredores enfilaron la carretera hasta Araia hacia las 6.35 horas. El siguiente pueblo por el que pasó la marcha fue Zalduondo, donde sus vecinos salieron a la calle para participar en la carrera. En Agurain, con la salida del sol, las calles fueron poblándose de gente dispuesta a desafiar al frío reinante. Para empezar con buen pie la mañana los miembros del club de jubilados prepararon chocolate que se sirvió en Portal del Rey. Hubo quien, como Asier, se decantó por “meter algo en el estómago” antes de la carrera. Otros, como la cuadrilla formada por Ainhoa, Leire, Zuriñe y Gorka prefirieron esperar a después de la carrera. La llegada de la marcha estaba prevista a las 7.53 horas y minutos antes decenas de personas se agolpaban en torno a los kilómetros marcados en sus calles. Los vecinos del barrio de La Magdalena fueron los primeros que se pudieron sumar a la fiesta. A escasos metros, los representantes del Ayuntamiento esperaban junto al cartel anunciador del kilómetro 1.147, mientras algunos como Leticia comenzaban a calentar las articulaciones momentos antes de la carrera.
Un grupos de chicas se acercó entonces hasta el hito a la espera de la llegada de la marcha. No dudaron en posar para la foto de recuerdo. “Estamos aquí para mostrar nuestro apoyo al euskera”. Grupos de amigos, familias al completo o personas a modo individual se echaron a las calles para sumarse a la vigésimo primera edición de la carrera por el euskera que une Puente la Reina con Gasteiz para impulsar la conciencia y sensibilización a favor del euskera, y de recaudar fondos para ayudar a los euskaltegis.
Ernesto Sainz y Rubén Ruiz de Egino, fueron los representantes del Ayuntamiento de Agurain encargados de portar el testigo en los primeros metros. En Agurain, el lugar que mayor número de corredores reunió fue Portal del Rey. Allí, decenas de personas como Leire, Hodei, Javi, Maider, Izaro, Sonia, Ruth, Raúl, Eneritz, Jaione y Antonia no quisieron perderse la fiesta. “Cada uno participa en función de sus posibilidades”, comenta María mientras se prepara para sumarse. “No sé cuánto aguantaré”, charlan un par de jóvenes minutos antes de adherirse al pelotón encabezado por una gran pancarta. Los alumnos de la ikastola Lope de Larrea, por su parte, tomaron el testigo a la altura del parque de la calle Sagarmín. Dejaron paso en la cabecera a los alumnos de la ikastola Lautada a la altura de la fuente de los dos caños de la calle Mayor. Los últimos en tomar el relevo fueron los miembros del instituto Aniturri, encargados de despedir la marcha, que de Agurain enfiló hacia Dulantzi donde entró aproximadamente a las 9.40 horas. Y de la Llanada a Montaña, por el puerto de Azazeta hasta Campezo y de ahí a Rioja Alavesa.
En Maeztu, un gran número de escolares preparó una korrika txiki para dar la bienvenida a la oficial donde, por cierto, participó al alcalde, Anartz Gorrotxategi. Hasta esta localidad llegaron también los alumnos de la ESO de la ikastola San Bizente. Desde allí, la comitiva continuó hacia Santa Cruz de Campezo donde aguardaban numerosos vecinos para acompañar el testigo de la carrera y hasta un vecino de la localidad se animó a entonar unos bertsos en honor a la furgoneta que ya se ha convertido en un icono de esta edición de la carrera por el euskera.
Tras pasar por los pueblos navarros que separan la Montaña de Rioja Alavesa, Genevilla y Meano y la dura subida de los altos de Codés, los corredores entraron de nuevo en Álava por Yécora, donde se fueron incorporando corredores. Otros pueblos, como Oion, celebraron korrikas txikis y actos festivos, mientras la caravana atravesaba Lantziego y llegaba a Laguardia, donde los alumnos del colegio Victor Tapia habían dedicado un espacio de tiempo por la mañana para celebrar una carrera txiki entre la torre Abacial y la plazuela de San Juan, y los del instituto celebraban diversos actos en el patio del centro.
Desde allí se marchó hacia Leza, donde también cogieron el testigo vecinos de Elciego. En Leza, además, hubo una fiesta a lo largo de toda la tarde. Los corredores continuaron por Samaniego y Labastida y ya de noche subieron hasta Peñacerrada para entrar en Trebiño pasando por varias localidades de Valles alaveses que atravesaron de madrugada.
‘Klika’. El lema de este año, Klika, es un llamamiento a elegir la opción del euskera y unirse al nuevo tiempo que vive la lengua vasca.
Txillardegi. Este año, Txillardegi recibirá el homenaje por su papel fundamental en la creación del euskara batua hace 50 años. Esta carrera en favor del euskera está organizada por AEK y se celebra cada dos años. En esta prueba diferentes colectivos, instituciones y personalidades se turnan llevando el testigo. En ese testigo se incluye el discurso final, que se leerá en esta ocasión en Vitoria el domingo.